Pues sí, amigos, aleluya, gracias al Señor, las elecciones de ayer en USA nos han dejado el mejor de los resultados, como hemos visto esta mañana.
El nuevo presidente parece gozar de buena salud y de cualquier modo tiene un equipo capaz de seguir sus divinas instrucciones. Pero como todo es aleatorio y puede ocurrir cualquier cosa, me atrevo – yo, que soy optimista – a dejarles este comentario para que vean que, además, nuestro ínclito Trump sabe no solo ganar elecciones, sino también, dejar las cosas atadas y bien atadas.
Imaginemos – sin ninguna mala intención, por supuesto – que su salud se viera afectada por una vil enfermedad, y no digamos si ésta le llevara a la tumba. ¿Habría que preocuparse entonces por su sucesión? En absoluto, salvo el cumplimiento de los requisitos legales que fueran precisos para nombrar un sucesor aceptado por todos los que ayer le han votado. Y que además reúna todas las características en cuanto a preparación, experiencia y hasta simpatía personal para ese acto sucesorio, amén de que le ha acompañado en muchos de sus actos electorales.
Sí, amigos, estoy hablado del señor Elon Musk, a quien todos conocen. Si Trump es millonario, Musk lo es más, si emprendedor, aún más, pese a la diferencia de edad entre ambos. Al día de hoy, ha ganado a todas las grandes empresas de automóviles la carrera por el desarrollo y comercialización de automóviles eléctricos; en el sector aeroespacial ha superado en cuatro días el desarrollo de esa industria tan americana. Así podríamos hablar de cualquier otro campo donde él quiera entrar. Es simpático y accesible en cualquier lugar y ante cualquier auditorio.
Un amigo me ha puesto la pega de que es nacido en Sudáfrica, pero eso no es obstáculo ninguno. Henry Kissinger tenía pasaporte alemán y no tuvo ningún problema para ser ministro de asuntos exteriores, ¿recuerdan?
Y además tiene otra ventaja: es joven y tendríamos presidente para rato, sin necesidad de convocar elecciones cada cuatro años. ¿Qué les parece?.
Otra gran ventaja del resultado electoral es el crecimiento exponencial que van a tener los partidos que algunos llaman de ultraderecha. Alemania, Polonia, Hungría, Italia, Francia, Holanda, y Finlandia, por hablar solo de países europeos, sin hablar de España, donde tenemos ya a Vox, Se acabó la fiesta, y grandes sectores del PP, conocerán todos ellos, gracias a Trump, un crecimiento más que merecido.
Este es el futuro que nos aguarda. Aleluya, aleluya.