martes, 16 de abril de 2024

Toletum (1)

Este artículo se ha publicado en la revista OP Machinery en su número de marzo de 2024.





Como es fácil imaginar, Toletum es el nombre que nuestra Toledo actual tenía en los albores de su historia, fundada y poblada por los carpetanos, que precedieron a los romanos en aquel cerro sobre el río Tajo. Empezaba así una fantástica historia que no ha concluido y cuyos rastros siguen al alcance de nuestra vista. Y como esa historia es tan notable y mucho de ella será conocida por la mayoría de ustedes, voy a mencionar unos pocos detalles que me han llamado la atención.


- Toledo Ohio. Hay una céntrica calle que tiene ese rótulo – léase Tolido Ojaio, que así se pronuncia en inglés- y esa homónima ciudad hermanada, abierta al lago Erie, uno de los grandes lagos entre EEUU y Canadá, multiplica por cinco la población de la nuestra, porque se ha beneficiado de su vecindad con Detroit (Michigan), la ciudad del automóvil; no obstante ambas ciudades llevan años en un proceso de pérdida poblacional importante. Por otro lado, el nombre de Toledo se repite en una docena de ciudades entre EEUU y Canadá; sería curioso conocer cuál es el motivo. Cuando oigo el nombre de ese estado americano siempre recuerdo a un pastor vasco que anduvo por aquellas tierras en su oficio y contaba que había estado en Ohio, y añadía ellos le disen Ojaio.


- Esta calle es de Toledo. Este otro rótulo aparece varias veces en otras calles que tienen en común su estrechez extrema. ¿Por qué?, se preguntarán ustedes. Pues porque un rápido acuerdo entre los propietarios de las casas a ambos lados cerrando el pasadizo y poniéndole un tejado a cualquier altura les convertía en dueños del metro y medio o dos metros que cada uno conseguía, en perjuicio de los usuarios del callejón que en adelante tenían que dar una vuelta a la manzana. Hasta que el Ayuntamiento quiso acabar con ese abuso y colocó ese aviso de que aquello pertenecía a la ciudad. El instinto de rapiña y de quedarse con lo de los demás por parte de los que ya tenían su casa tampoco era ajeno a nuestra ciudad.


- Mozárabes. Como ustedes saben cuando Toledo estuvo gobernada por los invasores árabes, éstos permitieron a los cristianos mantener sus costumbres y sus ritos; a estos los conocemos como mozárabes. Es notable el hecho de que hayan conseguido mantener su propia liturgia y la celebren hoy en día; pues bien, como señal de ese orgullo ancestral, en la fachada de una casa de ese barrio se puede leer: Aquí vive una familia mozárabe (hic familia mozarabis vivit). Y en una calle más principal, en el tercer piso de la casa donde reside la asociación mozárabe, en los tres balcones principales luce la bandera española, y sobre la del medio, una bandera de la Comunión Tradicionalista, que se reconoce por su color blanco sobre el que se muestra la cruz de San Andrés. Se me informó de que esa asociación no era específicamente más de derechas que cualquier otra de la ciudad.


- Catedral. La visita a la catedral arzobispal y primada es de las que no se pueden perder. Sepan que el arzobispo de Toledo es, a su vez, primado de España, o sea, algo así como el máximo representante del Papa de Roma, aunque en estos momentos la relación entre ambos poderes no esté muy boyante, dado que los de aquí tildan de comunista al de Roma. Y como aquello lo viene siendo desde tiempos pretéritos, el derroche de oro y metales preciosos en la susodicha iglesia es de los que no tienen parangón; incluso en las escenas y esculturas que representan el nacimiento de Jesús en un pesebre. La visita al monumento cuesta 8€ y yo me los ahorré porque entré por la puerta dedicada al culto; después ya fue muy fácil. Mi estancia no duró mucho, el derroche del que les he hablado más arriba y la incongruencia de su posesión con las necesidades vitales de tantísima gente de esa misma diócesis y el falso discurso al que nos someten los clérigos, me llevó a abandonar el lugar inmediatamente. Decididamente, me gustaron más – como siempre me ocurre- las antiguas sinagogas y mezquitas y sus coetáneas iglesias románicas. Soy de los que piensan que los creyentes de cada una de las tres religiones se sentirán más a gusto en las que me gustan a mí, que en esos monumentos a la riqueza y la abundancia que son una contradicción en sí mismos. 


Pero puedo estar equivocado.





 

martes, 2 de abril de 2024

Procesiones





 

En estos días de Semana Santa que van llamando a su fin se asiste, año tras otro, a un curioso fenómeno. En las ciudades andaluzas y en las del interior del país se celebra – no se sabe bien el porqué- el rito de las procesiones; no digo que en el resto de la península no se lleven a cabo, solo que dista mucho de la intensidad de esa parte anteriormente citada. Y los ciudadanos de esa España menos intensa se van a las playas o al monte, y también acuden a ver los desfiles procesionales en aquellas ciudades de prestigio en la materia. Y los que nos quedamos en casa optamos por apagar la tele porque no hay hijo de madre que soporte las noticias, amén de la consabida repetición de películas como los Diez Mandamientos, Quo Vadis o Ben Hur. Estas son las consecuencias de vivir en una España grande y libre


Tras esta ligera visión del transcurrir de esos días conviene hacer un repaso a la evolución religiosa del país. He aquí unos datos: En 1978 los creyentes en España eran casi el 91%; hoy apenas superan el 50%. En los últimos 45 años, el porcentaje de los que se declaran agnósticos, ateos o no creyentes ha pasado de un 8% a un 44%. En los últimos 20 años las vocaciones religiosas, según datos de la propia CEE (Conferencia Episcopal Española), han caído un 40%, hay 16,000 curas para 23,000 parroquias, los bautismos han caído un 54% desde 2007 y las comuniones un 30% y las bodas por la Iglesia han caído también un 83% en los últimos 25 años, según el INE (Instituto Nacional de Estadística).


Así que parece que no hay una correlación lógica entre la celebración de la Semana Santa y lo que muestran los datos estadísticos acerca de la población. Pero yo no soy sociólogo y las estadísticas pueden estar manipuladas – que habrá más de uno que lo sospeche así.


La explicación que se me ocurre es que los no creyentes también participan en las procesiones, y cuando menos, las visitan. Por tradición familiar, por la costumbre o por no señalarse como malos ciudadanos, entre otros motivos que se nos puedan ocurrir. Por otro lado, las iglesias en España se utilizan también para conciertos corales, como cualquiera puede certificar. Generalmente reúnen buenas condiciones acústicas por lo que es raro el coro que no recurra a una de ellas para ofrecer sus conciertos. Y en esas iglesias se cantan partituras de todos los tipos, incluidas algunas que no casan bien con el recinto, junto a piezas de ámbito regional, otras en idiomas muy variados y por supuesto alguna de cariz religioso. Les puedo asegurar que a mí particularmente lo que me importa es su valor musical, en tanto que a la letra o la intención no les concedo tanto valor. Los coralistas gozamos cantando y escuchando las voces de las otras cuerdas y al coro en su conjunto; siguiendo al director somos felices y nuestras emociones nos trasladan a una situación en la que reina la belleza, el compañerismo y la satisfacción general. Y cantando una partitura religiosa no me fijo en su letra. ¿Puede sentirse algo parecido en una procesión? Si la respuesta fuera positiva yo podría entender el ser cofrade o mero visitante.


Siglos de culto religioso han producido miles de iglesias, ermitas, conventos, monasterios, etc., y en ellos escultura o pintura, en los estilos románico, gótico, mudéjar, renacentista, barroco, y neoclásico. Uno puede viajar por nuestra geografía y gozar de todas esa joyas; particularmente, yo me confieso seguidor del románico y cuanto más primitivo, mejor. De modo que felizmente disponemos de un capital cultural enorme y de incalculable valor, capital a conservar y proteger como una sociedad avanzada que somos. Ahora bien, la Semana Santa no me parece un bien cultural a conservar, en lo que tiene de rito comunitario; pienso lo mismo acerca de las corridas de toros.


