No esperaba que la publicación anterior sobre el Ulises desatara un caudal tal de comentarios de mis queridos lectores; de hecho, me parecía un tema de no tanto interés. Durante el tiempo que dediqué a preparar aquel texto, dejé una serie de notas que ahora he espulgado y, para compensar esos comentarios recibidos, traslado ese remanente a un segundo texto en señal de agradecimiento.
Dicho todo esto, ustedes saben que no soy filólogo ni mucho menos, pero he de reconocer que el Ulises de Joyce es una obra que no te deja indiferente.
La impresión del Ulises de Joyce estuvo prohibida y no fue hasta 1922, justamente el día de su 40 cumpleaños, que un maquinista de tren a quien le habían hecho el encargo, le trajo personalmente a su casa los primeros volúmenes que salieron de la imprenta, una vez que se vencieron empecinadas negativas y contando con el apoyo de unos pocos escritores y críticos literarios.
Cuando recibió su obra, Joyce se dedicó literalmente a descansar, y al despertar no volvió directamente a la escritura. Leía y escribía algún poema pero no volvió a la ficción. Estaba realmente exhausto, y así pasó prácticamente un año.
La edición en dos volúmenes que yo tengo trae en la portada del primero la conocida fotografía de su autor, y en la del segundo otra foto de una calle dublinesa; muy acertada la elección de ambas ya que, como saben ustedes, la novela desarrolla su acción en la capital irlandesa en una sola jornada, el 16 de junio de 1904. El primer volumen cuenta con 569 páginas en las que el prólogo de Valverde va desde la 5 a la 70 y el segundo 432, más unas pocas más que pueden ayudarnos a interpretar la obra, que se reparte en 18 capítulos. Pues bien, este verano, en el lugar más visible de la zona de libros de la cafetería de una estación de servicio de una autopista, pude ver perfectamente alineados media docena de ejemplares de una edición nueva, de la misma editorial que la mía, rebautizada como de bolsillo, aunque no sé si existirá bolsillo capaz para semejante obra, pero eso sí, con el mismo contenido que tiene la mía; destacaba la portada con una foto igual a la de mi primer tomo. ¿Cuántas ediciones se habrán hecho de esa obra?
Escritores como Ezra Pound y T.S. Eliot afirmaron que la publicación del Ulises era el suceso más importante que había acaecido en el mundo de las letras en todo el siglo XX, marcando esa novela un antes y un después en la historia de la literatura.
Otros autores surgieron tras esta obra, quizás el más notable fuera Samuel Beckett, que fue ayudante de Joyce, antes de que le dieran el Nobel de Literatura, y cuya obra Molloy leí durante un arresto en la puta mili.
Hay una conocida foto de Marilyn Monroe en bañador, leyendo un Ulises abierto casi por el final, es decir, en pleno monólogo de Molly Bloom
Lo dicho, anímense y a leerla. Yo ya me he atrevido a indicarles los capítulos más asequibles para un lector medio. Se celebra entre los amantes de esta novela el “Bloomsday”, o “día de Bloom”, y otras celebraciones que esta novela ha sido capaz de instigar. Por algo será… No nos quedemos fuera.
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