Este artículo se ha publicado en la revista OP Machinery, en su número de febrero pasado.
Hoy
les traigo unos
octosílabos,
esos versos de los que los
expertos dicen
que son los que mejor le vienen al castellano, en los que están
escritos tantos y tantos romances. Digo al castellano porque en
aquella época del romance, creo
que no
era tan obvio el concepto de España, y
mal podía hablarse del español. Por
si alguien tiene dificultad para leerlos del original, los reproduzco
a continuación. Dicen
así:
Playas
doradas de arena
mareas
vienen y van
el
viento se vuelve brisa
entre
las rocas y el mar.
Rocas
negras, horadadas
de
tanto abrazar al mar
las
piedras, enamoradas,
lloran
cuando el mar se va.
Detrás
de las playas, verde,
detrás
del verde, montañas,
en
las montañas collares
de
nubes cada mañana.
Playas
de marea baja
que
reflejan como espejos
los
pescadores, la barca,
las
nubes, los aparejos.
Cuatro
vacas, una calle,
diez
callejas, veinte casas,
jardines,
huertas, frutales
festoneados
con tapias.
Olores
a hierba fresca,
manzanas,
estiércol, algas,
a
sal de brisa marina,
a
sidra, sarmientos, brasas.
Rincón
de gentes sin prisa
que
valoran la amistad,
que
sonríen cuando marchas
sabiendo
que volverás.
Costa
verde, cielo astur,
unión
de mar y montaña,
de
soles, lluvias y viento
que
ralentizan el alma.
Su
autor, Teófilo Marcos, los escribió en el verano de 1981, según
confesión propia en la foto que los reproduce, junto a un sencillo
dibujo de la costa de Celorio, del propio autor. Esta pequeña
referencia, en un cuadro que adorna una pared del Bar Chiqui, sin
duda el de más solera de la localidad llanisca, es la única pista
de que dispuse para tratar de encontrarle, ya que nadie me pudo decir
más que el hecho de que fuera un asiduo veraneante adicto a Celorio.
Siguiendo
unas elementales pesquisas supe que Teófilo Marcos, natural de
Salamanca es, aunque ya esté retirado, un reconocido prohombre en el
campo de la publicidad española, admirado y respetado, siendo socio
de honor en la Academia de la Publicidad. Esta dedicación
profesional no le impidió dar rienda suelta a su afición creativa,
en la que nos deja claras muestras de su capacidad para transmitir
sus sentimientos, adornados con sus dibujos que se adaptan a lo
descrito como el más fino guante de cabritilla a la mano; autor de
poemarios que indagan en su propia personalidad, en sus recuerdos, en
esos pensamientos que nos acompañan a lo largo de nuestra
vida...Como artista plástico, sus pinturas y collages, su amor por
el blanco y el negro o su aprovechamiento de la fina sombra que
proyecta el alambre sobre el fondo, son asimismo muestras de su
sensibilidad de creador. Finalmente conseguí su teléfono y pude
hablar con él, y de esa conversación surgió el conocimiento de su
obra que admiro.
En
estos octosílabos se describe perfectamente lo que es Celorio, su
cuerpo y su alma, como el mismo Teo Marcos me reconoció, pues los
escribió en un instante de arrebato sentimental hacia el pueblo en
el que pasó temporadas durante muchos años, y al que regresa casi
todos los veranos aunque solo sea para tomarse una sidrina y saludar
a sus amigos del Chiqui.
Espero
que la próxima vez coincidamos en Celorio; tenemos un par de
aficiones en común y varias cosas sobre las que charlar
sosegadamente.
La
entrada Población
y poesía hace
referencia a la villa de Llanes y a su eximio poeta Celso Amieva,
cuyos versos grabados en acero
puede usted pisar en un paseo por el casco viejo. Ver
https://literharturas.blogspot.com/search?q=Poblaci%C3%B3n+y+poes%C3%ADa
.
Asimismo,
en Población y
poesía (2)
la ciudad es
Peñíscola y el poeta, gran experto en sonetos, José Jurado
Morales; véase
https://literharturas.blogspot.com/search?q=Poblaci%C3%B3n+y+poes%C3%ADa+%282%29
.
Muy entrañables esas estrofas, hay que ver como nos arraiga a todos la localidad que sentimos como nuestra, cuando pasamos las vacaciones.
ResponderEliminarEn Peñíscola, también hay un poema junto a la Porteta, que hace referencia a un barco varado en la roca.
Muy interesante tu labor de indagación por localizar al autor.