miércoles, 26 de marzo de 2025

Si vis pacem





 

Soy de los que siempre hemos pensado que como no sea un ataque procedente de Francia o Portugal, los españoles podremos vivir tranquilos. Igual que nunca hemos entendido la existencia de un ejército, no nos caen simpáticos los militares – como colectivo, claro está – y menos los gastos que conlleva su existencia, sin contar con los cambios de régimen político que han propiciado en nuestro país. En definitiva, la existencia de un Ejército y una Iglesia como la que tenemos, a veces nos quita el sueño.

 

Nuestra situación geográfica, con Moscú a 4.000 kilómetros y toda Europa por medio; nuestra pertenencia a la UE, que con todos los defectos que se quiera es la mejor construcción sociopolítica posible; la adhesión a la OTAN que implicaba tener seguridad por poco dinero … Estos factores nos permitían dormir tranquilamente. Todo ha cambiado: La reentrada de Trump ha venido a trastocar todo el sistema de alianzas globales y ha dejado a la vista un mundo árido, inquietante, peligroso y con un tufo de cambio de los paradigmas que gobernaban nuestro día a día para llevarnos a pensar si no estaremos enfilando una nueva época ignota para todos, plena de guerras, violencia y barbaridades múltiples que amenazan ya nuestras vidas.

 

La reacción de la UE ha sido inmediata. Y ante la demanda a los socios europeos de más dinero para poder disponer de ejércitos más poderosos ha sido variada. El caso español, entre los mayores países europeos, es el que ofrece mayor reticencia. Quizás influya que España fue el único de entre todos que no participó en ninguna de las dos grandes guerras europeas.

 

En cualquier caso, yo pienso que si somos europeos debemos serlo para todo, es una mera cuestión de reciprocidad. Tampoco podemos arriesgarnos a quedarnos solos, así seríamos siempre más débiles. Por esta razón he recurrido al adagio romano “si vis pacem para bellum”, es decir, si quieres la paz prepárate para la guerra. Estar armado hará que la parte contraria se lo piense bien antes de atacarte. Pero, la cuestión tampoco es tan sencilla. El armamento en la época romana era simple, en cambio hoy en día es muy posible que cañones, tanques, cazas y bombarderos, por poner un ejemplo, incorporen un chip que, a petición del fabricante, anule su puesta en marcha. Por consiguiente, no se trata solamente de conseguir el ingente dinero que cuesta ese armamento. Para estar seguros esas armas debieran haber sido fabricadas aquí. Otros equipos como los tanques se fabrican, así como fragatas, submarinos y armas ligeras. Pero para cazas y bombarderos hay que recurrir a fabricación europea. Francia, Alemania, Italia y España participan en el desarrollo y la fabricación del Airbus con instalaciones en los países citados, excepto Italia, si no me equivoco. Aparte de este caso, en España hay medio millar de empresas que exportan partes y piezas para la industria militar.

 

Después hay que disponer de soldados y pilotos para todo ese armamento. Eso no se produce con desearlo. ¿Habría que restaurar el servicio militar? Esos miles y miles de posibles soldados reducirían las plantillas de las empresas en las que trabajan con la repercusión inmediata en los resultados económicos de las mismas. Por otro lado, los últimos que hicieron la mili serán hoy en día hombres de cuarenta y cinco años para arriba. ¿Los reclutamos otra vez?

 

Otra pregunta: ¿Qué hacer con los contingentes armados yanquis estacionados en Europa? Otra más: ¿pondríamos de nuestro lado la Turquía de Erdogán?

 

En fin, lo dicho. El Pelocaqui y el Yudoka  nos están poniendo en buena situación.

2 comentarios: