sábado, 17 de diciembre de 2022

El futebol

 



Me permitirán ustedes recomendarles que lean antes de pasar más adelante el texto que bajo el título El deporte rey publiqué en este mismo blog el 6 de marzo de 2018. Escriban esas tres letras en la cuadricula superior izquierda o búsquenlo por la fecha. Ambos textos vienen a tratar del peso específico del futbol en nuestra civilización.


Hace unos quince días, tres jugadores de la Real Sociedad estuvieron en el súper donde su padre compra y los niños pudieron hacerse unas fotos con cada uno de los jugadores; esa era una posibilidad publicitaria que yo no había contemplado cuando escribí el anterior texto. Anteayer, mi nieto mayor (9 años) me enseño ufano el álbum sobre los jugadores del mundial; hoy, he leído que para completarlo hay que invertir hasta 940 euros con una desviación estándar de 170, según un modelo estadístico desarrollado. Pero es que no para aquí la cosa: También ayer pude leer en El Diario Vasco que afortunadamente (para quién?) va a salir un álbum con las jugadoras de la liga femenina. La pregunta que me hago en ambos casos es quién o quienes se van a quedar con las ganancias. También leí un artículo en el que se consideraba a Griezmann como un canterano (jugador de cantera) porque vino a Donostia con quince años, más o menos; así que cuando uno de los mellizos me preguntó donde había nacido Messi, le dije que en Barcelona a los diez o doce años; me miro un poco amoscado.


En otro orden de cosas, Irán jugó contra el equipo USA y ganó. Para entonces ya habían colgado de modernas grúas a sendos deportistas de distintas especialidades a los que se condenó a la horca por su apoyo explícito a la lucha que las mujeres iraníes vienen sosteniendo contra la dictadura religiosa. Ahora otro, que es futbolista conocido por haber jugado en varios de los más importantes equipos del país, está en capilla. Ha sido condenado por enemistad con Dios. Es de suponer que ese dios habrá testificado en contra del deportista. Se preguntarán ustedes cual ha sido la reacción del mundo del fútbol ante esto, que yo no se como calificar: ¡Ninguna! Ni media palabra, una cosa son esos hechos y otra el deporte rey. Ni siquiera hemos escuchado una reflexión sobre cómo tiene que estar el país para que esto trascienda y cuántos habrán muerto por enfadarse con ese dios inmisericorde. Es decir, estos hechos son propios de Irán y lo que vemos por la tele es fútbol, obviamente dos cosas bien distintas, y no conviene mezclarlas.


Se encuentra en fase de instrucción el caso de los millones cobrados de origen catarí. De momento, ha sido destituida una vicepresidenta europea y varias personas más. Se empieza a sospechar que también Marruecos está enredado en el asunto, y les confesaré que me he preguntado si los cientos de vuelos que han llevado a 50,000 o 60,000 marroquíes para ser testigos de su gesta deportiva no habrán sido subvencionados por las autoridades alauitas.


En fin, pasado mañana se juega la gran final, que es lo que importa. La selección argentina no tiene jugadores que tengan que ver con otro país; la marroquí tenía un 70% de jugadores nacidos fuera de su país, lo que puede explicar su ímpetu y su esfuerzo; y en la selección francesa solo cinco o seis jugadores blancos son titulares, como en Inglaterra, cifras representativas de las mezclas raciales.


A mí me hubiera gustado una final Argentina- Marruecos. Les expliqué a mis nietos que ambos entrenadores, Scaloni y Regragui fueron jugadores del Racing de Santander, que como todos ustedes saben es el mejor equipo de fútbol de Santander. Creo que esto no lo entendieron bien.


Ah, mi pronóstico es que la copa volará a París, lo siento por los argentinos.









viernes, 2 de diciembre de 2022

Las batallitas de Feijóo




Nos ha recordado Feijóo las batallitas de sus abuelos y bisabuelos, añadiendo que “no tiene sentido vivir de los réditos de lo que hicieron”. Esta coletilla denota claramente su idiosincrasia gallega: ¿a quienes se dirige con esa frase? ¿quienes no pueden seguir viviendo de los réditos de aquellas batallitas? ¿quienes han vivido hasta ahora de esos réditos? Él nació en 1961, 22 años después de la finalización de las batallitas. ¿Qué nos quiere decir, que lo que ganaron después de las batallitas hasta la muerte del caudillo ya se ha acabado? ¿Es por eso que finalmente muerto el líder aceptaron aquella tímida apertura que dio lugar a lo que se conoce como la transición española que, todo hay que decirlo, aún no ha acabado? Es realmente difícil entenderle a este hombre. La traducción al español de su apellido es haba o alubia, y consecuentemente una feijoada – como lo llaman en Brasil- sería una alubiada, que decimos nosotros; recordemos que tras semejante festín, con todos sus sacramentos y abundantemente regado con un buen ribeiro como debe ser, cualquiera puede caer en una buena siesta abacial. Quizás el insigne Feijóo estaba bajo esos efectos cuando pronunció esas palabras.


Porque nuestro amigo Feijóo sabe perfectamente que lo que hubo entre los años 36 y 39 del pasado siglo no fue una sucesión de batallas y/o batallitas sino, pura y simplemente, un golpe de estado llevado a cabo por militares españoles (?) que habían jurado ante su dios defender la legalidad republicana, apoyados por monárquicos, y otros partidos derechistas en el interior, y por los gobiernos nazi y fascista de Alemania e Italia respectivamente, en el exterior, y eso sí, ante la contemplación inane y cómplice de las democracias europeas. La reacción en legítima defensa de la ciudadanía española con ideas republicanas unos y de izquierdas otros, completó el cuadro dando lugar a una sangrienta guerra civil.


También conoce perfectamente Feijóo que el desenlace de aquella guerra supuso el comienzo de una dictadura fascista hasta el año 75, es decir durante 36 años, y que ha sido en el año 2019 cuando se han retirado los restos putrefactos del dictador, 44 años después y 80 años tras el comienzo de la dictadura. Es fácil de comprender que 80 años dejen un poso perdurable.


Yo recuerdo como era la vida en mi pueblo, con familias con las que no había trato, con casas a las que no debías acercarte. No era cuestión de batallitas lo que perduraba en el ambiente, sobre todo en las familias que como la mía se habían mantenido en la defensa de la legalidad republicana. Puedo recordar también las conversaciones, muy quedas, sobre los emboscados a los que se mencionaba por su nombre de pila; los comentarios con las cabezas muy juntas sobre las noticias que de ellos corrían, si alguno había pasado la frontera, si se habían oído tiros o explosiones por el monte, los resultados de los registros de la Guardia Civil cuyo cuartel estaba en el pueblo de al lado. Y no estoy hablando del 1939 o 40, no, que yo nací en el 46 y estoy hablando de los años cincuenta. Fue en todos esos años, después de las batallitas de los abuelitos de Feijóo, cuando los vencedores de aquella guerra asesinaron a miles de españoles, muchas veces sin juicios y otras tantas con jueces que medio dormidos concedían la pena capital que un fascista había pedido a aquella pantomima de tribunal. Eso eran también las batallitas de los bisabuelos de Feijóo. Mi padre estuvo varios años en la cárcel con una condena de muerte pendiente, pasando por la de Larrínaga en Bilbao, por el barco prisión Upo Mendi, surto en la ensenada de la isla de San Simón que había sido lazareto, en la ría de Vigo, pero tuvo más suerte que su hermano a quien fusilaron contra la pared del cementerio de Gijón.


Estas cosas que sucedieron en aquellos años después de las batallas oficiales son perfectamente conocidas por la parte de los españoles que las sufrieron, por los que no tuvieron arte ni parte en los hechos, pero también por esos otros, dizque españoles, que las aplaudieron y justificaron. Suele decirse que el tiempo todo lo borra, y posiblemente sea cierto, que tendemos a no pensar en historias pasadas, pero lo que no se puede consentir, lo que resulta a todas luces insoportable, es que todavía hoy en el año 2022, un feijóo cualquiera pretenda hacernos comulgar con ruedas de molino.


No se puede ser tan mala persona, tan carca, tan desvergonzado o tan imbécil. No se en qué orden escribir estos adjetivos, decidan ustedes.


