sábado, 28 de marzo de 2020

El coronavirus (5)

Dedicado a Inés y Nagore, mis enfermeras favoritas.



Como decíamos ayer (que dijo Unamuno parafraseando a Fray Luis de León), trataremos hoy de dar unas someras explicaciones sobre los distintos mecanismos de ayuda social, comparándolos con la Renta Básica Universal.
Vaya por delante que en la anterior entrada cometí un error de bulto, cosas de la edad, quiero suponer, cuando escribí renta general de inserción, en vez de Renta de Garantía de Inserción. Ustedes sabrán disculparme.

Y ya que estamos, empezaremos a explicar qué es esa Renta de Garantía de Inserción, en adelante RGI.
Seguro que todos hemos escuchado de boca de familiares, amigos y vecinos esa historia tan extendida que explica que los marroquíes (sobre todo) en cuanto llegan a Euskadi, reciben una casa, un sueldo, e imagino (aunque esto sea cosecha de mi caletre) una rubia despampanante para su solaz. Con estas condiciones económicas, pueden, de vez en cuando, viajar a Marruecos y llevar a la, o las otras mujeres que tienen allí, más su respectiva prole, ropas y ayuda en metálico que con el coste de vida marroquí les permite vivir como príncipes. Y mientras, aquí, nosotros rompiéndonos el espinazo para que esos moros vivan como señores -esto sería el corolario de estas historias.
Pues bien, la RGI vasca, que miméticamente o con algunas diferencias funciona en otras comunidades autónomas españolas, y que entiendo que es algo parecido a lo que el ministro Escrivá se refería, como señalábamos en el aludido comentario, es un sistema al que solo se pueden acoger ciudadanos españoles, o extranjeros, pero que lleven un mínimo de tres años de residencia en la comunidad documentalmente demostrable. Sin esto no hay ayuda ninguna.
La RGI trata de ayudar a los individuos y/o las familias, con trabajo o sin él, que no alcanzan a cubrir el mínimo vital preciso.
Sabemos todos que en las sociedades capitalistas modernas podemos distinguir a los que no tienen trabajo y/o han agotado el subsidio de desempleo, de otros que aún teniendo un trabajo no ganan lo suficiente, por la escasa jornada o, las más de las veces, por el escaso jornal. Estos son los que se llaman trabajadores pobres, término muy nuevo y en contraposición a los trabajadores, digamos clásicos, de antes de los tiempos de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, es decir, los tiempos felices de la socialdemocracia.
A este respecto es bueno hacer una parada y preguntarse cómo es posible que en esa época feliz, los trabajadores pudieran llevar a casa un salario digno, hubiera pleno empleo, y cada uno pudiera alcanzar una vida mejor que la de sus padres, y en cambio ahora sea todo lo contrario, y aparezcan estos trabajadores pobres, que hemos señalado. Piensen, piensen en ello.

Volviendo a la RGI, podemos señalar que actualmente la cobran 52.000 familias que suponen 93.000 personas, de las cuales 22.000 son extranjeras, y significa para las arcas vascas un gasto de 425 millones de euros, suponiendo algo menos del 4% del presupuesto total del Gobierno Vasco, menos aún de lo que esas mismas personas representan sobre el conjunto de la población vasca. Ha tenido cifras mayores en lo peor de la crisis. Y por hablar de todo ha habido algunos episodios de, digamos, uso indebido, por decirlo suavemente, pero en todo caso no ha llegado a ser una gota en el oceano si lo comparáramos con  el dinero que perdemos por aquellos que no pagan sus impuestos, o pagan menos de lo que deben. 
Si desean tener una información más completa y pormenorizada, está disponible en Internet, y siguiendo con las preguntas, debemos preguntarnos cómo es posible que ante tal transparencia informativa, bulos como el que hemos descrito al inicio se transmitan y calen en la ciudadanía.

