La
inauguración oficial de la capitalidad cultural europea recayó en un
espectáculo difícil de describir, a juzgar por lo que pude leer en la prensa de
ayer, por lo escuchado de varias personas que lo vieron en directo y otras en
la televisión. Nadie, ni los organizadores, quedaron satisfechos con el mismo,
así que no es mi propósito hurgar en la herida, aunque pienso que la idea
fuerza de la reconciliación, del entendimiento, merecía un mejor resultado.
Pero
quiero destacar algo que creo que gustó a todo mundo –o así lo supongo: la
interpretación de la canción del cantautor Mikel Laboa (San Sebastián
1934-2008). Les invito a que conozcan la canción Txoria Txori, interpretada por el mismo Laboa, acompañado por el
Orfeón Donostiarra (https://www.youtube.com/watch?v=RtZXavurBcE)
También
en versión orquestal, con el mismo coro y otro intérprete (https://www.youtube.com/watch?v=ulIqaG_BBPs)
tienen la canción que nos ocupa.
Si
no entienden las letras no se preocupen, pueden encontrar su significado en el
mismo medio. La primera es una bella canción llena de sentido, y la segunda no tiene, en realidad,
sentido alguno.
Disfruten
de la música, es lo importante. La obra de Mikel Laboa es cultura con
mayúsculas, y su inclusión en el espectáculo inaugural un gran acierto. Baste
con eso.
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