 

sábado, 19 de noviembre de 2022

En los márgenes

Este artículo ha sido publicado en la revista OP Machinery en su número de noviembre-diciembre. 




Ayer, siete de octubre, acudí al estreno comercial de En los márgenes, aunque cuando puedas leer este texto habrá pasado un mes. Cuatro historias distintas, un desahucio ya en marcha, otro anunciado, una niña retirada de la patria potestad de una madre multiempleada que apenas tiene tiempo de atenderla, y en medio de todo, un abogado defensor muy concienciado, y que, como recompensa, pierde a su mujer pero gana al hijo de ésta. El guion es una obra maestra, y en una hora cuarenta minutos se intercalan imágenes de los tres casos en los que interviene el abogado, más lo que él mismo vive, sin que el espectador tenga un minuto de reposo. La película es dura de ver, con imágenes y situaciones muy fuertes y un elenco de actores que lo dan todo.



Es un alegato político contra los desahucios y los lanzamientos, con reconocibles voces en off que nos proporcionan datos reales, y con activistas de la Pah (Plataforma anti desahucios) interviniendo en pantalla. En definitiva, la película supera todas las expectativas, y, para mí, deja a distancia los mejores films de Ken Loach, reflejando una realidad española, que la mayor parte del publico conocemos de oídas sin que podamos imaginar lo que los afectados pueden llegar a experimentar. Junto con los títulos de crédito, la pantalla nos señala que en nuestro país se producen cien desahucios al día, y que llevamos más de 400,000 desde la crisis financiera, entre desahucios y lanzamientos. Recordemos que esas cifras significan familias afectadas que, por los avatares de la vida y de las crisis financieras que ellos no han creado, se han convertido en los paganos del sistema y han caído de hoz y coz en la desgracia de perder su hogar.


Y para aclarar los términos, debemos indicar que un lanzamiento es el procedimiento de desalojo de una vivienda que ha sido embargada por no pagar la hipoteca, en tanto un desahucio sería lo mismo pero cuando hablamos de un impago de alquileres. En la actualidad es más usual hablar de desahucios en ambos casos.


La situación es y ha sido de tal calibre de gravedad que debemos recordar el llamado decreto Guindos – por aquél ministro que lo pergeñó-, responsable del Código de Buenas Prácticas Bancarias. Aunque debiéramos suponer que los Bancos no tienen malas conductas, sin embargo a veces, hay que recordárselo para evitar las malas intenciones. Ese código indica básicamente a los bancos que, antes de meterse en un desalojo, se debe negociar con el hipotecado la dación en pago, es decir, admitir el piso hipotecado como pago o parte del montante de la hipoteca, y también colaborar en la búsqueda de un alquiler sustitutivo. En el parecer de cada uno de nosotros está el creer que ese código se siga.


Lo cierto es que con digo o sin el, la situación suele empeorar. Se acumulan más cuotas de hipoteca sin pagar o más meses de alquiler impagados, y el banco en cuestión busca otras soluciones. La semana pasada supimos que KutxaBank había llegado a un acuerdo con un fondo (buitre) radicado en Irlanda para traspasarle una cartera de unos 2,500 casos impagados por un montante de unos 240 millones de euros. Esta suma mejora la liquidez del banco; las provisiones que había realizado por esas moras en ejercicios anteriores devienen en beneficios, y el paquete de clientes morosos ya no es suyo: una operación redonda. El fondo irlandés podrá actuar contra los deudores sin ningún tipo de traba y los beneficios de la operación, que se presumen altos, escapan de pagar impuestos, que para eso Irlanda – aunque esté dentro de la Comunidad- es un paraíso fiscal. Y cuidado con el apelativo ese de fondo buitre; en muchas ocasiones esos fondos se nutren de las aportaciones de nuestros fondos de pensiones, con lo que estaremos asegurando nuestra pensión a costa de las desgracias ajenas.


Cuando ese fondo actúe, se verán otra vez escenas como las descritas en la película En los márgenes; tanto da que sean hipotecas impagadas o alquileres sin pagar. La justicia está para actuar y la policía para ejecutar; todos son profesionales y trabajan dentro de la ley.