Y como hemos alcanzado ya suficiente dimensión para un solo día, dejaremos, con su permiso, el análisis de la RBU para la próxima entrada.









miércoles, 25 de marzo de 2020

El coronavirus (4)





Aventuraba yo el pasado día 8 (primer día de esta serie dedicada al virus) que había trazas de que llegara a ocurrir algo como lo que ahora estamos viendo, decíamos que podríamos ver cómo el BCE, la Reserva Federal, el FMI, el Banco Mundial y otros organismos compiten por habilitar fondos ingentes para que algunas industrias imprescindibles puedan sobrevivir y los trabajadores sin empleo cobrar sus subsidios, y mantener así un mínimo bienestar y un consumo. Ya se sabe que las cosas de palacio van despacio, y la toma de decisiones, sobre todo monetarias y en la UE, llevan su tiempo.
Pero el hecho de que se hable de suspender el control del déficit, o se acuñe el concepto de coronabonos, y, sobre todo que personas como De Guindos, un adalid de la ortodoxia bancaria y ahora Vicepresidente del BCE, hablen de una renta mínima de emergencia me parece que nos permiten ser optimistas en estos aspectos tan importantes.
¿Por qué? Pues de un lado, los distintos países europeos pueden activar el gasto preciso sin miedo a que luego venga el BCE con la rebaja por no cumplir los objetivos de déficit; de otro, el acceso a los coronabonos – aunque esto se ve más difícil- supone un fondo para la lucha contra el virus y sus consecuencias; y en tercer lugar, otorgar subsidios para los más necesitados es, cuando menos, algo justo y necesario.

¿Significa esto que yo tuviera información privilegiada o fuera más listo que los demás? Ustedes que me leen saben que no, sobre todo la segunda opción. Pero la historia nos enseña mucho, y hace 90 años, tras el crack del 29, y la Gran Depresión que dejó la economía mundial y especialmente la americana por los suelos, se activó el New Deal del Presidente Roosevelt, que consistió fundamentalmente en la aplicación de políticas sociales, agrícolas y de construcción que por su efecto multiplicador, contribuyeron a salir del bache. Otro ejemplo anterior es la desecación, años antes, de las Lagunas Pontinas, en la Italia de Mussolini, o la construcción de autopistas en la Alemania de Hitler.
Después de la guerra mundial de 39 al 45, Estados Unidos puso en marcha, el Plan Marshall emitiendo cantidades ingentes de deuda que se emplearon para que los países contendientes pudieran iniciar la reconstrucción adquiriendo, eso sí, la maquinaria y los productos necesarios en USA.
Una situación muy parecida se produjo tras el ataque iraquí con Sadam Hussein a Kuwait. Recuerdo, porque lo viví, que las empresas interesadas en la reconstrucción de este pequeño país habían de calificarse como posibles proveedoras ante los organismos americanos, y se organizó ad hoc una feria internacional en Manama, capital de Bahrein. Pero el pescado estaba ya vendido, y los beneficios se los llevaron firmas americanas, en muchos casos creadas para la ocasión, que lograron también grandes contratos en la siguiente reconstrucción que fue la de Irak. No hay que olvidar que toda guerra provoca una reconstrucción que suele ser muy provechosa.

Volviendo a lo que importa, hemos de concluir que el sistema, cuando por distintas razones se ve amenazado, produce mecanismos de defensa que se aplican prestamente. Estas políticas de subsidios que hemos comentado más arriba son el ejemplo claro. Los necesitados son, antes que nada, consumidores, y se hace lo que sea preciso, contraviniendo la ideología y las políticas propias, para que esos consumidores no cesen en su consumo; tiempo llegará para que se lo podamos cobrar. Y así, hasta la próxima crisis.
El sistema capitalista en el que vivimos se basa entre otros principios en que siempre es mejor dejar que el mercado actúe sabiamente y se produzca riqueza, que de esta riqueza ya llegarán las sobras a los pobres. En estas ideas vivimos y por el camino nos hemos encontrado con una industria que antes no existía, que es la industria financiera. Así se ha logrado llegar a una situación como la actual, con la obtención de inmensos beneficios conseguidos a costa de los pobres, que no otra cosa significa la desigualdad. Las enormes ganancias en productividad, a través de la robotización, primero, y de la digitalización después, no han hecho crecer el empleo industrial, sino que esos beneficios de la industria engordan la bolsa del capital, que ya no se sabe ni cuanto tiene ni donde. Pero que, obviamente, no paga impuestos.

