Este mes de enero ha sido pródigo en
noticias; digo de las que me gusta comentar, pero también con fecha
de caducidad muy próxima. Hoy los acontecimientos se precipitan tan
rápidamente que enseguida pierden validez. He escogido tres para
darles un pequeño tratamiento que las haga más atractivas, si cabe,
para ustedes.
Uno. Los beneficios de la banca
española han alcanzado este pasado 2018 la estimable cifra de 16,600
millones de euros. El ranking de beneficios se corresponde con el de
tamaño, al menos en los primeros puestos, es decir, Santander, BBVA
y Caixabank. Los dos primeros se han visto envueltos en sendos
asuntos relacionados con la lucha por el poder. Veamos:
En el Banco Santander sigue al frente
la familia fundadora, como ustedes saben, en tanto el accionariado
está dominado por los grandes fondos de inversión, americanos
principalmente. Como consecuencia de ciertas tensiones por el mando,
parece ser que la Presidenta se vio obligada a programar un cambio en
la figura del Consejero Delegado. La persona elegida estaba
cumpliendo esas mismas funciones en uno de los grandes bancos suizos.
Llegado el momento en que iba a producirse el relevo, saltó la
noticia de que la compensación que habría que pagar al candidato
por bonus al salir de su puesto era de unos 50 millones de euros. El
movimiento se abortó y se “descubrió” que el hombre de la casa
que estaba en el cargo podría ser tan buen candidato como el otro, y
claro, más barato.
Otras versiones apuntan a que el que
iba a llegar no era hombre de segundo nivel, por lo que, más
temprano que tarde, aspiraría a la presidencia, con el apoyo,
precisamente, de esos fondos que, en definitiva, vienen a ser los
dueños del banco. ¿Cuanto tiempo tardará en hacerse realidad lo
que ahora no ha podido ser?
En el BBVA, la lucha por el poder
viene de antaño, de cuando el recién jubilado ex presidente dio el
salto desde el chiringuito financiero de su propiedad a la
presidencia de Argentaria, cuya A añadió al BBV, con el beneplácito
del Presidente Aznar. Desde ese su puesto, se dedicó a allanar el
camino que le condujera hasta el retiro, ayudándose de ese también
ex comisario de policía, que lo mismo ha servido para un roto que
para un descosido, siempre que fuera en beneficio propio.
Como ven, aunque los dos ejemplos
citados no sean comparables, en ambos se da un episodio de lucha por
el poder, con personajes animados por la codicia.
Por su parte, Caixabank ha tenido unos
nada despreciables beneficios de 1,985 M€ (millones de euros, para
que se entienda), entre los resultados de su actividad bancaria y los
dividendos percibidos de su cartera de inversiones, que tampoco es nada
despreciable. Hemos de añadir que esos beneficios llenan la caja de
una Fundación con una importante labor social y cultural, fundación
en la que trabaja la mujer de un tal Urdangarín, lo cual no se sabe
bien si entra en el campo de lo cultural o de lo social.
Pero Caixabank en un alarde de
prudencia y previsión (sic) ante los malos tiempos que se avecinan
está preparando un ERE para 2.157 trabajadores. Si se preguntan
ustedes si ese ERE afectará a la persona que hemos citado,
contestense a sí mismos.
Dos. Ya saben ustedes de sobra lo que
ocurre en Venezuela. Es claramente una dictadura, no como China o
Arabia Saudí, que son democracias reputadas. Hay, además, una
escasez crónica de alimentos básicos, y como vemos en los
telediarios, se ven los muertos por las calles; no como en Siria,
Irak o Libia, otras democracias.
Además, el dinero que no tiene (o
quizás por eso) ha contribuido a la financiación de ese partido
español cuyos votantes son tontos, como nos ha enseñado Savater,
que es filósofo; menos mal que ya le votan menos (aunque más que
los que le votan a él), se ve que han leído sus obras.
Pero si quieren entender bien lo que
está pasando en Venezuela, que no es diferente a lo que han sufrido
otros países, y lo mismo que les ocurrirá a otros que tengan, para
su desgracia, riqueza suficiente como para despertar la codicia de
algunos, lean el siguiente artículo:
https://www.thetricontinental.org/es/newsletterissue/boletin-5-doce-pasos-para-conducir-un-cambio-de-regimen/?pdf=3908.
Tres. Los que no son tontos son los
que manejaban un tanatorio en Valladolid. Al parecer, terminadas las
honras fúnebres, y en ausencia de testigos incómodos, introducían
el cadáver que iba a ser inmediatamente incinerado en una burda caja
de cartón o madera común, preservando el féretro elegante y de
valor para el siguiente “primo”, que así cabe calificar al que
pagara hasta 4.000 euros por una caja que iba a ser consumida de
inmediato por las llamas.
En estos tiempos que corren nunca son
pocas las llamadas a la contención en el gasto, al reciclaje y a la
economía circular. No me parece de recibo matar un árbol, que ha
tardado años en crecer y privar de su función regeneradora al aire
circundante para construir una caja de muerto que se va a quemar acto
seguido.
Yo a mis deudos siempre les digo que
no se esmeren en elegir un sitio especial donde aventar mis cenizas:
el inodoro me parece un lugar tan válido como cualquier otro. No soy
tan escogido.
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