Las procesiones nos han regalado imágenes sin sentido, como cargar el paso de rodillas o agachados en el momento de pasar el escalón de la puerta de la iglesia por la que no cabía, lo que evidencia que ese paso no fue construido para ser sacado a la calle; el que esté vedado el acceso de mujeres en casi la totalidad de las cofradías y hermandades mientras se mantiene a la Legión con su desfile, o qué decir de ese llanto sin sentido porque la lluvia haya impedido sacar determinado paso en un país donde la necesidad de agua comienza a ser perentoria.


Por no hablar de la financiación de cientos de cofradías y hermandades, con miles y miles de integrantes a los que hay que empezar por vestir con ese estrafalario atuendo. Se manejan cifras mil millonarias cuyo origen tampoco se conoce pero cuyo destino se ha torcido para satisfacer esta exhibición sin sentido, cuando se debiera respetar una separación clara y precisa entre las distintas instituciones de todos, sin trampa ni ocultación alguna. La Iglesia española es rica por mucho que lo niegue, la no exacción de impuestos la beneficia, así como la inmatriculación que aún hoy en día practica en un gesto voraz por el dinero, impropio de una institución que dice ser la iglesia de los pobres.


¿Hasta cuando?




lunes, 25 de marzo de 2024

Curas no creyentes





 

Hemos podido verlos, sin ambages de ningún tipo, tal y como se ve en la televisión y tal y como se veían ellos mismos en el directo de las pantallas de sus portátiles, en sus casas o en sus residencias o dondequiera que vivan esos individuos, individuos que me atrevería a calificar de la peor calaña. Con sus trajes talares, con los mismos alzacuellos que podrían llevar sus padres o sus abuelos, y un subtítulo en cada pantalla con el título Pater seguido de su nombre y apellido. Nada de esconderse, de mantener la identidad a salvo, de manera que todo el mundo ha podido escucharles y verlos mientras uno de ellos pronunciaba la famosa frase: rezo mucho por el Papa para que pueda ir al cielo cuanto antes, entre la aquiescencia y las risitas de los otros. De los otros que participaban también en la sesión de la Sacristía de la Vendée que es como han bautizado su grupito, dando a entender su reconocimiento a la lucha contrarrevolucionaria de los campesinos y los señores de la región de La Vendée contra las ideas y las tropas de la Revolución Francesa, que felizmente triunfó. Aunque en su expansión por toda Europa, tropezó en España, donde con la ayuda de los ingleses en lo que se llamó la Guerra de la Independencia los ejércitos franceses fueron rechazados y se reinstauró la monarquía borbónica; si hubieran ganado los afrancesados otro gallo nos cantaa, pero la España tradicionalista – lo de Falange Española y de las JONS vino después- se impuso.


Es decir, esos individuos que viven “como curas”, en el auténtico sentido de la palabra, no tienen ningún reparo en manifestar sus ideas, y aún peor, ante los ojos de millones de creyentes que sacarán la misma conclusión que he sacado yo: Estos tipos no creen en lo que predican ni en la divinidad que dicen adorar, y se mofan del rebaño y de esa divinidad sin recato alguno. Su sinceridad es lo único que hay que agradecerles. Según parece tienen los jueves un programa en youtube en el que podrán verles y escucharles. Hay entre ellos un nieto del Notario Blas Piñar, que fue líder de la extrema derecha franquista, por citar un caso conocido. Son en definitiva integrantes de esa Fachoesfera que se está poniendo de moda ¿Dónde quedarán esos curas que se dedican a servir al prójimo ( como se espera de ellos), esa Iglesia de los pobres que debiera ser el único objetivo de los que dicen entregar su vida a los demás, como manda su Evangelio? Casualmente se ha elegido democráticamente al nuevo mandamás español y, naturalmente, ha salido elegido el más escorado a la extrema derecha.


Porque estos señores no son curas, son políticos, y esta nueva iglesia que se impone apela frontalmente al viejo asunto del laicismo, es decir, la separación entre lo civil, que es lo que afecta a la ciudadanía, y lo religioso, que pertenece a la vida privada de cada uno.


De esa sociedad laica hablaremos en otra ocasión.


lunes, 11 de marzo de 2024

Nada nuevo bajo el sol

Este artículo se ha publicado en la revista OP Machinery en su número de febrero de 2024.



Hay pocas cosas nuevas sobre la faz de la tierra, y me refiero especialmente a lo que atañe al comportamiento humano. ¡Y qué decir en situaciones de guerra…! Poco importa si existen razones, si éstas son discutibles o no, pensemos en el caso de Ucrania, sometida a una invasión injustificable que acaba de cumplir sus dos años, caso que nos pilla muy cerca y donde todavía no hemos visto el final, por monstruoso que lo imaginemos. Y qué decir de Palestina, donde la brutalidad humana ha clavado sus zarpas. Y además ejercida por los herederos de aquellos que se vieron a merced de un ejército y una policía como los del gobierno nazi, con sus campos de exterminio y sus hornos crematorios.


Pues sí, hay pocas cosas nuevas sobre la faz de la tierra y los antecedentes que nos permiten asegurar lo que queda escrito, han sucedido también en nuestro país, pertenecen a nuestra memoria histórica, esa misma que algunos tienen explicable interés en que no se conozca, en que quede en el olvido, en que sean algo del pasado porque para qué revolver esas cosas… pero no, es mejor recordarlas, sucedieron en nuestro país y tenemos derecho a conocerlas. Ahí van tres de ellas.


La primera y a la vez la más conocida, es el bombardeo sobre la población de Gernika, el lunes 27 de abril de 1937 por la aviación nazi, a sabiendas de que era día de mercado y el centro del pueblo estaría a rebosar de ciudadanos de todas las edades y condiciones; es tan conocido que no vamos a aportar más datos. Picasso dejó representados el crimen y la barbarie en su famoso cuadro.


La segunda se conoce como la desbandá, la desbandada en puro español, o si se quiere la huida despavorida de miles de malagueños de todas las edades ante la proximidad de las fuerzas del general Queipo de Llano, que avisaba de lo que pensaba hacer con ellos al llegar a Málaga. Si entran aquí (1)  que como ven es el relato que tenemos en wikipedia, podrán tener un mejor conocimiento de los hechos. Que como tantos otros sucedieron bajo la protección del Altísimo a los sublevados que también tenían el apoyo de los regimientos de tropas regulares de las plazas de soberanía de Marruecos, es decir, lo que después de la guerra se conocía como la guardia mora, la misma que veíamos desfilar en las paradas franquistas.


La tercera tuvo lugar en el pueblo tarraconense de Santa Coloma de Queralt, en el transcurso del avance del ejército insurrecto hacia Barcelona. Como represalia a la destrucción de algunos tanques italianos a su paso por el pueblo, cuando los de Mussolini finalmente tomaron la población, juntaron a unas doscientas cincuenta personas, entre hombres, mujeres y niños en una vega, los rodearon con ametralladoras y los liquidaron a todos. Como queda dicho los tanques y las tropas eran italianos y lo pueden leer con detalle aquí: (2)


Todas estas barbaridades, impropias del género humano, tuvieron lugar durante la sublevación del ejército, la Iglesia, la monarquía y las oligarquías financieras nacionales contra la República legal y democráticamente constituida. Y curiosamente, lo que está sucediendo en Gaza y Cisjordania tiene antecedentes miméticos: uso de la aviación, la artillería y la marina contra familias e individuos desarmados y destrucción de poblaciones enteras. Es claro que esa capacidad de masacrar y aniquilar se ha incrementado con el desarrollo de la industria y la tecnología militar, pero es también seguro que espectadores de aquellos años debieron sentir algo muy parecido a lo que nosotros sentimos ahora. Y en lo que hay que fijarse es en que los que disparaban entonces y los que disparan hoy son de la misma calaña: curiosamente unos y otros pertenecen a lo que denominamos partidos de extrema derecha. 



