Este
asunto del Consejo de Ministros que el gobierno va a montar en Barcelona el
viernes que viene se está adueñando totalmente de la actualidad. Tengo un
montón de dudas, como todo el mundo, y la única opción es que Lucas me las
aclare, si en esta ocasión, es ello posible.
-Lucas,
¿qué crees que va a pasar el viernes en Barcelona? Porque eso del Consejo puede
acabar mal, ¿no te parece?
-Se
sabrá cómo va a acabar el viernes por la noche, hasta entonces todo son
conjeturas.
-Hombre,
ya, pero, ¿cuál es tu opinión? ¿Qué me puedes decir?
-Vamos
a ver si nos aclaramos: Barcelona, como Cataluña entera, está dividida, más o
menos en la misma proporción, entre seguidores del nacionalismo y los que no lo
son, ¿de acuerdo? Entre los primeros, otra mitad son más independentistas, si
lo queremos llamar así, y los otros más partidarios de una salida negociada,
digamos. Por consiguiente, podemos deducir que más del cincuenta por ciento de
la población agradecerá, en estas circunstancias tan especiales, que el
gobierno celebre un Consejo en esa ciudad; es una forma de que no se sientan
tan solos frente a los nacionalistas. Yo supongo que eso es lo que persigue el
gobierno, arropar a esa parte de la población de una forma explícita. Podríamos
decir que los que votan al PP (si queda alguno) y los que votan a Ciudadanos
debieran verlo así, a pesar de que sus dirigentes se pronuncien en contra. Ahí
creo que el gobierno está demostrando más cintura y más estrategia que la
oposición, ¿no crees?
-Bueno,
es una forma de verlo…Pero, ¿y los manifestantes que van a salir a la calle?
-Están
en su derecho, ellos lo piden, indican las calles, y la autoridad concede el
permiso, señalando cuál es el recorrido que se autoriza y cuál el que no. Y
monta el consiguiente dispositivo para mantener, si es posible, el orden. Se
dice que va haber tanta policía, de distintos cuerpos, como cuando hay un
partido Barça-Madrid. ¿Para un partido de fútbol nos parece normal, y para un
Consejo de Ministros nos parece una barbaridad? Yo quiero dar por sentado que el
gobierno va a llegar al lugar, que el consejo se va a celebrar, que después se
reunirá Sánchez con Torra, y luego, cada uno para su casa.
-Pero
¿tú lo crees? ¿En serio?
-Claro,
por eso te lo digo, no puede haber otra salida, es lo civilizado y lo que manda
el sentido común. Otra cosa sería algo que me resisto a imaginar, porque podría
ser el principio de una situación muchísimo más grave. No hay camino sin barro,
ni conflicto sin solución. Eso lo sabe el gobierno, pero también lo saben los
independentistas, y lo sabe la oposición al gobierno que les está haciendo el
juego a estos últimos. Echando gasolina al fuego no se apagan los incendios,
basta ya de cientocincuentaycincos y pongámonos a negociar. Recuerda que hubo
un acuerdo entre un gobierno español y los nacionalistas, y fueron esos del 155
los que recurrieron al Tribunal Constitucional sabiendo que lo echaría abajo,
ya que ellos lo habían nombrado. Ahora, ¿dónde estamos? ¿Quieren un 155 sin
límite temporal, mandar otra vez la policía, aislar Cataluña, enviar los
tanques? ¿Cancelar la democracia por una larga temporada, digamos cinco o diez
años? ¿Es eso lo que proponen? ¿O matar catalanes de uno y otro bando?
-Bueno,
bueno, Lucas, ojalá tengas razón.
-Eso
espero yo también. El sábado me dirás.
-Vale,
vale, hasta luego, Lucas, que tengo prisa.
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