La
banca, con La Caixa y el Sabadell a la cabeza, ha entrado de lleno en la
campaña de estas elecciones autonómicas catalanas que, con los soberanistas
primero y los españolistas después, se han convertido en plebiscitarias, al
margen de su discutible, inseguro e improbable encaje legal.
Así
que ahora, el panorama se complica, pero si a algún catalán le sirve mi
consejo, yo consideraría las siguientes opciones antes de depositar mi voto:
- Cancelar
mi cuenta corriente en el banco o caja implicada en esta campaña, si la tuviera
en él, sea cual fuere el resultado de las elecciones.
- Reclamar,
vía judicial, al mismo banco, el reembolso de las ayudas que les dimos (Esas
que según Rajoy, nos van a ser devueltas)
- Presentar
una propuesta en el Congreso para que, en adelante, las entidades financieras,
puedan presentarse a las elecciones. Así quedaría mucho más claro quién
gobierna.
De
paso, y por aclarar las cosas, le pediría a una de esas entidades mencionadas,
qué razones, estrictamente profesionales, le llevan a contratar a un miembro de
la Familia Real, en las condiciones en que lo hace.
Y,
ya que hablamos de condiciones, le pediría también a la otra entidad que nos explique
por qué mantiene a un empleado en su plantilla, con las prebendas de que goza,
si no fuera por su estrecha relación con los asuntos financieros de la Real
Federación Española de Futebol.
Pero,
por supuesto y por encima de todo, ustedes voten a quien quieran; en muchos
casos, eso explica cómo nos va.
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