Así que ya sabemos que esos subsidios y ayudas de todo tipo que a veces se otorgan no tienen otro fundamento que el descrito. Hoy hemos escuchado al ministro Escrivá decir que el gobierno tiene el compromiso, a futuro, de establecer un ingreso mínimo vital.
Sobre lo que será este ingreso mínimo, la renta general de insercción, vigente ya en varias comunidades autonómicas españolas, y la Renta Básica Universal, volveremos otro día, si les parece.









domingo, 22 de marzo de 2020

El coronavirus (3)





Hoy quiero comentar unas cuantas cosas que nos ha traído el coronavirus, y que conviene anotar ya que nos dicen mucho acerca de sus protagonistas.

Vamos a numerarlas:

1.- Hemos podido ver al pelopanoja arropado por su vicepresidente y otros adláteres entre los cuales se encontraban, al menos, un par de líderes religiosos. Nuestro hombre, empeñado en llamar chino al virus, se supone que para poder decir que ha vencido algo chino cuando eso llegue, se ha dado un buen baño populista para ganarse el voto de los creyentes más ignorantes. Terminaron rezando y, sin hacer la más mínima mención a la sanidad, confiaron la salvación de las almas de los más necesitados al más allá; seguramente ahí tendrán una mejor vida que la que el Estado americano les ha procurado en ésta.

2.- En nuestro país tenemos también ejemplos igualmente edificantes. La Presidenta de la Comunidad de Madrid y el Alcalde de la capital han escrito sendas cartas dirigidas al Gobierno pidiendo material hospitalario, que, si hemos de creerles, el Gobierno esconde o entrega a otras comunidades pero nunca a ellos, porque al parecer tiene manía a los madrileños.
Pero cualquiera con una pizca de memoria sabe que si por algo se han caracterizado los gobiernos populares madrileños – aparte de los casos de corrupción- es por las políticas seguidas desmantelando la sanidad pública y trasvasando a la sanidad privada los presupuestos arrebatados.
Queda por saber si, cuando piden camas, han apurado ya las de las clínicas privadas o esas son intocables, y también si las que empiezan a ocupar en algunos hoteles han sido ofrecidas gratis et amore, o han de ser pagadas, y en ese caso por quien.
La que fue la presidenta madrileña por antonomasia, Esperanza Aguirre, está afectada por el virus e internada en un hospital público. ¿No debiera pensar que está ocupando una cama preciosa para otro afectado al que su política dejó sin camas suficientes?

3.- La UME (Unidad militar de emergencia) cumple con su nombre y motivo de creación. Acude presto ante cualquier catástrofe o accidente donde se requieran medios y recursos. Sus integrantes, voluntarios y jóvenes, están haciendo un gran servicio a la ciudadanía. Eso demuestra que en el Ejército, como en cualquier otro colectivo, hay personas de todo tipo. Lo vimos con un anterior Jemad (Jefe de Estado Mayor de la Defensa, el máximo rango en el oficio), y lo podemos ver con esta agrupación, o como se llame.  Esto mejora la imagen del Ejercito, aunque siempre quedarán (y sobrarán) los que vuelvan a mancharla.
En algunos lugares no son bienvenidos, es obvio. El derrumbe del vertedero de Ermua fue la anterior ocasión en Euskadi. Vaya por delante que, personalmente opino, su labor en aquellas primeras horas no era lo que se necesitaba, por el propio estado del escenario. Pero iban a venir a desinfectar el aeropuerto de Loiu (Bilbao), ya estaba todo arreglado, la Ertzaintza estaba alertada para acompañarlos, y a última hora se encendió la luz roja. Parece que ahora van a venir.
En El Prat (Barcelona) han estado, ignoro si bien o mal recibidos, a pesar de que el Molt Honorable Torra sigue afirmando – como si eso fuera lo importante ahora- que el estado de alarma invade competencias autonómicas pareciéndose a un 155 innombrado.
En fin, al final, los nacionalistas se parecen todos, los catalanes, los vascos y los madrileños.

4.- Los españoles en general están dando muestras de civismo y sentido común. Hay quienes se empeñan en dar la nota, hay que contar con eso, pero pocos caen en esas fatas de irresponsabilidad e insolidaridad que nos han hecho famosos. La frase ¿Quién me va a decir a mí si puedo beber una copa de vino o no? fue seguida por la no menos famosa ¡Viva el vino!, pero hoy podemos decir que estamos a otro nivel. Ciudadanía y gobernantes.







jueves, 19 de marzo de 2020

El coronavirus (2)






Bien, el coronavirus ya ha alcanzado su pico, en cuanto a la actuación del Estado, me refiero. Repasemos: ya hemos llegado a la declaración estatal – ¡qué mal se lo han tomado los nacionalistas!- del estado de alarma, y por delante solo nos quedan el de excepción y el de sitio; el de excepción lo conocimos en la universidad a finales de los sesenta; esperemos no conocer el de sitio.

