Una.
Acabo de ver dos películas recién estrenadas. La primera es La
trinchera infinita, una
obra maestra del cine español, realizada por un trío de directores
vascos, Jon
Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga
(recuerden
su anterior obra Handia)
y
ambientada en Andalucía, de donde procede el guion. Relata las
peripecias de un topo,
aquellos hombres del
bando republicano que
tras la guerra civil eligieron
esconderse, a veces hasta la amnistía proclamada por el gobierno de
Franco al cumplirse en 1969 los treinta años de su glorioso
alzamiento. Muchos
de ustedes recordarán aquello de los treinta años de paz y
prosperidad, y de tranquilidad -que viene de tranca, añadíamos
algunos.
Es
de destacar, entre otras cosas, todas bien resueltas, el cuidado
estudio sicológico del escondido y de su mujer, cómo esos años
afectan a uno y otra, y a su hijo (que es sobrino, como las sobrinas
de tantos curas de la época). Y una escena, al final, en la que un
personaje le dice al protagonista que nunca será reconocido como un
valiente, pero tampoco nadie le podrá negar su condición de
víctima. No se la pierdan.
Tampoco
deben perderse la segunda película, ésta realizada por Ken
Loach, con guion de su inseparable Paul Laverty, narrando las
peripecias de una pareja de lo que ahora es la clase media inglesa –
es decir, trabajadores autónomos pobres-, de la explotación a la
que el sistema les somete, y de la imposibilidad de escapar de ella.
Su título Sorry,
we missed you, es
decir, no le he encontrado, que es la nota que un repartidor pega en
la puerta si
el destinatario del paquete no está en su casa. Cuando se cobra por
paquete entregado, con un mínimo de entregas al día sin importar ni
la distancia ni las circunstancias sobrevenidas, pero
hay que cumplir el contrato, hay que pagar las facturas, y
hay que atender a los hijos, la vida puede convertirse en algo muy
amargo. Y a esta clase de sociedad es hacia la que quieren llevarnos.
Dos.
Se ha hecho público el interés de IAG (el grupo inglés propietario
de British Airways, Iberia, Vueling y Aer Lingus, aunque los medios
españoles han ofrecido la noticia como si fuera Iberia la
compradora) por la española Air Europa. El precio fijado asciende a
1,000 M€, veinte
veces
más que su beneficio anual para entendernos, que se pagará en
efectivo cuando termine el proceso dentro de más o
menos
un año.
Que
si la situación estratégica de Madrid para el tráfico del
Atlántico Sur, que si el hub
madrileño
va
a adquirir mayor protagonismo en Europa… los ingleses sabrán, que
para eso son tan listos, pero ante una desaceleración en Europa y
una crisis en Latinoamérica, mil millones en el bolsillo de la
familia Hidalgo
tienen que ser muy reconfortantes, que quieren que les
diga. Pero
bueno,
los ingleses recuperarán ese dinero subiéndonos un poco el
precio del billete, que
es
lo habitual cuando disminuye la competencia.
Tres.
Amancio Ortega ha ingresado 813 M€, aunque el total que ingresará
este año en concepto de dividendos por Inditex, la empresa de la que
conserva el 60% del capital, ascenderá a 1.626 M€, es
decir, 4,45 millones de euros diarios.
¡Jolín
qué bien,
este año igual también nos cae alguna máquina de esas que curan el
cáncer!
Cuatro.
La Princesa que hace poco entregó los premios Princesa de Asturias
en Oviedo, entregó ayer los premios Princesa de Girona, pero no en
Girona, sino en Barcelona. Y habló en catalán, en
chino y en árabe,
y se hospedó en el Hotel Rey Juan Carlos. No se a ustedes, pero a mí
me parece que
es someter
a una
niña a una presión excesiva e
injusta.
¿Alguien
le ha preguntado si de mayor quiere ser reina? ¿Nos lo han
preguntado a nosotros?
Cinco.
En el municipio de Medina, cerca de Seattle, Estado de Washington,
USA, muchos de sus vecinos son personas con muchos millones de
dólares, destacando entre ellos, Jeff Bezos, y Bill Gates,
posiblemente los dos hombres más ricos del mundo. Pues bien, el
ayuntamiento de ese pueblo de unos 3.000 habitantes está en
bancarrota.
Estoy
seguro que ustedes se imaginan la razón de esta contradicción,
acorde con las teorías económicas imperantes.
Seis.
Aramco, la mayor compañía petrolífera del mundo, propiedad de la
familia real saudí – aunque habría que señalar para ser exactos,
de la parte de esa familia que domina el cotarro- acaba de anunciar
que procederá a su salida a Bolsa; a la bolsa saudí, claro, y en
una cuantía inferior al 2%.
No
sería descabellado pensar que esa maniobra sea un ensayo para
proceder a una operación de mayor envergadura. Los negocios
relacionados con el petróleo no tiene un gran futuro y siempre es
mejor no tener todos los huevos en el mismo cesto.
Última.
Marchemos francamente, y yo el primero por la senda
constitucional. Así se avino, hace casi doscientos años,
Fernando VII a jurar la constitución (siempre esta palabreja) para
recuperar su trono, que es lo único que quería como se demostró
después. He recordado esas palabras por el gesto de ayer de Pedro
Sánchez, porque, o le han obligado en su partido, que no lo creo, o
lo ha visto tan negro que no ha encontrado otra salida. Salida que
por otro lado tampoco queda garantizada, aunque haya que reconocer
que hay opciones. Lo iremos viendo.
Recordemos
también otra frase, más reciente y más marxista: Estos son mis
principios. Si no le gustan, tengo otros. También le
define perfectamente. Pero ojalá que lo consiga, a satisfacción de
sus socios.
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