Todo el mundo está al
corriente de la bronca entre Zelenski y el ínclito Trump más el tal JD, y una
completa pléyade de asistentes de toda laya y, por supuesto, la embajadora
ucraniana en Washington; aproximadamente, treinta contra dos. También
la mayoría de ustedes conocen la nula simpatía que tengo por el segundo y
ganador del match y la indiferencia con el primero y perdedor.
Ahora estamos todos
preocupados por el futuro inmediato. Y los primeros minutos nos han dejado una
nube de apoyos y soflamas por la nación ofendida. Que no es la que está arriba
de México país y México golfo, sino esa Ucrania cuya historia nos dice que fue
en su día la precursora de Rusia, la que dio origen a aquella monarquía que
terminó siendo la de los zares para acabar asentándose a orillas del Volga.
Tanta ha sido la relación entre los dos países que en el este ucraniano, lo que
conocemos como el Donbas se hablan ambos idiomas, el ruso y el ucraniano,
ya de por sí no tan dispares.
Quizás algunos no sepan que el
presidente Kruschev en una reorganización de los inmensos territorios rusos
hizo la península de Crimea dependiente del estado ucraniano; estamos hablando
de 1954, que ya ha llovido. Ahora es en ese Donbas, léase cuenca del río Don,
al que hace muchos siglos se le consideraba la frontera entre Europa y Asia,
donde el ejército ruso al cual no le iba bien en el norte-oeste de Ucrania no
pudiendo hacerse con su capital Kiev, ha obtenido un buen resultado, tras
millones de toneladas de bombas y muertos. Sí, amigos, no es fácil entender que
hayan conseguido muchos muertos entre los rusófonos de esa zona, y que ahora
les puedan recibir con los brazos abiertos.
Sea como sea, la bronca que
hemos mencionado al principio ha supuesto la puesta en marcha de la Unión
Europea. Y el país más ligado a USA, como anfitrión de la novedosa cumbre. Con
absolutamente todos los países europeos, no importa qué tendencias políticas
gobiernen en cada uno; con la asistencia de Canadá e Italia, cuya presidenta se
ha fotografiado hace pocos días con su homólogo americano. Esperemos que su
adhesión sea sincera.
Europa, entre USA y Rusia,
debe seguir su propio camino dentro de los esquemas democráticos y fuera de
dictadores y pendejos.
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