Pero vayamos a lo que empiezan, o pueden empezar, a significar las medidas tomadas.
Desde casa puedo ver la plaza en la que desemboca el tren de cercanías que une la frontera francesa con Bilbao, y que la coalición Pnv-Psoe que gobierna la ciudad y la provincia – perdón, territorio histórico- se ha empeñado, contra la opinión de muchos ciudadanos (entre los que me encuentro) en convertirla en una estación más de un recorrido sin cul de sac que se llamará Metro; ya saben, el Topo será en adelante, el Metro, algo mucho más moderno, cómo vamos a compararlo si prescindimos del dinero invertido. Esa plaza, digo, que escupía miles y miles de viajeros - se estima del orden de los dos millones de pasajeros anuales- está ahora prácticamente vacía.

Decíamos en el anterior comentario del día 8 (El coronavirus), en su punto número 6, algunas de las cosas que podríamos llegar a ver. Algunas dichas con más convencimiento que otras pero, sustancialmente, que la FED y el BCE era posible que abrieran la manguera. Ambas nos han sorprendido, ya que esperar de la FED que habilite fondos que alcanzan el billón de dólares, e incluir una paga en metálico a cada ciudadano, es más de lo que mentes tan calenturientas como la mía podrían llegar a concebir. ¡Cómo tiene que ver el panorama el pelopanoja, cuánto han tenido que insistirle sus secuaces para tomar tal medida en la patria del neo liberalismo! ¿Y que el BCE, con Christine Lagarde al frente, tras su paso por las trincheras ultra reaccionarias del FMI, venga a hacer lo mismo? ¿Que vaya a comprar deuda publica y privada por importe de 800.000 millones de euros? Dicho así es casi más de lo que podríamos pedir – aunque creo que debiera ser solo deuda pública.

Pero, como me ha hecho la lengua un cura y no me hartaré de pedir, hay alguna cosilla que me gustaría añadir. El gobierno italiano, de derechas, no lo olvidemos, ha prohibido por ley el despido de trabajadores a causa del coronavirus. Aquí se autorizarán los ERTES, que se van a convertir en el objeto del deseo de todas las grandes empresas, cuando debiera estar limitado a los autónomos y a las pequeñas. Con el riego añadido de que no haya fondos para satisfacer todas las demandas, con lo cual, los que se queden en puertas serán, con toda seguridad los autónomos y las más pequeñas; es decir, como siempre legislamos para los más fuertes. Y que conste que me ha dejado gratamente sorprendido la presteza, profundidad y alcance de las medidas sociales y económicas del Consejo de Ministros del día 17.

En el punto siete de la entrada citada (El coronavirus, día 8 de marzo) apuntaba yo a no seguir la misma senda, tan trillada, que acostumbramos. A este respecto, me gustaría que la ministra de Transición Ecológica llegara a tomar una parte más activa en las políticas de gobierno y fuéramos preparándonos en lo que, entiendo, debe basarse nuestro futuro.
Ustedes lo saben y ella también.




domingo, 15 de marzo de 2020

El vertedero de Ermua





Según los chinos toda crisis alumbra una oportunidad (o algo así). Y un accidente, algo que suceda y nos afecte, cualquier cosa que alcance nuestro ánimo, que nos mueva y nos haga pensar, debe ser, también, una oportunidad para mejorar las cosas que hayan sido concernidas.
En el colapso del vertedero de Ermua (perdonen que insista en llamarlo así; los vecinos de Ermua saben el porqué) lo que ya no tiene arreglo es la vida de los dos hombres fallecidos. Las emisiones producidas por la combustión de productos que no debieran haber llegado al vertedero producirán o no, depende de los casos, miedos, molestias e incluso daños físicos; los vecinos que acostumbraban a darse su paseo por la presa de Aixola lo harán ahora por otro sitio; el vertedero seguirá siendo fuente informativa por años, y se seguirán vertiendo, valga la redundancia, opiniones y recomendaciones de todo tipo; así que pasen muchas lunas (como decían los pieles rojas) la justicia emitirá su fallo, y hasta sea posible que los responsables, que alguno habrá, ya no puedan ser condenados o recibir su condena. Pero, volviendo al comienzo, la oportunidad en este lamentable caso debiera cimentarse sobre varios puntos, que según mi humilde opinión, pudieran ser como los que se apuntan a continuación:

