Aunque
parezca mentira, el próximo martes, 7 de enero, nos encontraremos
con un regalo de los Reyes Magos, aunque haya mayoría de
republicanos por medio; tendremos un gobierno de izquierdas sin que
este adjetivo sea el único que se le ponga por parte de unos y
otros.
Se
ha dicho mucho de este próximo gobierno, se está diciendo más, y
se seguirá hablando muchísimo más aún, si es que ello es posible.
Por esto mismo, vamos a tratar de recordar ciertos aspectos que,
seguro, serán los menos aludidos.
Uno.
Deja una – profunda (?)- división en Cataluña, donde la derecha
y la extrema izquierda nacionalistas se quedan aisladas, sin compañía
en el centro izquierda. La derecha nacionalista (Junts per Catalunya)
amenaza con adelantar las elecciones autonómicas, lo cual
posiblemente le lleve a una bajada en apoyos; normalmente, siempre
ganan los que optan por salidas constructivas, léase Esquerra
Republicana de Catalunya, que puede ganar por esta vía el gobierno
en aquella comunidad.
Dos.
Igualmente, la derecha españolista crecerá en apoyos ante la
hecatombe que los partidos de la derecha nacional van a anticipar.
Pero estará por ver si vuelven a las posiciones que tenían hace un
par de comicios, cosa que aventuro será difícil.
Tres.
Queda muy claro que para los partidos de la derecha española, el
concepto “España” hace referencia, exclusivamente, a la
concreción geográfica de sus propias ideas, esa suma de ideas sociales,
políticas, religiosas y hasta sexuales, caducas
en su mayor parte, que se concretan en ese vocablo que tanto
dicen amar; los españoles no importan o les importan menos, lo que
les importa es España.
Cuatro.
Un caso curioso que enlaza con el anterior es el de Revilla,
presidente de la autonomía montañesa: Gobierna con el apoyo del
Psoe, tan a gusto como antes lo hizo con el del PP, pero como no le
gusta lo de la mesa maldita, anuncia su voto en contra; cuando el
Psoe cántabro le dice que puede retirarle su apoyo a la presidencia,
dice que no, que son cosas diferentes.
Cinco.
La derecha española no quiere ni oír hablar de negociaciones con
Cataluña; no tiene ningún proyecto político que persiga bajar la
temperatura entre ambas partes, fuera de la aplicación del articulo
155, o si es preciso enviar los tanques. ¿Cómo piensan mejorar esta
situación? Vale que políticamente les venga bien, pues mientras se
hable de Cataluña no se hablará de lo que de verdad interesa a los
españoles, pero, ¿tiene alguna idea para que este conflicto
amaine? ¿No hemos aprendido nada con el caso vasco?
Seis.
Todos los nacionalistas hablan de la autodeterminación de los
pueblos, sin reconocer que esto fue un proceso de la época de la
descolonización. Y no siempre bien llevado, por cierto. Y los
nacionalistas de derechas se aferran a esta historia para afirmar que
la autodeterminación no es posible. Y tienen razón, e incluso los
más inteligentes lo saben, y los otros les bailan el agua. Pero,
¿hubo una llamada a la autodeterminación en el referéndum escocés
o en el caso canadiense? ¿No hubo un referéndum en Euskadi para
votar o no, el Estatuto de Guernica? ¿Dónde está Euskadi hoy en
día?
Siete.
Para terminar, ¿sacan el Gobierno y el Tribunal Supremo españoles
alguna conclusión de los continuos varapalos que la justicia europea
les está propinando? O es que estos europeos son también comunistas
bolivarianos, filoetarras e independentistas? ¿O son del contubernio
de Munich?
En
fin, se podrían encontrar unos cuantos puntos más, y asimismo ustedes podrían, ahora mismo, citar algunos de ellos. Pero siempre
viene bien recordar la composición política de los diferentes
parlamentos. Por ejemplo, el catalán y el vasco, vacíos ambos de
representantes de esa derecha española arcaica y casposa. Y lo único
seguro es que en el nuevo período legislativo asistiremos por su
parte a una continuada acción de reprobar las medidas que la nueva
mayoría lleve al Congreso, llevarlas como inconstitucionales
al tribunal consiguiente, en el cual se han encargado de mantener la
mayoría de magistrados y tratar así de invalidar el voto de los
españoles en las urnas. Y después se quejarán de que el gobierno
haga su labor a golpe de decreto ley.
No hay comentarios:
Publicar un comentario