sábado, 30 de abril de 2016

Últimas perlas abrileñas






PÍLDORAS
16/04/28


Juan Luís Cebrián, presidente del grupo Prisa, ha puesto una demanda contra La Sexta, El Confidencial y El Diario.es, y ha prescindido del director de éste último diario digital, Ignacio Escolar, asiduo tertuliano de La Ser –perteneciente al grupo Prisa-, y ha prohibido a los periodistas de El País –igualmente, del mismo grupo- acudir como tertulianos a los programas de la Sexta.
Todo ello porque los citados medios han publicado su relación y la de su ex mujer con empresas radicadas en Panamá y otros paraísos fiscales.
Relaciones que –en principio- no afectan para nada al grupo que dirige, ni a ninguno de los medios que lo engloban, en un mal uso de su situación personal al frente de todos ellos y que borra de un plumazo todas las declaraciones institucionales del grupo acerca de la libertad de prensa y la buena gobernanza corporativa.
Los periodistas y asociaciones de periodistas que hace unos días emitieron un duro comunicado contra Pablo Iglesias tras el comentario de éste sobre un periodista de El Mundo, aún no han dicho esta boca es mía.







                                                                PÍLDORAS
                                                                  16/04/30

Hoy hemos sabido que en Roma han iluminado de rojo la Fontana de Trevi en homenaje a los cristianos asesinados en la guerra de Siria y aledaños.
Recuerdo un atentado con ciento y pico muertos en Lahore, o Peshawar (no recuerdo con exactitud, pero sí que era en Pakistán), y más atrás en la memoria, varias decenas de coptos en el Cairo. 
Seguramente habrá otros muchos cristianos asesinados en esos países, lo cual –no hace falta decirlo- es sencillamente lamentable. Tan lamentable como los miles de musulmanes (de cualquiera  de las tendencias) o aquellos que no son ni musulmanes, ni católicos, ni judíos, ni ateos, ni agnósticos.
Los cientos de miles de personas que han perdido la vida (algo único e irrepetible), y los millones que han tenido que abandonar sus hogares, o los que siguen cayendo entre los escombros de lo que fueron sus casas, se merecen un reconocimiento unánime, sean de la tendencia religiosa o política que sean.
Y una ayuda y un refugio, donde poder lamerse sus heridas si eso es posible con lo que vienen sufriendo, y donde tratar de rehacer su existencia tan duramente castigada. Esto es lo que hay que hacer con ellos y no mantenerlos confinados en campos de refugiados, o expuestos a las mafias que se aprovechan de la situación.
Pero esto es más difícil que alumbrar con luces rojas cualquier monumento europeo.

                                                                                                         

No hay comentarios:

Publicar un comentario