Esperamos
el análisis sobre la Renta Básica, pero ni hablas de eso ni del
coronavirus, a pesar del título. Así se expresa, impaciente, un
seguidor asiduo. Así que nada de coronavirus, esta entrada se va a
llamar Renta Básica Universal, ni coronavirus ni zarandajas.
Será
bueno empezar por una definición, a ver si nos sirve esta: La Renta
Básica es un mecanismo en virtud del cual cada persona, por el hecho
de serlo, recibe del Estado en el que habita, una remuneración
mensual que le garantice el acceso a una vida digna. Persona
significa individuo mayor de edad; si tiene hijos a su cargo,
recibirá una fracción de esa remuneración por cada uno. El hecho
de recibir esa remuneración no implica obligación ni
contraprestación alguna respecto al Estado pagador; es
incondicional.
El
individuo en cuestión puede tener trabajo o no, o desear, o no,
tenerlo; puede ser rico o puede haberle tocado la lotería; puede
tener casa propia o varias casas, o no tener ninguna; puede vivir
solo o con su pareja (que también cobrará su RBU, como es lógico),
y puede tener hijos por los cuales cobrará una parte adicional, como
hemos señalado más arriba.
Este
sistema va más allá de los ya establecidos, que hemos visto
anteriormente, que buscan una cierta justicia social, ayudando a los
que menos tienen, tratando de establecer unas bases sociales más
justas. La RBU implica una revolución social que precisaría grandes
cambios en la legislación fiscal, ya que establece un mínimo de
IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), que estaría
constituido por la percepción de ese ingreso, por el que nada se
pagaría, y a partir de ahí, una marcada y progresiva escala de
tipos, junto la consideración de cualquier rendimiento de capital,
rentas mobiliarias e inmobiliarias, herencias, etc, al mismo tipo
impositivo que las de trabajo, que como hemos señalado, sigue siendo
una opción para quien la desee. En esta última cuestión descansa
gran parte de la capacidad distributiva de la RBU, ya que hasta
ahora, las rentas de capital no tributan como las rentas de trabajo.
Recuerden el comentario de Warren Buffet, uno de los hombres más
ricos del mundo, sobre el hecho de que las secretarias de su oficina
personal pagan más IRPF que él mismo.
Es
decir, el IRPF deviene más progresivo, y en esa mayor función
recaudatoria va a residir la capacidad de la Hacienda para afrontar
la propia Renta Básica Universal. Sobre esta viabilidad financiera
hay ya varios estudios. En nuestro país, Arcarons, Raventós, y
Torrens (Universidad de Barcelona) los han llevado a cabo, referidos
a Cataluña, Guipúzcoa, y el resto de España, agrupados así por
las diversidades tributarias. Los resultados son accesibles y
muestran su viabilidad, baste decir que los referidos a Guipúzcoa
establecen un aumento impositivo para las rentas altas de casi el 4%,
cuando la diferencia de presión fiscal que soportamos comparada con
la europea está cifrada entre el 5 y el 8 por ciento.
Ejemplos
de Renta Básica (quitamos lo de Universal porque el experimento no
lo era) se han llevado a cabo en varios países, el último de ellos
en Finlandia en 2017. En ese país se entregaron 560 euros mensuales
libres de impuestos a 2.000 personas en paro durante dos años. Los
resultados de este experimento sobre la disposición de los
perceptores por encontrar trabajo con respecto a los demás, y sus
repercusiones sociales se conocerán en breve. En Suiza se convocó
un referéndum federal en 2016, con una renta de 2.260 euros, se
abstuvieron el 55% de los ciudadanos, y a favor votaron el 23%, con
lo que el no venció por un 77%.
La
RB constituye un movimiento en alza, muy centrado entre los
economistas académicos pero sin un apoyo claro y decidido a nivel de
calle. Si la UE no ve claro que tenga que salir en apoyo de los
países que van a sufrir más intensamente esta crisis derivada del
coronavirus, si no hay una conciencia de que enlazaremos esta crisis
con la necesidad de implementar políticas de descarbonización que
serán muy caras, si la ciudadanía espera retomar de nuevo la senda
consumista que traía, será difícil que triunfen políticas que
busquen la justicia social, la lucha contra la desigualdad y opten
por el progreso y el bienestar de las personas.
Pero
seguiremos en esa línea; sabemos que nos asiste la razón.
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