De ahí que conviene que recordemos en su momento, que pronto ha de llegar, el ideario político y ético de los distintos partidos en liza.














jueves, 10 de noviembre de 2022

Lucas y los okupas





 

Tras una paciente búsqueda de documentación adecuada me encontré con unos 30 recortes de periódicos sobre okupaciones, otros casi 40 de intervenciones de las fuerzas del orden para desokupar viviendas, más de 25 recortes de desokupaciones llevadas a cabo por empresas especializadas, y, exactamente 43 de declaraciones de distintos jueces, unos afirmando que una okupación se resuelve rápido, a veces solo con la visita de personal del juzgado, en tanto otros jueces afirman que no hay manera de desokupar una vivienda, que resulta realmente difícil ya que los juzgados están sobrepasados; otra docena y media de artículos sobre la Sareb, y ni les cuento las docenas de ellos sobre estas empresas de seguridad que se están poniendo las botas instalando sus aparatos. Armado con todo ese material más otros artículos que me entraban a diario, me dispuse a su análisis para poder ofrecerles a ustedes un buen resumen del fenómeno jurídico, social y económico que conocemos como okupación.


A la semana, tuve que acudir al centro de salud y mi doctora de cabecera me examinó minuciosamente y ordenó unos análisis que no revelaron mal alguno. ¿Qué estás haciendo últimamente? me preguntó, ¿estás leyendo o escribiendo mucho? Ante mi afirmativa me dijo, mira, tómate un respiro, una semana al menos y verás como te recuperas. Dentro de cosa de diez días, vuelves que quiero verte.


¿Y saben qué pasó a continuación? Al día siguiente, como por arte de magia, ahí que apareció Lucas al teléfono.


- Qué?, cómo estás?

- Bien, Lucas, bien, …

- Déjate de tonterías, hombre, he encontrado a tu mujer y me ha puesto al día, con la condición de que me calle. Así que ya estás enviándome todo el material tóxico que tengas, aunque necesites tres envíos.


A los dos días me volvió a llamar:

- Hola Lucas.

- Hola panoli.

- Qué?

- Pues eso que eres un panoli.

- Pero Lucas…

- Tú quieres que te ayude? Si no, se lo digo a tu mujer, y listo.

- No me jodas Lucas…

- Pues atento.

- A ver dime.

- ¿Tú crees que los okupas y demás son los responsables de los males de España? Tú mismo has mencionado la Constitución, los diversos intereses en juego, el juego político, etcétera. Pero fíjate que estos mismos días hemos conocido los resultados apabullantes de las grandes empresas españolas, y es en esas cifras en las que debemos fijarnos.

- Pero tú crees...

- Recuerda a ese presidente de Iberdrola, creo que era, el que se reía a mandíbula batiente llamando tontos a una parte de su clientela, porque estaban en una tarifa por la que tienen que pagar un precio más elevado; el mismo que vació los pantanos, como si el agua fuera suya, para aprovecharse del precio de la electricidad y forrarse, a sabiendas de que acababa con las reservas de agua; hoy hemos sabido que el cambio de carril no es nada fácil, y los clientes tratan, sin conseguirlo, de acceder a otra tarifa más económica. Y encima el tipo ése que se ríe públicamente de sus clientes, amenaza con recurrir ante los tribunales el impuesto gubernamental a las energéticas. Entretanto esos tribunales se resisten a cambios en su estructura interna porque con la que tienen desde hace diez años, les va mejor para defender los intereses de las grandes empresas. Lo vas viendo claro?

- A ver si yo...

- Y los resultados de las refinerías de crudo? Recuerdas a aquel gerifalte del PNV que pasó a la presidencia de Repsol? Ese sí que tomó la puerta giratoria adecuada. Ahora en Repsol se está poniendo las botas, como Feijóo no diría, porque éste prefiere que el dinero vaya a las grandes empresas que son las que le sostienen. ¿Y de los bancos? ¿Tienen que estar sufriendo los tenedores de hipotecas para que ellos ganen cantidades ingentes? ¿Y ante las medidas del gobierno para gravar esos beneficios exorbitantes nos hablan de abusos? De esto es de lo que tienes que escribir, aquí si que hay dinero. Dinero e injusticia. Aquí es donde el gobierno tiene que echar el resto, en beneficio de la ciudadanía. Es lo justo. Y si no lo hacen, perderán las próximas elecciones. Y con razón. ¿Entendido?

