Me
parece llegado el momento, amigos, de hacer la última entrada en este blog,
hoy, un mes después de que dijera que era la última. Y en atención a los que me
han dicho, por distintos medios, que sentirán que lo deje, quiero presentarles
mis razones; que, quizás, no sean muy válidas o convincentes, pero que, como
decía aquél, son las mías.
Este
blog contiene cincuenta entradas en el año 2011 y ochenta y siete en el 2012;
una sola, sin texto, corresponde al 2013. De aquellas, catorce están
registradas como de ficción; noventa y siete, de temas de actualidad; y
veintiséis, en un cajón de sastre de varios.
He
tenido seis seguidores fijos y un total de 6.024 visitantes, con picos de
quinientos cincuenta y ocho en mayo del 2012 y noventa y cinco en julio de 2010.
De este público, dos mil quinientos han sido españoles, mil cien de los Estados
Unidos, novecientos de Inglaterra, ochocientos de México y cantidades
inferiores de otros varios países.
Aquellas
entradas han merecido cincuenta comentarios de parte de los visitantes, muchos
de ellos –aún bajo el epígrafe de “anónimo”- de alguien de mi conocimiento (lo
agradezco igualmente). Yo sé que es más fácil leer algo que contestar con un
pequeño comentario, y lo disculpo, pero la falta de correspondencia es algo que
no anima a continuar con el blog, pues uno se pregunta si realmente esas cifras
que, se supone, amparan lectores, son reales o exageradas, aunque ignore la
razón de esta discrepancia. Además he podido observar en el decurso de estos
meses ciertas contradicciones entre el ritmo de visitas y los datos de las
estadísticas que yo, como administrador del blog, he ido conociendo.
Por
último, -y aparte de razones personales de otra índole-, en la última entrada
de diciembre del 2012, donde anunciaba mi decisión de acabar con el blog,
ofrecía gratis et amore, el envío de
una novela de mi autoría a todo aquél que me la pidiera.
Yo
pensaba que de unos trescientos visitantes en un mes, podría esperar que unos
quince, es decir, un cinco por ciento del total, se sintieran atraídos por algo
que estaba en el título y en una de las secciones del blog: literatura,
ficción, relatos…Pues bien, como les decía al inicio de este comentario, se ha
cumplido ese mes y ¿saben ustedes cuántas peticiones he tenido? ¿No? ¿No se lo
imaginan?...: ¡ninguna! Ni una sola persona de las doscientas setenta y dos
que, estadísticamente repito, han venido al blog se ha sentido lo
suficientemente atraída como para leer ese texto.
Sí,
la culpa es mía, no se me ocurre culpar a los lectores, pero como decía Umbral
en aquella célebre entrevista: Yo he venido a hablar de mi libro.
Me
he apoyado en Facebook, en Tweeter y en Linkedin para hacer que el blog fuera
más conocido, que llegara a más lectores; he hecho networking, al alcance de mis conocimientos. Pero no ha sido
suficiente, o lo he hecho mal, lo que es más probable. Así que, entre unas
cosas y otras, aquí lo dejo, me despido. Como dice el título, despedida y
cierre, estoy en Facebook y Linkedin, donde me tienen a su disposición.
De
nuevo, gracias y hasta la vista.