Uno. La gestión de un vertedero debe ser llevada desde la esfera de lo público, empezando por la recogida de los residuos, sean los que sean y con los medios que sean precisos, de modo que el ingreso que se obtenga de su recogida sea para las arcas públicas.
Dos. Si los ciudadanos pagamos por el servicio de recogida de basuras (y esto no debe cambiar), la recogida de residuos industriales, reciclables o no, debe ser pagada por las empresas productoras de los mismos, y los precios de recogida deben ser directamente proporcionales a la peligrosidad del residuo y su manejo.
Tres. Los precios de venta de los materiales obtenidos tras la labor de reciclaje en el vertedero, o en las plantas ad hoc serán fijados en razón inversamente proporcional a su grado de utilización directa por las empresas que los adquieran: cuanto más costoso sea el proceso de reutilización para las empresas demandantes, menor será el precio, y viceversa.
Cuarto. Los residuos no reciclables deberán ser tratados en plantas de valorización de dominio público y su aprovechamiento irá asimismo a las arcas públicas.
Quinto. Consecuentemente, se legislará de acuerdo con lo anterior.

Todo esto viene a cuenta de que la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, - máxima responsable de lo sucedido en el vertedero y sin un conato de dimisión- ha deslizado la idea de que debiera introducirse una tasa ecológica. A su vez, el máximo representante de la patronal se ha preguntado, con razón, dónde van a verter sus deshechos. La Administración debe dar una respuesta adecuada y rápida, y la adopción de medidas como las descritas – o mejores, por supuesto- hará que la producción de vertidos industriales aminore en el futuro, si se empieza, como debiera ser, por el diseño, la mejora de los procesos industriales y la reutilización de materiales reciclados. Entretanto, la industria en su conjunto debe ser invitada por las Administraciones Públicas a sumarse al proceso de financiación de los nuevos vertederos.
Nunca ha habido tanto dinero ni tan barato como hoy en día, pero la Administración tiene dificultades debido al encorsetamiento de la política presupuestaria. En vez de tasas, la industria puede aportar esa financiación necesaria y un ramillete de ideas sobre su recuperación parcial en el futuro; no olvidemos que se beneficia de carreteras y otras infraestructuras por las que no paga, y en su propio interés debiera sumarse a la solución para no ser solo parte del problema.
Obviamente este es un programa de máximos, que no se acabará en un día. Pero en un día se debe empezar.
¿O esperamos a que haya más derrumbes?














domingo, 8 de marzo de 2020

El coronavirus






Uno. La Iglesia ha recomendado que los fieles no se den la mano para desearse la paz, evitando así un posible contagio del coronavirus; puedo encontrarle sentido, así como no que no se besen manos y pies de las imágenes, como hacen los fetichistas, pero lo que no entiendo es que se recomiende también que no se comparta el agua bendita.
¿Es que ya no la bendicen?

Dos. Ya ven ustedes, hasta para hacer chistes como el que he pretendido hacer, sirve el coronavirus. Este virus es tan servicial que si no existiera habría que crearlo. Los medios de comunicación se han lanzado de hoz y coz al bombardeo informativo, de tal modo que pareciera que, o se han olvidado de otras noticias, o meramente las pasan de refilón.

Tres. Entretanto, el coronavirus ha llegado tan lejos que ha puesto en pie de igualdad realidades tan dispares y distantes como la provincia de Hubei, su capital Wuhan, Italia y Haro. ¿Hasta donde llegará?

Cuatro. Un de esas noticias pasada por alto es la situación de los refugiados sirios, kurdos y de medio mundo a los que esa guerra interminable ha colocado en la frontera greco-turca. Turquía cobró la mitad de los 6.000 M€ prometidos por la UE por embalsar refugiados y aliviar la situación de los campos griegos. Éstos, por su parte, obedecen fielmente las instrucciones de la Comisión Europea (después de lo que pasaron no se atreven a desairarla) y hostigan a los miles de personas, niños incluidos y con armas de fuego, que Turquía les envía. El resultado de ese envite no puede ser otro que muertes, heridos, y, en suma, un gravísimo atentado a los derechos de las personas que nos convierte a los europeos – a estos efectos somos europeos- en partícipes de un delito de lesa humanidad.
¿Qué gobierno europeo ha levantado su voz? ¿Cuando lo va a hacer el nuestro?