(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_la_carretera_M%C3%A1laga-Almer%C3%ADa 

(2) https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/masacre-santa-coloma-queralt-1939/20240110101938221731.html?utm_medium=email&utm_source=Newsletter&utm_campaign=202





lunes, 26 de febrero de 2024

Agricultores y obreros





 

Hemos visto muchas y repetidas veces las imágenes, a lo largo de toda la geografía nacional, de cientos y cientos de tractores agrícolas, la mayoría de ellos de buen porte y mejor aspecto, cortando la circulación en las incontables autopistas hispanas, tanto provinciales como autonómicas y estatales. Y a la Guardia Civil de tráfico, cual modernas Hermanitas de la Caridad, en forma respetuosa y amable, controlando la situación. Por supuesto no había petición de permiso para llevar a cabo la ocupación de las vías, lo cual ha de ser delito, salvo en algunos casos que podremos contar con los dedos de una mano. Las autoridades sin excepción han tratado a los agricultores con sumo respeto – como debe ser, es decir, como se trata a los trabajadores de cualquier empresa que hacen lo mismo a las puertas de su fábrica, ya me entienden ustedes-, han sido comprensivas, como también lo han sido los conductores de coches y camiones parados por el evento, y, por supuesto, los paisanos a pie que han sido requeridos por algún periodista. En definitiva, toda España, pues recuerden que ni una sola comunidad autónoma ni ninguna capital de provincia se ha librado de los tractores. Por cierto, yo que soy montañés de nacimiento me he dado cuenta de que el hecho de vivir fuera de la tierruca es el factor causante de la poca idea que tengo acerca de estas cuestiones, porque cuando yo era niño lo único que había por los pueblos eran vacas, y algunos pequeños praos para plantar un poco de maíz; es decir, las gentes del campo en los pueblos de mi niñez vivían de la leche que daban las vacas y/o de la venta en las ferias, que había varias, de alguna de ellas, paridas, novillas o jatos. Y añadiré que el negocio de la leche era para las empresas que la compraban y no para los sufridos propietarios del ganado. Pero en cualquiera de los casos, los poseedores de vacas se llamaban ganaderos, y yo creía, ignorante de mí, que esa nomenclatura seguía siendo válida, pero no parece ser así, pues también han salido con su tractor a la autopista los mi paisanos. De verdad que no lo entiendo, al margen de algún terrateniente que pueda haber en las zonas lindantes con la provincia de Burgos.


Y volviendo al trato de la policía, sea la que sea, recordaba yo una manifestación de los trabajadores de los astilleros de la Ría de Bilbao cuando hubo de aplicarse la reconversión industrial – sí, así se llamaba- que puso a varios miles de obreros en la calle para que esos barcos que se construían en España pasaran a hacerse en Corea. Esa política que vino de la Comunidad Europea ha permitido que los grandes astilleros coreanos sigan botando superpetroleros y, a la vez, fabriquen coches, televisores, electrónica y demás. Recuerden los nombres de Hyundai, Samsung o Daewoo, por citar a los principales. Bien, pues a aquellos obreros de los astilleros les recibió la policía en el puente de Deusto, no con café y churros, sino con de pelotas de goma (creo que alguno perdió un ojo), gases lacrimógenos y porras. De modo que estaba yo esperando que se produjera alguna manifestación de trabajadores, no de propietarios de tierras, más o menos grandes, o más o menos ricos o pobres, para ver qué pasaba.


