lunes, 9 de diciembre de 2019

A media cumbre






Ha pasado una semana en la Cumbre del Clima, hemos visto mucha gente conocida, incluida Greta, claro está, tras su derrota atlántica desde USA a la vieja Europa; ignoramos si esa derrota ha sido muy diferente de la planeada; estamos en una sucesión de borrascas atlánticas que tuerce cualquier previsión, pero al fin, su catamarán surcó aguas lisboetas. Ya en Madrid hizo frente como pudo a su natural aversión a las multitudes y participó en la manifestación prevista.
La primera semana ha transcurrido trufada de avisos de grandes catástrofes climáticas. Esta semana es, si quieren los grandes poderes, la decisiva: ya no hay más tiempo. La cumbre de Madrid pasará a la intrahistoria del movimiento ecologista. La cuestión es si pasará como una en la que no se lograron grandes acuerdos, y por consiguiente, nada se podía esperar de ella, o, por el contrario, por lo ambicioso de sus propuestas, por lo que, desgraciadamente, tampoco de ella se podrá esperar mucho. Porque si somos realistas, los científicos nos han mostrado claramente el camino, pero los poderes, y sobre todo, los poderes económicos, no están por la labor.
Seguramente muchos de ustedes habrán visto las imágenes del encuentro del alcalde Almeida con un grupo de niños. Éstos le preguntaron qué salvaría primero, se estuviera en su mano, la Amazonía, que se estaba quemando, o Nôtre Dame de París, que se había quemado. Eran de ver las caras de los niños que rezumaban inocencia y felicidad, y cómo se transformaron en tristeza e incomprensión cuando el alcalde les dijo que salvaría la catedral porque era europea. El mismo alcalde que basó su campaña electoral en denigrar el proyecto de su antecesora de preservar el centro de Madrid del tráfico automovilístico para reducir las emisiones de CO2, ahora se declara firme defensor de aquella propuesta como si fuera suya.
Una frase que suele repetirse por los políticos es que “trabajaremos por defender el planeta y lucharemos para que nadie se quede atrás”. Si algo define esta emergencia climática es su universalidad, todos los países se ven afectados, y todos los países amparados por la libertad de mercado, que es tanto como decir, todos los países donde impera el sistema capitalista, son los que realmente contribuyen al crecimiento de las emisiones efecto invernadero; países democráticos y países no democráticos. Entre los primeros USA, Europa e India, los mayores emisores de ese lado. Y entre los segundos, descuella China, la fábrica del mundo, y Rusia, que no se sabe bien qué es. Al margen, hay medio planeta de continentes y países, que si algo les define es la pobreza y el atraso, pero también sus escasas posibilidades de defenderse del caos que puede venir. ¿Qué significa esa frase? ¿Que no dejaremos atrás a los pobres o no permitiremos que los ricos pierdan parte de sus fortunas milmillonarias?
En fin, quedan escasas fechas para conocer el resultado de esta cumbre de Madrid y podremos saber al fin qué rumbo tomará el planeta. Entretanto se ha conocido la última erupción del volcán más activo de Nueva Zelanda. Aquellos que hayan comprado tierras en ese que dicen, último refugio para la raza humana, pueden respirar tranquilos: esa isla está desierta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario