Coincidencias
y contradicciones; justo de lo que más gusta en este blog.
Hoy
es el día de Sant Jordi, y no me pregunten el porqué, pero hay una costumbre en
Barcelona que consiste en regalar una rosa y un libro. Tampoco estoy seguro de
que la rosa sea para las mujeres y el libro para los varones, o viceversa, o
indistinto. Y tampoco de que tal hábito se haya extendido a toda Cataluña; pero
no me digan que eso de regalar no suena un tanto discordante con el espíritu
ahorrativo que se supone propio a los habitantes de tal país.
Pues
bien, en tal día como hoy se ha conocido un documento de 1965, de la Jefatura
Superior de Policía de Granada, que explica cómo el poeta fue “pasado por las
armas” en el término municipal de Vizmar. Dice también que Lorca era masón,
homosexual –aunque no había pruebas- y “estaba conceptuado como socialista”,
por su vinculación con Fernando de los Ríos y otros gerifaltes de tal signo
político. Es decir, como ven ustedes, cualquiera de las tres acusaciones, con
pruebas o sin ellas, era suficiente para dictar el veredicto, fusilarle y echarle
a una cuneta. El nuevo régimen daba buenas pruebas de su espíritu justiciero.
La
otra coincidencia del día de hoy ha sido la entrega del Premio Cervantes a Juan
Goytisolo. Y como no, la entrega la ha efectuado el rey de España. Goytisolo, aparte
de rendir homenaje al autor del Quijote, no ha querido dejar pasar la ocasión de
denunciar la situación de “paro, corrupción y crecientes desigualdades sociales”
de nuestro país, para concluir su intervención con un “digamos bien alto que
podemos”. ¿Qué habrá interpretado el rey?
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