Tienen
mucha razón los responsables del gobierno de la Comunidad de Madrid cuando
dicen que no van a privatizar la sanidad, ni siquiera en esa media docena de
hospitales de la red pública que pasarían a la red privada; me molesta decirlo,
pero, tienen razón, no es eso lo que van a hacer, sino pasarlos a gestión privada y reducir gastos. Me explico:
Ellos
tienen las cifras de lo que cuesta cada hospital con el desglose al que se
quiera descender. Supongamos que la gestión anual de uno de ellos es de 1.000 unidades
monetarias. Pueden externalizar ese servicio con una compañía privada a un
precio, digamos, de 750; la Comunidad se ahorra, por tanto, 250 por año.
Para
ello sólo tienen que despedir a todo el personal de ese centro –y mejor a
unos cuantos más en los servicios centrales de la Consejería- y la empresa volverá
a contratar a una parte de ese personal que deberá trabajar más horas por un
salario menor. Así, y eliminando algún servicio que ya nos explicarán que no
tiene demasiado sentido, la empresa privada logrará, a su vez, entrar en el
presupuesto de los 750 y obtener, además, la rentabilidad acostumbrada.
Es
así de sencillo y, créanme, no hay nada nuevo bajo el sol. Es otro capítulo más
del proceso de devaluación interna.
¡Ah!,
se me olvidaba: la compañía privada tiene, como todas, unos accionistas. Les dejo la tarea de
imaginar quiénes son.
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