Este artículo ha aparecido en el número de marzo de 2015 de la revista OP Machinery, y es continuación del que está publicado en este blog el 19 de diciembre de 2013. La trilogía se cierra con el que la citada revista publique en este mes de abril.
RULE
BRITANNIA! (2)
Es
muy posible que las ardillas que ahora veo sean las mismas de la otra vez,
correteando alegres por el borde del murete y trepando ágiles a los árboles.
Pero no vamos a hablar de ardillas inglesas, quiero llevarles a dar una pequeña
vuelta por el centro de esta ciudad, y espero que acabemos con un mejor
conocimiento de la misma, de la sociedad inglesa en su conjunto, y de paso de
la nuestra, que nos interesa más.
En
el mismo centro se alza maciza la iglesia de la Virgen María, levantada en el
año de 979. Ignoro cuántas remodelaciones habrá sufrido, pero destacaría su
torre de aspecto militar y el entramado de madera que soporta sus tres naves.
Todo el conjunto en un estilo claramente gótico. En el atrio hay unos estantes
con publicaciones diversas y uno puede conseguir The Door, el boletín mensual
de la diócesis, marzo de 2015. La iglesia que identifico como la principal de
Reading –sí, ésta es la ciudad de la que hablamos- pertenece a la diócesis de
Oxford, que apacienta las almas de los habitantes de los condados de Berkshire,
Buckinghamshire y Oxfordshire, y es de obediencia anglicana. Señalo estos datos
porque esos tres condados reúnen una población
en torno a los dos millones y medio,
y bien pueden considerarse el
centro de Inglaterra y el camino desde Londres hacia el oeste y el norte.
Pues
bien, en ese boletín podemos conocer que el presupuesto anual de dicha diócesis
se eleva a la cifra de 23,6 millones de libras. Las 815 parroquias contribuyen
con el 82% de los ingresos de la diócesis, en tanto solo responden del 64% de
sus gastos. La explicación de la parte financiera se lleva 4 páginas y el
resto, hasta 20, trata de muy variados asuntos. En esas páginas uno puede
conocer al detalle muchos de los aspectos del funcionamiento de la diócesis,
qué problemas enfrenta o qué proyectos la ilusionan. ¿Y quién proporciona las
explicaciones financieras? Pues Alison
Jestico, Directora de Finanzas de la diócesis, que cumplirá en mayo su primer
año en ejercicio, y que ocupó en los doce últimos años el mismo
cargo en Oxfam. Sepan ustedes que Oxfam se fundó en Oxford y es uno de los
mayores empleadores en Inglaterra. Pero esta señora rinde cuentas ante John
Tattersall, presidente del Consejo Diocesano de Finanzas, en el cargo desde
enero de 2014 y proveniente de PricewaterhouseCoopers, donde fue socio hasta su
jubilación en 2009. Es decir, todo un ejemplo de profesionalidad y
transparencia. Llegados a este punto, y
para no aburrirles, quiero hacerles una pregunta: ¿recuerdan al cura ecónomo de
la archidiócesis de Valladolid, que invertía los cuantiosos recursos de la
iglesia en cierto chiringuito financiero? No hace falta que me contesten,
gracias. Tampoco es preciso que hagamos comparaciones, es señal de poca
educación.
Frente
a la iglesia, cruzando la calle, se encuentra el mercado; o más bien, lo que
queda del mercado. Lo que ahora pueden ustedes encontrar es una amalgama de
toldillas desmontables en las que se ofrecen productos de alimentación de baja
calidad junto a prendas de vestir de temporada, traídas de países de difícil
ubicación y destinadas a clientes de esos mismos países. Cuando se levantan las
toldillas y parten las furgonetas, queda un paisaje urbano desolador. Unas
máquinas de obra indican que se va a hacer una remodelación de la zona, pero no
vemos ningún anticipo de lo que se pretende. Claro que la ciudad tiene ya
suficientes recursos comerciales: hay un enorme centro comercial, el Oracle, y
otro, como de segunda división que ocupa parte de la manzana contigua. Sospecho
que esto es lo que ocurre cuando el lobby
de las grandes superficies consigue que el ayuntamiento provea de sitio
suficiente para desplegar todas sus tiendas: al poco tiempo, el antiguo mercado
de toda la vida languidece, entra en una época de decadencia y, al final,
desaparece. Ya tendrán ellos decidido qué hacer con esa superficie de la
explanada, pero, me temo, que no irán equipamientos sociales de interés
colectivo.
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