Este artículo se ha publicado en el número de agosto-septiembre en la revista OP Machinery
¿VA
ESTO DE OENEGÉS?
En
algún sitio habrá una clasificación exhaustiva que albergue a todas las ONG´s
existentes, bien por orden alfabético, por orden de aparición en escena,
dependiendo del objeto – ¿se dirá en este caso, social o será asistencial, colaborativo,
reparador?- , por el tamaño, o por el número de empleados, etcétera. Algunas
dependen de organismos internacionales, como Acnur, que depende de Naciones
Unidas; otras son movimientos transnacionales como la Cruz Roja o la Media
Luna; muchas responden a la iniciativa individual de una persona o un grupo de
personas; las hay que se ocupan de los humanos, o específicamente de hombres, o
de mujeres, o de niños o de ancianos, en tanto algunas se fijan en la situación
de ciertos animales o vegetales; unas miran al medio ambiente, a la ecología
…lo dicho la enumeración de sus objetivos puede ser tan extensa como se les
ocurra a ustedes.
¿Quién
no conoce a una docena de ellas? ¿Quién no conoce a algún allegado, amigo o
conocido, que participe, más o menos activamente, en alguna ONG? ¿Quién no ha
contribuido con una dádiva en alguna ocasión, o paga puntualmente una
contribución a través de una cuenta bancaria, o ha pensado seriamente hacerlo,
pero la falta de tiempo se lo ha impedido?
¿Quién
no se ha encontrado, al menos una vez al día, en las calles o en las plazas más
concurridas, con postulantes que efectúan su labor? ¿Quién no se ha parado unos
minutos a escuchar la correspondiente explicación, recoger los impresos que te
dan y luego arrojarlos en la siguiente papelera, cuando ya no te vean? ¿Quién
no se ha cambiado de acera al verlos? ¿O adoptar un aire despistado, y con gran
maestría ganarles la espalda en un dribling
que ni el mejor delantero de la selección de fútbol? ¿O mascullar entre dientes
el consabido perdona pero voy con mucha prisa, si la jugada no ha dado
resultado?
Pero
es seguro que todos reconocemos el enorme mérito que tienen estas personas, siempre
dispuestas a entregar su esfuerzo y su tiempo por una causa, sin duda, loable y
justa. Y es que este mundo que nos está tocando vivir es tremendamente
productivo a la hora de expulsar a gentes de su país, de sus casas, de sus
trabajos, de sus ambientes naturales, para dejarlos, como restos de un
naufragio, en una orilla sucia y abandonada …este mundo que no se limita en sus
fechorías a las personas, sino que también se porta de cualquier manera con la
fauna y la flora, con el propio soporte físico, como si hubiera otro de
repuesto, como si tuviera arreglo …
Por
eso es por lo que existen tantas ONG´s. Tantas y tan grandes que algunas son
grandes empleadoras de mano de obra. Se dice que Oxfam es uno de los mayores
empleadores del Reino Unido, qué vamos a decir de la Cruz Roja, o de Médicos sin
fronteras. Y como empleadores, han de tener sus propias estrategias de gestión,
han de destinar una parte de sus ingresos a pagar a sus empleados, sus
alquileres, sus gastos de organización y funcionamiento, también sus campañas
de colecta de fondos. Y en eso se compite con otras ONG´s que han de hacer lo
mismo, todas necesitan ingresar dinero para luego repartirlo según su objetivo.
¿Es
esto lo correcto, es esto lógico? Desde un punto de vista individual, en cada
caso, no hay otra alternativa. Eso o bajar la persiana. Pero la solución –que
existe, vaya que si existe- implica dar la batalla en otros ámbitos, mas parece
que haya una sensación de derrota, de admitir la situación. Con lo fácil que es
preguntarse el porqué de las cosas, por qué el mundo funciona así, por qué este
mundo que funciona tan mal produce las mayores fortunas de la historia a la vez
que las mayores hambrunas e injusticias. ¿Hay alguien que piense que ambos
efectos no son consecuencia, el uno del otro?
Realmente,
esto no va de oenegés, sino de justicia social, de Justicia, si se quiere.