PÍLDORAS
16/07/17
Un
golpe de estado que no controla todos los aeropuertos, las radios, las televisiones
públicas y privadas, las redes sociales, que no detiene al presidente y otras
autoridades, que no manda en la calle… es un movimiento condenado al fracaso. Tal
parece que le hayan preparado a Erdogan este intento de golpe de estado para
entregarle el país, atado de pies y manos.
Cientos
de muertos, miles de detenidos, muchos de ellos jueces (¿para qué harán falta
jueces si lo que se necesitan son intérpretes de la saría?), limpieza en el
ejército, castigo a los kemalistas, persecución del laicismo, radicalización
religiosa,…
En
nuestro ámbito occidental reina la idea de que un golpe de estado es algo del
pasado, que el cambio hay que ganarlo en las urnas, que es algo que no se lleva
bien con la modernidad. Y es cierto, pero quizás debiéramos preguntarnos si
ganar elecciones en un país con una constitución laica para emprender una
marcha decidida hacia el fundamentalismo religioso no es algo inaceptable, algo
que no puede llevarse bien con la modernidad.
Las
leyes de defensa de la democracia, de la república, son algo en desuso. La
democracia se defiende votando, sí, pero, ¿hay que consentir que se traicionen
los principios hasta que la ciudadanía pueda reaccionar democráticamente, aunque esa reacción se ahogue en la tiranía? ¿Son legítimas otras medidas?
PÍLDORAS
16/07/15
Hay
dos ciudades que tienen un gran parecido. Ambas, con su caserío blanco, resplandeciente
frente al azul marino, miran el mar, por encima de la gran avenida que le
contiene. Comparten ese mismo mar, desde las dos orillas opuestas. Niza y
Argel, Argel y Niza, pueden representar ahora mismo los dos extremos de una
línea de incomprensión y odio, que se extienda también en la dirección
perpendicular a sí misma.
Es
la hora de las grandes palabras de Estado; es la hora del “yo amo Niza”; es la
hora de apelar al pacto anti yihadista; es la hora de los expertos
antiterroristas…
Es
la hora de la confusión, tras el dolor, la pena y la incomprensión. Muchos
sacan a relucir a los refugiados, otros empiezan a comprender la política de
fronteras. Algunos se acuerdan de los diarios atentados en los mercados
iraquíes, sirios, pakistaníes…
Pero
nadie (de entre los que tendrían que hacerlo) se remite a la revisión de los
pactos políticos y militares en Oriente Medio (y no sólo ahí), o de cuál ha de
ser necesariamente la única política para un entendimiento a medio plazo,
mientras se aplican medidas que eviten la financiación del terrorismo.
¿O
es que creíamos que permitir la destrucción de varios países completos e institucionalizar la absoluta
falta de futuro para millones de personas iba a salirnos gratis?
PÍLDORAS
16/07/13
Ha
sido el primer presidente negro en la historia de los EEUU. Nunca, ninguno despertó tanta expectación, por su magnetismo, por su arrolladora personalidad,
por su explícito compromiso con sentimientos de justicia, paz o igualdad. Pero muy
pronto, antes de que se le concediera el Nobel de la Paz, se pudo constatar
dónde reside el verdadero poder.
Ahora,
en el tiempo de descuento de su mandato, con Guantánamo como incólume bastión
de la negación de los derechos humanos, éstos continúan siendo pisoteados, más
que ayer, en su propio país. El porcentaje de negros sobre el total de la
población reclusa sigue en ascenso, como el de negros en los pasillos de la
muerte. Las muertes de negros por disparos de la policía (blancos y/o negros)
sigue aumentando entre el clamor de indignación de los afroamericanos; las
subsiguientes manifestaciones callejeras generan nuevas muertes, hasta que
aparece alguien (cosa que siempre ocurre) dispuesto a tomarse la justicia por
su mano, en un país donde hay más gatillos que dedos.
Asistimos
ahora a la exhibición de banderas, a la profusión de proclamas patrióticas, a
los grandes discursos de Estado y al reconocimiento de las víctimas; algo a lo
que estamos largamente acostumbrados. Pero nunca, nunca (y eso no es patrimonio
exclusivo de los EEUU), se hace la menor apelación a la relación entre pobreza
y racismo, a la desigualdad, a la escasez de oportunidades, en definitiva, al
callejón sin retorno al que el neoliberalismo nos conduce.
Sobran
panteras y sobran halcones. Escasea el sentido común, brillan por su ausencia
la educación y la cultura, y espanta, por la falta de perspectiva, el futuro
que nos espera.
PÍLDORAS
16/07/11
Pase
que Obama debiera acortar su visita a España por los sucesos de Dallas, cosa
que desde aquí no se acaba de entender, pero cuyos motivos respetamos.
Pase
que la seguridad del Presidente no sea
un asunto menor y tenga unas exigencias no siempre fáciles de cumplir.
Pase
que sea loable el detalle de entrevistarse con los líderes de los principales
partidos de la oposición.
Pero
lo que no consigo entender es que esa entrevista –tan minutada que queda como
algo anecdótico- se mantenga en una base militar, aunque pomposamente se
denomine de utilización conjunta; creo que más minutos y mejor sede se podría
haber logrado en los escenarios en que se llevó a cabo la entrevista con el
ciudadano Borbón o el presidente en funciones.
Y no
estaría de más que nos contaran qué se va a hacer con las viandas del banquete
para unas cien personalidades relevantes previsto para hoy.
PÍLDORAS
16/07/04
Lo
más sorprendente del famoso Brexit no
ha sido el resultado, sino lo ocurrido después. Veamos:
Quien
propuso el referéndum lamenta haberlo perdido y promete su dimisión para
octubre, con la explicación de que entonces habrá ya otro premier que habrá sido elegido para esa nueva situación. Paralelamente,
se organiza una manifestación contra el resultado y es fácil identificar al
gobierno como inductor de la misma.
Entre
los que han ganado, el que fuera alcalde de Londres nos dice que no se
presentará para dirigir el partido, y el líder del partido xenófobo acaba de
anunciar que no continuará en su puesto, y seguirá como europarlamentario con
su sueldo europeo. Ambos han ganado pero
actúan como si hubieran perdido.
Desde
la otra parte, desde el continente, los líderes se apresuraron a indicar que era preferible una salida sin mayor dilación. Es decir, los que dirigen el
club, están encantados de que se produzcan bajas. ¿Conocen ustedes algún club
con ese comportamiento? Y para colmo, ni se habían preocupado de establecer
el proceso de salida.
¿Han
visto tamaño desatino? ¿Se dan cuenta de en qué manos está la política en ambas
partes?