Los peces rojos

LOS PECES ROJOS

Ustedes ya conocen los chistes que circulan sobre los famosos documentales de la 2. Lo que no estoy seguro es de que los vean, y eso que la segunda cadena de la televisión pública (esa que pagamos todos con nuestros impuestos) hace lo imposible para que los veamos: los repite, una y otra vez, una semana sí y la siguiente también. Diríase que el presupuesto de esa segunda cadena lo han dejado tan ajustado que llenan el horario de emisión con programas repetidos.

Tiene, no obstante, un programa diario, entre las diez y diez y media de la noche, dedicado al cine español, con la ventaja de que suele acabar antes de las doce y enlaza con el único noticiero de televisión española, el de Mara Torres, digno de tal nombre. Pues bien, la prensa que dedica un par de páginas a dar las programaciones de televisión, se cuida muy mucho de incluir comentario alguno acerca de esas películas, que como todo en esta vida, algunas son buenas y otras malas.

El caso es que anoche nos ofrecieron Los peces rojos, un film de 1955, de José Antonio Nieves Conde, con guión de Carlos Blanco y protagonizada por Arturo de Córdova y Emma Penella. Y como ya se estarán ustedes imaginando, resultó ser un producto que yo calificaría con un notable alto, en el que habría que destacar, sobre todo, el guión. Una película de suspense, que mantiene el interés hasta el final, y que teniendo en cuenta la época, uno se pregunta cómo logró escapar de las tijeras del censor.

Y claro está, como les decía líneas arriba, el periódico que yo leo (del Grupo Vocento, por más señas) nos ofrecía profusa información acerca de los engendros foráneos que pasaban por las otras cadenas, en tanto que de esta buena película española solamente el título. Eso será lo que entienden por defender la industria nacional, ahora que lo nacional está tan de moda.

Y por cierto, ya que estamos… ¿recuerdan que allá por el mes de mayo se logró un acuerdo parlamentario –se le impuso al PP, para ser más exactos-  en virtud del cual se volvía a nombrar desde el parlamento al Consejo de Administración de RTVE? ¡Qué rápido se olvidan las promesas! O bien, ¡qué buen servicio le ha hecho Cataluña a este gobierno!