Tenemos hoy un buen ejemplo sobre el tema de la Iglesia que nos ocupa estos días. Se ha conocido la sentencia, tras once años de proceso por medio, que califica de despido improcedente el caso de una docente de religión a la que el obispado de Almería despidió de su puesto de trabajo por haberse casado con un divorciado.
El obispado ya ha dicho que no piensa reponerla en su puesto con lo que está dando ejemplo de buen comportamiento ciudadano y, lo que me parece más grave, la compensación por despido nulo, que viene a ascender a unos doscientos mil euros deberá ser pagada por el Estado y no la Iglesia; el estado paga a los docentes que están al servicio de la Iglesia y es por tanto el auténtico empleador de la demandante. Todo legal.
Curioso, ¿verdad? La Iglesia desobedeciendo a las autoridades y nosotros, los contribuyentes, pagando sus prebendas y sus desmanes.
¿Hasta cuando?
No hay comentarios:
Publicar un comentario