FORTUNA
REAL
Pues
sí, en esto estaremos todos de acuerdo, la niña es muy bonita y desprende un
aura de inocencia propio de su edad, además de estar muy bien educada y saber
hacer la genuflexión (¿se llama así?). Sí, estamos hablando de la infanta
Leonor, o ahora ya princesa Leonor, no estoy muy al corriente de esos temas.
Hoy hemos podido verla recibiendo de su padre el Toisón de Oro, que creo que eso
es una etapa en su carrera como futura reina de España.
Su
padre le ha explicado lo que tiene que hacer cuando esté en ese desempeño; ella
le ha escuchado muy atentamente, bajo la mirada escrutadora de su madre y de su
abuelo paterno, el que fue rey. ¿Habrá entendido lo que le han dicho? ¿Lo
recordará cuando le sea necesario? ¿Qué habrá pensado su hermana pequeña de
todo este asunto? ¿Tendrá, en su día, celos de ella? ¿Aspirará también a su
momento de gloria?
Su
padre, el rey, ha cumplido cincuenta años, una cifra muy redonda. A poco que
viva, y si no abdica antes, dentro de treinta años seguirá siendo rey. En ese momento
yo estaré, si no doblo la servilleta antes, a punto de cumplir los ciento dos años. ¿No tendré la dicha de
ver proclamada la Tercera República Española?
Quienes
no tienen tanta fortuna son los trabajadores de Opel en Figueruelas, aunque
sean más afortunados que millones de sus compatriotas que tienen peores
trabajos o peor remunerados o simplemente no tienen trabajo alguno. Ninguno ha
tenido la suerte de llevar el apellido Borbón.
Cuando
mañana conozcamos el resultado de la votación que están realizando, sabremos
que han preferido ver congelado su salario en el año en curso, y aceptar subidas para los próximos
cuatro años del cincuenta por ciento de lo que suba la cesta de la compra, amén
de otros recortes sociales. Porque no tienen otro remedio: al llamarse como se
llamen, a ellos la línea dinástica no les beneficia, no han tenido esa fortuna
real.
Pero
que no piensen que ahí acaba la cosa. Cuando vayan a expirar esos cinco años,
la empresa volverá a plantearles otras condiciones -peores, claro- para que el
nuevo modelo que haya que producir se haga en esa misma planta. Porque esa es
la lógica del sistema, no vaya a pensar nadie que se lo hacen por maldad. PSA
(Peugeot y Citroën, para entendernos) compró las siete fábricas europeas de
Opel y Vauxhall por un precio tal que no le temblará la mano si ha de cerrar
una de ellas; tiene suficientes plantas en Europa y siempre habrá trabajadores
más necesitados: el asunto es producir más barato, es el mercado, como nos
recordaba el otro día un tal Rato.
Ya ven
qué distintas son las fortunas reales de unos y otros.
Quien
desee saber algo más sobre este asunto de Opel y Peugeot, puede visitar la
entrada del 24 de abril de 2017, titulada “Smopyc, again”, en este mismo blog,
clicando http://literharturas.blogspot.com.es/2017/04/este-articulo-ha-sido-publicado-en-la.html.
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