Vamos
a acabar con esta serie de la campaña electoral
y lo primero que tengo que decir es que me equivoqué del todo con las
predicciones que hice al principio: el asunto de Cataluña no ha supuesto un
obstáculo para hablar de los programas, que es lo que debiera hacerse. Lo mismo
cabe decir de los atentados de Paris, su vida en la campaña ha sido efímera.
¿Debemos concluir entonces que la campaña se ha desarrollado por los cauces
lógicos? Ya saben ustedes que no, pero como se dice hoy en día, es lo que hay. Al
final, el atentado – ¿ha sido un atentado? ¿Sí, no?- ha venido a modificar un
tanto los calendarios de los candidatos y nos ha regalado una foto de todos
ellos en el funeral.
Ya
sé que me estoy metiendo en un charco, pero tengo cierta propensión a andar
entre pozas; quizás sea por lo del apellido, quien sabe. Vaya por delante que
la desaparición de dos hombres, en la plenitud de su vida, ambos con mujer e
hijos, que nunca entenderán porqué se han quedado sin padre, desaparición que ha
sucedido en un abrir y cerrar de ojos, de una manera tan violenta como estúpida,
de una manera que nadie puede entender, esa desaparición, digo, entraña un
pinchazo de dolor en el corazón de cualquiera de nosotros, dejándonos con un
poso de amargura y hastío.
A
estas alturas ya saben ustedes que estoy hablando de los dos militares,
compatriotas nuestros, que han dejado su vida en las lejanas tierras
afganas. Pero quiero, también, hablarles
de otras cosas que no entiendo, que nunca
he conseguido entender en anteriores ocasiones como ésta, que, lamentablemente,
no es la primera. Como tampoco será la última, les invito a que se hagan, en su
momento, las mismas reflexiones que yo me hago ahora mismo.
Curiosamente,
cuando leemos la procedencia geográfica de esas personas, las más de las veces
vemos que son originarios de provincias que están bastante abajo en la clasificación
que atiende a la riqueza provincial. Y, desde luego, nunca he visto que
hubieran nacido en el seno de una familia de clase media o alta, o en barrios
señalados como tales. En ocasiones, hemos sabido que, ni siquiera, eran
españoles, sino hondureños o salvadoreños, por poner un ejemplo. De modo que la
primera conclusión que podemos obtener es que la razón para ejercer una
profesión como esa, tan llena de peligros e incomodidades, no parece que sea, exclusivamente,
vocacional o patriótica, sino, más bien, motivada por la falta de recursos.
Algo así, pienso yo, como la razón que lleva a otros a ser mineros, bomberos, o
chóferes de camión, por poner unos ejemplos.
Entonces,
me pregunto, ¿por qué asistimos a los tostones con que las autoridades nos
obsequian, a bases de conceptos tales como espíritu de servicio, patriotismo, o
amor a la patria? ¿Por qué no ocurre lo mismo cuando el fallecido es ese camionero que transporta
fresas desde Lepe a Amsterdam o un tripulante de un pesquero en altamar?
Con
respecto al último debate, creo sinceramente que el único ganador fue el
moderador, vamos que se ganó el sueldo, porque tenía bastante mérito aguantar
allí como lo hizo. Lo que ha quedado meridianamente claro es que ya no
tendremos que soportar más debates como ese. Y que Mariano es lo que parece, un
señor que se metió entre pecho y espalda el reglamento registral y que ganó las
correspondientes oposiciones, pero que eso no garantiza nada, salvo unos buenos
ingresos en épocas de copiosas transacciones inmobiliarias.
¿Qué
solución dará al segundo diputado por Segovia? Probablemente, ninguna salvo
confiar en que los segovianos se olviden, o que piense que son imbéciles. Ellos sabrán que hacen. Pero por eso, por la importancia que tiene esta campaña
es primordial que el día 20 hagamos, antes de ir al colegio electoral, un poco
de memoria sobre lo vivido en estos cuatro años de legislatura mariana, y votemos de forma que eso no vuelva a
repetirse. La oportunidad de un cambio político radical está en nuestras manos.
Otro
asunto de enorme trascendencia ha sido la Cumbre del Clima de Paris. Como era
de prever, se ha cerrado con una gran foto, con besos y abrazos, pero en falso:
no obliga a nadie, no hay recursos para cambiar el modelo actual y no hay
sanciones. ¿Resultado?: todo sigue igual. Pero sobre este tema volveremos en el
futuro. Merece la pena.
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