- Vale, vale, Lucas, te he entendido. Gracias por tu ayuda.

- De nada, panoli.

- Joder, Lucas…

- Es una broma, hombre. Hasta otra.





















viernes, 21 de octubre de 2022

De okupas





Según el Diccionario panhispánico del español jurídico, okupa es la persona que se instala en una vivienda o local deshabitado, sin consentimiento del propietario; y también, dicho de un movimiento anti sistema: que propugna la ocupación de inmuebles ajenos deshabitados. En Wikipedia, que no es cien por cien fiable pero se acerca, podemos leer lo que sigue: “El movimiento okupa es un movimiento social radical que propugna la ocupación de viviendas o locales deshabitados, temporal o permanentemente, con el fin de utilizarlos como vivienda, guarida, tierras de cultivo, lugar de reunión o centros con fines sociales, políticos y culturales, entre otros. El principal motivo es denunciar y al mismo tiempo responder a las dificultades económicas que los activistas consideran que existen para hacer efectivo, a costa del derecho a la propiedad privada y del trabajo de terceros, el derecho a la vivienda”.


Para completar la primera definición y mejorar la segunda, yo haría, con los sintagmas que hemos dejado en cursiva, otra definición como la que sigue: “El movimiento okupa procede a la ocupación de viviendas, ante las dificultades económicas existentes que impiden ejercer el derecho a la vivienda”. Intencionadamente elimino el término guarida, que cuando menos me parece más apropiado para animales o desalmados, así como lo de centros con motivos sociales, políticos y culturales, por considerarlo en otra categoría de ocupación – a la que volveremos más adelante.


Así pues lo que nos queda es la mera ocupación de viviendas por parte de los que no encuentran forma de vivir bajo techado. Y lo que parece no tener solución es el hecho de que el acceso al disfrute de una vivienda, sea en propiedad o en alquiler se hace más y más difícil, y miles de españoles, pertenecientes a la “generación más formada de nuestra historia”, han de compartir piso o habitación ante los precios vigentes de los alquileres.


Por otro lado, es difícil encontrar una definición que se ajuste desde todos los puntos de vista y satisfaga todas las opiniones. Y habría que preguntarse para qué sirven las definiciones cuando no existe intención alguna de analizar las condiciones que empujan a muchas personas a ocupar un piso ajeno. Porque la situación que se da en nuestro país es, por decirlo de alguna manera, curiosa. El artículo 47 de la Constitución Española dice que “todos los españoles tienen derecho a a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.” Ahí queda eso. Ya sabíamos que la Constitución es intocable, que no se puede modificar; lo que no sabíamos es que tampoco se le haga ningún caso, o mejor dicho, que no hacerle caso no traiga consecuencias para nadie, en primer lugar para los poderes públicos. Sabemos que en todo planteamiento urbanístico hay que dejar un determinado porcentaje para edificar viviendas sociales. ¿Se cumple? ¿Sabemos también qué seguimiento se hace a las plusvalías que genera la acción urbanística de los entes públicos? Los periódicos que leemos, las radios que escuchamos, las televisiones que vemos, ¿informan de esas cuestiones? No ha de ser porque no interesen a los españoles. ¿O será que solo nos interesan casos como el de la pobre señora viuda, con una mísera pensión, que una mañana que bajó a comprar el pan, se encontró a la vuelta ocupado su humilde piso? ¿O los infinitos casos de propietarios que llevan años sin poder recuperar su piso? Porque estos ejemplos sí nos los cuentan los citados medios. Aún a sabiendas de que la inmensa mayoría son falsos.


¿O será que lo que nos cuentan es solo y exclusivamente lo que sirve de publicidad gratuita a una pujante, reciente y tecnológica industria basada en la seguridad? ¿O es que solo nos cuentan lo que ciertos partidos políticos tienen interés en que conozcamos? Pero de esto hablaremos más adelante.