Periódicamente,
internet, o la red, como quieran, nos invade con supuestas cartas de nombres
ilustres; la última es la de quien da título a este comentario.
Con
profusión de datos, incluso con su propia imagen, nos llega una carta escrita
por José Luís Sampedro al presidente del gobierno. Miren, la cosa es muy
simple: a pesar de los esfuerzos del actual gobierno por acallar las voces
lúcidas y críticas con su ideología, si José Luís Sampedro quisiera escribir
una carta para Mariano, no tendría necesidad de acudir a internet. Este medio
lo utilizamos cuatro “pelaos” que damos rienda suelta a nuestras inquietudes,
que son la mar de diversas. José Luís Sampedro, como voz autorizada que es,
tiene la potestad de descolgar el teléfono y, en televisión, pero sobre todo en
radio, manifestar sus opiniones, que nunca empezarían por un insulto.
Así
que no hagamos demasiado caso de todo lo que aparece por la red, la cuestión es
mucho más sutil. El gobierno –nefasto, eso sí- que nos hemos dado, va
encontrando medios para minimizar las críticas.
En
un golpe maestro, ha conseguido lo siguiente:
·
Eliminar los mejores programas de radio
y televisión, los más serios y plurales en información.
·
Beneficiar de paso a las cadenas amigas,
que siempre recogerán unos cuantos incautos de los antiguos oyentes.
·
Finalmente, vender la operación como
parte del esfuerzo de austeridad al que nos viene sometiendo.
Todo
esto de una vez. Hay quien dice que al fin y al cabo ha hecho de una tacada
aquello a lo que tenía derecho. No olviden que Radio Nacional de España se
fundó en 1937 en zona nacional.
Quizás hemos sido demasiado ilusos durante estos últimos años creyéndonos
aquello de la radio de todos.
La
radio (y la televisión) no es de todos, es de los de siempre.