martes, 24 de febrero de 2015

Ssspaña va bien!











Por mucho que les pese a comunistoides como los de Cáritas, que dicen que atienden a más de dos millones de personas, a los voluntarios de los Bancos de Alimentos –que no es una empresa del IBEX 35-, Ssspaña va bien. Nos lo ha dicho Mariano, añadiendo que en 2015 vamos a tener un crecimiento del PIB superior al 2%.  ¡E igual lo logra! Harían falta unos pequeños retoques, este año ha funcionado lo de contabilizar la droga y las putas. Para compensar, en 2015 podrían valer los exorcismos, ahora que vuelven a estar de moda. No nos dice qué va a pasar con la deuda pero, bueno, tampoco lo puede decir todo.
En serio, hay que tener mucha cara para decir tales cosas. Porque se supone que él conoce la realidad de este país, no puede ser tan obtuso o tan cínico. ¿Qué puede importar que crezca el PIB, si ese crecimiento no llega a donde tiene que llegar? ¿Qué parte del crecimiento se convierte en rentas del capital y qué parte en rentas del trabajo? Eso es lo que nos tendría que decir y no nos dice. Para conocer estas cuestiones tenemos que acudir a otras fuentes. Por ejemplo la OIT (Organización Internacional del Trabajo) que advierte de la enorme desigualdad que se está instaurando en la sociedad española, donde un tercio de los españoles cobran menos de 645 euros al mes, donde hay cinco millones y medio de trabajadores en paro, de los que más de dos millones no cobran ya ninguna ayuda al desempleo. “Que se jodan”, dijo una diputada del partido del gobierno, hija además de uno de los personajes más tramposos de nuestro país, que justamente ahora ha empezado a purgar sus faltas en la cárcel.
“Ssspaña va bien”, nos decía otro personajillo de la misma ralea, dotado, eso sí, de un ego monumental. Pero sabía lo que decía. Göbbels, el ministro de propaganda del régimen de Hitler, nos enseñó que una mentira mil veces repetida se convierte en una verdad. Y como el año que viene es año de elecciones y el partido del gobierno tiene un panorama sombrío, hay que empezar a lanzar falsedades para tener tiempo de repetirlas mil veces y hacer posible que cuelen como verdades. Göbbels llegó a conseguirlo en unos momentos en los que Alemania estaba al borde de la derrota, así que…al tiempo.
Para apoyar ese proceso, el gobierno acaba de aprobar la nueva ley de seguridad ciudadana, conocida ya como ley mordaza. Una ley de seguridad para un país que no tiene problemas de seguridad y que lo que necesita es ser defendido de su propio gobierno. Y ha concluido su campaña contra el poder judicial, cuya cúpula tiene a su servicio, en lo que puede entenderse como una estrategia para volver a los tribunales de orden público franquistas.
Y esto nos lleva a enlazar con Georges Orwell y su “1984”. Este novelista publicó en 1948 la citada obra, que nos muestra cómo la manipulación de la información, el establecimiento de un nuevo lenguaje (la neolengua) retorciendo y volviendo del revés el verdadero significado de las palabras, la vigilancia masiva sobre la sociedad y el individuo (el Gran Hermano), la eliminación de la personalidad independiente de éste, y la represión (¿una nueva dey de seguridad ciudadana?) son las herramientas que un gobierno fascista como el que él imaginaba puede aplicar para perpetuarse en el poder.
¿Estaremos en un proceso similar? ¿Podrá hacerse realidad esa novela de Orwell? Muy a menudo cuando escucho los argumentos y declaraciones de distintos miembros del gobierno y de su partido, me asalta la duda. Y nunca puedo discernir entre la ignorancia más supina y la maldad más diabólica. Nunca sé a qué carta quedarme.


