Ya lo saben ustedes, Camps ha dimitido. Nos perderemos esa sempiterna sonrisa que tenía un cierto aire a estreñimiento. Sospecho que nos perderemos también a Ricardo Costa, con lo bien que llevaba esos trajes ajustaditos y esos relojes fuera de la manga.
Me pregunto también qué resultados habría habido en Valencia si esto hubiera ocurrido antes de las últimas elecciones.
Y me gustaría oír las estruendosas carcajadas de Zaplana, en estos momentos, al conocer la noticia.
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