Cinco. Quiero pensar que USA se salva de este bombardeo informativo. Por una parte porque el pelopanoja seguramente piense que los auténticos americanos nunca se van a ver afectados por un virus chino, y de la otra porque no debe resultar fácil decirle a los ciudadanos que solamente por hacerse unas pruebas les pueden cobrar de 3.000 dólares para arriba.
¿Como les explicas que a esos europeos zarrapastrosos les salga gratis?

Seis. Mal que bien, y aunque no sepamos cómo va a continuar esta historia del virus, está mostrando trazas de que pueda anticipar situaciones futuras. Me explico: el paroxismo que habíamos alcanzado en cuanto a los millones de desplazamientos atravesando mares, montañas y desiertos, está sufriendo un duro golpe, tanto que las acciones de las compañías aéreas y en general, las relacionadas con el turismo, están cayendo en picado; el teletrabajo se ha “descubierto” como una posibilidad organizativa que ofrece múltiples ventajas; las videoconferencias aparecen como alternativa válida a las caras reuniones no se sabe donde; entretanto baja el petróleo y descenderán las ventas de automóviles, con ello disminuirá el tráfico, lo que mejorará la calidad del aire, las bolsas ya lo ven, etcétera, etcétera, etcétera. Solo haría falta que el virus se extendiera más por todo el mundo – falleciendo, eso sí, solo los que lo harían por una gripe, debido a sus otras dolencias- para que descubriéramos que el cierre de muchas fábricas por la falta de suministros de allende los mares, puede llevar a soluciones ingeniosas, que aprendiéramos también a consumir alimentos kilómetro cero, que viéramos cómo el BCE, la Reserva Federal, el FMI, el Banco Mundial y otros organismos compiten por habilitar fondos ingentes para que algunas industrias imprescindibles puedan sobrevivir y los trabajadores sin empleo cobrar sus subsidios, y mantener así un mínimo bienestar y un consumo. Si esto durara años, todos estos problemas se irían resolviendo y habríamos dado pasos de gigante en la verdadera lucha que la humanidad tiene planteada, que no es otra que la crisis climática.

Siete. Ya sé que esto último que he escrito estará muy mal visto por los que entienden que no puede haber otro mundo que no sea como el que habitamos. Mundo y sistema que defienden con todas sus fuerzas, sin importarles las inmensas contradicciones e injusticias que acarrea, pero me parece imprescindible, incluso con algunas gotas de humor, poner de manifiesto que otro pensamiento es posible y que no hay que perder ni el humor ni la esperanza.
Lo que es indiscutible es que el mundo no puede continuar por la senda por la que transita.



jueves, 5 de marzo de 2020

Población y poesía (4)

Este artículo se ha publicado en la revista OP Machinery, en su número de febrero pasado.











Hoy les traigo unos octosílabos, esos versos de los que los expertos dicen que son los que mejor le vienen al castellano, en los que están escritos tantos y tantos romances. Digo al castellano porque en aquella época del romance, creo que no era tan obvio el concepto de España, y mal podía hablarse del español. Por si alguien tiene dificultad para leerlos del original, los reproduzco a continuación. Dicen así:


Playas doradas de arena
mareas vienen y van
el viento se vuelve brisa
entre las rocas y el mar.

Rocas negras, horadadas
de tanto abrazar al mar
las piedras, enamoradas,
lloran cuando el mar se va.

Detrás de las playas, verde,
detrás del verde, montañas,
en las montañas collares
de nubes cada mañana.

Playas de marea baja
que reflejan como espejos
los pescadores, la barca,
las nubes, los aparejos.

Cuatro vacas, una calle,
diez callejas, veinte casas,
jardines, huertas, frutales
festoneados con tapias.

Olores a hierba fresca,
manzanas, estiércol, algas,
a sal de brisa marina,
a sidra, sarmientos, brasas.

Rincón de gentes sin prisa
que valoran la amistad,
que sonríen cuando marchas
sabiendo que volverás.