miércoles, 18 de febrero de 2015

LUCAS Y GRECIA









Ya hace demasiado tiempo que no tengo un encuentro con el bueno de Lucas, así que le he buscado porque quiero que me dé su versión de lo que pasa con Grecia; como era de esperar, su disponibilidad se mantiene intacta y no se ha hecho de rogar.
-¿Y qué quieres que te cuente? La tele, los periódicos, el Gobierno, todos hablan de lo mismo.
-Ya, Lucas, pero me parece un asunto muy complejo y hay facetas que no acierto a entender. Por ejemplo: ¿por qué el gobierno español está en contra de que Grecia tenga un respiro? ¿Eso le vendría bien a España, no es así?
-Exacto, pero el gobierno está más preocupado por salvar su culo en las próximas elecciones que en mejorar la situación de nuestro país.
-Ahora sí que no entiendo nada.
-Mira, ¿recuerdas que Mariano voló a Atenas para un mitin –él, que tiene tanto arte para hablar en público- a favor de la derecha griega? Eso se le volvió en contra, porque sus correligionarios perdieron, y, en cambio, ganaron los amigotes del coletas. Ahora Mariano no tiene otro camino que tratar de que Syriza no consiga sus propósitos en la disputa con la Troika, y así, tratar de que se rebajen las expectativas electorales de Podemos. Si Syriza no consigue sus objetivos, ¿para qué vamos a votar a los de Podemos, quienes tampoco lo lograrán? Mejor, votamos a los de siempre, ya sabes, gente seria y de orden, que vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer.
-Ya, ya, pero, el interés de España, aunque la situación de ambos países no sea muy parecida, como ambos padecen una ingente deuda pública, estaría más cerca del de Grecia que del de sus acreedores, ¿no es así?
-Verás, las políticas de los gobiernos no están ligadas al interés de la ciudadanía, sino por la ideología del partido político en el poder, y si hablamos de una dictadura, por el interés particular del sátrapa…
-¡Hombre, Lucas! No me irás a decir ahora que esto es una cuestión ideológica…
-Pues en parte sí. Piensa, en qué pasaría si Europa buscara, para Grecia, una salida honorable, acorde con lo que desean los ciudadanos que han votado. A nosotros nos han vendido que los griegos se merecen lo que les está pasando y no otra cosa. Que son unos vagos y maleantes y unos manirrotos, que se han fumado todos los millones que les hemos dado, y que, encima, tienen la cara de pretender un trato de favor. Ahora que están acostumbrados a pasar hambre, un poco más –veinte o treinta años, total no es tanto- no les va a venir tan mal y podrán ir devolviéndonos nuestro dinero. Fíjate que nuestro ministro Margallo ha dicho que con el dinero que les dimos, Mariano podía haber subido las pensiones un 50% y las prestaciones de desempleo, un 38%; o al revés, no recuerdo bien. Es decir, ellos se funden el dinero y nosotros pasamos estrecheces por su comportamiento inmoral.
-¿Y?
-Y a ti, ¿a qué te suena esto? La pura verdad es que los bancos griegos se endeudaron desaforadamente con la banca europea en un proceso igual al que ocurrió en España, lo que explica la deuda exterior privada de Grecia; Goldman Sachs, cuyo vicepresidente para Europa era Mario Draghi, maquillaba las cuentas que el ejecutivo griego presentaba en Bruselas, lo cual llevó al déficit real a ser tres o cuatro veces superior al declarado, lo que a su vez, explica la deuda pública; y cuando la situación se hizo insostenible, los créditos oficiales se emplearon para aliviar la situación de la banca acreedora: es decir, el dinero de la Troika, entraba en Grecia, sus bancos pagaban a los bancos alemanes y franceses, principalmente, y volvía a salir hacia esos países, pero engrosando la deuda pública exterior griega. Entretanto, como es lógico, el gobierno griego, al no tener financiación, redujo el gasto social, lo que nos lleva a la actual situación. ¿No te suena a algo conocido, con nuestro rescate bancario, ese dinero convertido en deuda, y nuestra política de ajustes?
-¿Y lo que nos deben?
-Te explico: De los 25.000 millones que nos deben, 18.000 en números redondos, son avales que les hemos prestado. No les hemos transferido ningún dinero, han sido avales. Y los 6.000 que les hemos prestado nosotros, han sido al 5% de interés. Resulta que ganamos dinero en la operación, pero si Bruselas no negocia con Grecia y ésta se ve abocada a un impago, entonces sí perderíamos todo. Y parece que eso es lo que busca nuestro gobierno. Pero si Europa cambiara su política económica –o el destino de parte del programa de compra de bonos que se lanza en marzo- Grecia podría cancelar parte de su deuda –España, también- y, quizás, empezáramos a ver el futuro con cierto optimismo. Ahora bien, si Bruselas y Frankfurt se empeñan en gobernar para el gran capital y en contra de los intereses de su propia ciudadanía, es posible que a los pueblos del sur de Europa no les quede otra opción que intentar defender sus verdaderos intereses con los procedimientos que cada uno encuentre. El desempleo, la precariedad, los bajos salarios, la desigualdad social, las políticas de recortes salariales y la injusticia galopante que rige en nuestra sociedad, no es el futuro que muchos deseamos, no solo para nuestros hijos sino también y, especialmente, para nuestro nietos, que están más indefensos. No debemos cruzarnos de brazos, como si esto no nos afectara. Nos enfrentamos a décadas de pobreza y, lo que puede ser peor, al resurgimiento de partidos de extrema derecha, de clara ideología nazi.
-¡Joder, Lucas! Cómo estás hoy…
-Te digo lo de siempre: Tú preguntas y yo me limito a responder…
-Vale, vale,… ¡Hasta luego, Lucas!