Costa verde, cielo astur,
unión de mar y montaña,
de soles, lluvias y viento
que ralentizan el alma.


Su autor, Teófilo Marcos, los escribió en el verano de 1981, según confesión propia en la foto que los reproduce, junto a un sencillo dibujo de la costa de Celorio, del propio autor. Esta pequeña referencia, en un cuadro que adorna una pared del Bar Chiqui, sin duda el de más solera de la localidad llanisca, es la única pista de que dispuse para tratar de encontrarle, ya que nadie me pudo decir más que el hecho de que fuera un asiduo veraneante adicto a Celorio.
Siguiendo unas elementales pesquisas supe que Teófilo Marcos, natural de Salamanca es, aunque ya esté retirado, un reconocido prohombre en el campo de la publicidad española, admirado y respetado, siendo socio de honor en la Academia de la Publicidad. Esta dedicación profesional no le impidió dar rienda suelta a su afición creativa, en la que nos deja claras muestras de su capacidad para transmitir sus sentimientos, adornados con sus dibujos que se adaptan a lo descrito como el más fino guante de cabritilla a la mano; autor de poemarios que indagan en su propia personalidad, en sus recuerdos, en esos pensamientos que nos acompañan a lo largo de nuestra vida...Como artista plástico, sus pinturas y collages, su amor por el blanco y el negro o su aprovechamiento de la fina sombra que proyecta el alambre sobre el fondo, son asimismo muestras de su sensibilidad de creador. Finalmente conseguí su teléfono y pude hablar con él, y de esa conversación surgió el conocimiento de su obra que admiro.
En estos octosílabos se describe perfectamente lo que es Celorio, su cuerpo y su alma, como el mismo Teo Marcos me reconoció, pues los escribió en un instante de arrebato sentimental hacia el pueblo en el que pasó temporadas durante muchos años, y al que regresa casi todos los veranos aunque solo sea para tomarse una sidrina y saludar a sus amigos del Chiqui.
Espero que la próxima vez coincidamos en Celorio; tenemos un par de aficiones en común y varias cosas sobre las que charlar sosegadamente.




La entrada Población y poesía hace referencia a la villa de Llanes y a su eximio poeta Celso Amieva, cuyos versos grabados en acero puede usted pisar en un paseo por el casco viejo. Ver https://literharturas.blogspot.com/search?q=Poblaci%C3%B3n+y+poes%C3%ADa .

Asimismo, en Población y poesía (2) la ciudad es Peñíscola y el poeta, gran experto en sonetos, José Jurado Morales; véase https://literharturas.blogspot.com/search?q=Poblaci%C3%B3n+y+poes%C3%ADa+%282%29 .

domingo, 1 de marzo de 2020

Notas de febrero (y 3)




Sin afán premonitorio, ya que no podía yo imaginar este desenlace, en las entradas Volar bajo y Volar bajo (2) comentábamos los avatares de Airbus, en su división militar principalmente. Lo pueden encontrar clicando aquí
https://literharturas.blogspot.com/search?q=volar+bajo para refrescar la memoria. Hoy, 19 de febrero, hemos conocido que Airbus anuncia unas pérdidas de 1.362 M€, de las cuales, 1.200 millones son provisiones en el apartado del avión militar A 400 M, del cual hay stock y cuya revisión de pedidos va a la baja.

Estos resultados, aunque la parte civil de la compañía haya batido records en entrega de aparatos comerciales y en pedidos por el fiasco de Boeing con su modelo 737 Max, que como recordarán tuvo dos accidentes, motivan unos recortes en las plantillas dedicadas al avión de transporte militar. Y de las 2.362 empleos que desaparecerán, 630 serán en España. Pueden apostar que será la planta de Sevilla la que se lleve la palma, ya que es la que se dedica al ensamblaje final del modelo A400M.

Este es un buen momento para recordar – para no volver a caer en los mismos errores, podríamos decir- que Europa está en la fase de definición del nuevo Eurofighter, el super caza europeo que debe sustituir a los aparatos F-35 americanos y a los Rafale franceses. Aquí estamos ante una nueva aventura económico-militar, como lo fue el A400M.

Habrá que tentarse las ropas.


Dos. Según Greenpeace, el aire contaminado, que es el que respiramos 9 de cada 10 personas en este valle de lágrimas, produce unos 7 millones de muertes al año. Las emisiones ligadas al transporte, por mucho que le pese al alcalde de Madrid y otros energúmenos de la misma ralea, son las que más rápidamente están creciendo, sobre todo en las ciudades. Es conveniente recordar esto ahora que estamos tan preocupados – y no digo que sin razón- por el coronavirus,
Por otro lado, sabemos que la afición a comprar desde nuestro ordenador doméstico todo tipo de productos fabricados en lugares lejanos es la causante del crecimiento desorbitado de empresas como Amazon, que acabará con el sistema de distribución comercial existente, y cuyos ingentes beneficios no se pueden someter a la política fiscal de nuestro país, pues ni le gusta al presidente de los Estados Unidos ni a los más acérrimos defensores del neo-liberalismo imperante, que se supone que algo ganarán en el envite; este desarrollo comercial, digo, precisa un mayor sistema de reparto en nuestras ciudades, como puede deducirse de la legión de furgonetas que ustedes se encuentran – y sortean exitosamente- por doquier.

Pues bien, los que confían en la investigación y el desarrollo, como se decía antes, creen que la inventiva será capaz de poner a punto sistemas que reduzcan ese tráfico incesante, como robots de entrega, drones, algoritmos para compartir la entrega con personas que conducen hacia el mismo destino, cajas de depósito para las dichosas entregas, y otros mil sistemas que se podrán desarrollar, y en los que ya están trabajando, y que harán que la tasa de crecimiento de las emisiones del reparto crezcan más despacio, y nos venderán su capacidad de innovación como una panacea. Todo menos atajar el mal de raíz, bien porque piensan que el mundo no podría vivir sin Amazones, cuando lo que no puede es vivir sin el Amazonas, porque asimilan el andar vestidos al consumismo desaforado, o porque, simplemente, consideran que el mundo debe seguir creciendo como si el crecimiento fuera un mandato divino, aunque con ello acabemos con el planeta.


Tres. Hemos sabido que Ciudadanos ocultó en el Congreso de los Diputados que un integrante de la Junta Electoral Central propuesto por el partido estuviera a sueldo del partido. El individuo en cuestión, catedrático de Derecho Administrativo en la Universidad Pompeu Fabra, cobraba pues de los tres sitios. Lo que no sabemos es a cual de los tres patrones obedecía. La Junta Electoral Central es un órgano que se cuida de la limpieza de los procesos electorales y del censo electoral, cosas que pertenecen al área política, siendo magistrados del Tribunal Supremo la mayoría de sus miembros .

¿Quién decía que hay separación entre el poder legislativo y el judicial?


Cuatro. Iberdrola ha declarado 3.406 millones de euros de beneficio neto en el ejercicio de 2019, la mayor cifra alcanzada en su historia. Una pregunta que cabe hacerse es si en esa mejora de beneficios tendrá alguna importancia el hecho de que técnicos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), y de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, hayan descubierto  que la empresa aumentaba artificiosamente el precio de la luz que pagamos los clientes. Pueden verlo con más detalle pinchando aquí: https://www.elconfidencial.com/espana/2020-02-14/iberdrola-cnmc-inflar-precio-luz-audiencia-nacional-investigacion_2454660/

El asunto está en la Audiencia Nacional.


Cinco. Y no por último menos importante: Tres noticias sobre la religión y el dinero.

La primera es que el actor Willy Toledo ha resultado absuelto del delito contra los sentimientos religiosos del que había sido denunciado por la asociación Abogados Católicos. Estos abogados católicos deberán pagar ahora las costas del procedimiento judicial, en la confianza de que serán recompensados en la otra vida.

La segunda es que en la parroquia de Llanes, Asturias, se ha instalado lo que sus responsables han bautizado como cepillo electrónico, para facilitar a los feligreses la dación de donativos. El cura ha dicho que es una opción como cualquier otra. Lo que no ha dicho es si quedará constancia del nombre del donante y el importe del óbolo. En caso afirmativo, podrá calibrar la fe de cada uno y tratarlos como se merecen.

Y la tercera se refiere a que el Vaticano paga a Roma tasas e impuestos por sus inmuebles, por una suma de unos 9 millones de euros al año, sin contar lo que pagan la Conferencia Episcopal Italiana y las congregaciones religiosas. Es decir, una cosa muy natural y similar a lo que pasa en España. Perdón, quería decir, lo que va a ocurrir.