Y vino un ejemplo. La gran empresa española del acero inoxidable, Acerinox, que es una de las punteras a nivel mundial, con una gran presencia en Europa, África y USA, donde acaba de adquirir un fabricante local para conseguir mayor cuota de mercado, tiene un problema en la planta de Algeciras, con tres o cuatro años no precisamente brillantes. Según parece la Dirección ha elaborado un plan para volver a números positivos, y los aproximadamente 1,800 trabajadores de la planta no están del todo de acuerdo. Vamos, nada nuevo bajo el sol, se negocia y punto. Pero algo ha ido mal y un comité de huelga ha decidido salir a la calle, o sea, la autopista que pasa por delante. Las fotos muestran policías antidisturbios y el pavimento sembrado de pedruscos. Vamos, que cualquier parecido con los cortes de carretera de los agricultores es mera coincidencia.


¿A qué se deberá esa diferencia de trato a agricultores y obreros?








lunes, 12 de febrero de 2024

¿En qué momento se jodió el Perú?

 Artículo publicado en la revista OP Machinery en su número 103 correspondiente al mes de enero de 2024.




 “¿En qué momento se jodió el Perú?” es una frase, o mejor, un sentimiento de dolor por el pasado y la situación social del Perú que se repite en la famosa novela “Conversación en La Catedral”, escrita por Mario Vargas Llosa, y que fue una de las principales obras de aquella ola literaria que se dio en llamar el Boom sudamericano. Ese boom aportó una nueva visión de la narrativa quedando para mí “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez, “Rayuela” de Julio Cortázar y la citada Conversación en La Catedral como las obras más relevantes de ese período. Y por ese orden.


La Catedral era un bar o tasca, donde se juntaban unos amigos. Y como queda dicho la preocupación por su país les llevó a la consabida pregunta. Ya que el Perú era, para un escritor italiano del siglo XIX, como un mendigo sentado en un banco de oro. Cosa que podríamos aplicar a cualquier otro país de las Américas, y no solo, porque los países son ricos, tengan minas o no, en tanto que los pobres son sus habitantes: la eterna cuestión del perverso reparto de la riqueza que tantas guerras, revoluciones y miseria añadida han aportado por doquier, y que permanece irresoluble. No obstante, no trataba solamente temas sociales derivados de la dictadura derechista de Odría contra la cual estaba nuestro escritor, sino también múltiples asuntos con variados personajes dando paso a lo que Vargas Llosa quería crear: la novela total. Y vaya si lo consiguió, si bien la novela es muy larga y difícil de seguir, en la línea de lo que García Márquez había logrado en Cien años de soledad, con una saga familiar y todos sus avatares, obra que le dio el premio Nobel en 1973.


Mario Vargas Llosa es un gran escritor y muy prolijo, y toda su obra literaria es notable. Recuerdo haber leído La ciudad y los perros, La casa verde, Pantaleón y las visitadoras, Lituma en los Andes, y más tarde La guerra del fin del mundo y La fiesta del chivo. Le concedieron el Premio Nobel de Literatura en 1982, amén de otros muchos premios por doquier. En 1994 fue nombrado miembro de la Academia Española y ganó el premio Cervantes; asimismo fue nombrado académico de número en la Academia Francesa en 2021, aunque con la oposición de varios intelectuales franceses que le acusaron de ser “un ultra de extrema derecha que ensucia la institución”, entre otros motivos por el apoyo que Vargas había dado al candidato ultraderechista a la presidencia de Chile, así como a su personal implicación en los Pandora Papers para evadir impuestos.


En este campo de la política, tras haber simpatizado con el comunismo en su juventud, derivó al liberalismo en los años 80. Se presentó candidato a la presidencia del Perú en 1990 en una coalición de centro-derecha, perdiendo en la segunda vuelta ante Fujimori, que alcanzó finalmente la presidencia. Poco después fijó su residencia en Madrid, dado que Fujimori amenazó con quitarle la nacionalidad peruana, y en 2011 nuestro Juan Carlos, el Emérito, le nombró primer marqués de Vargas Llosa. Por esas fechas apoyó a Ollanta Humala para evitar que Keiko Fujimori, hija de su anterior rival, consiguiera la victoria. En 2017 apoyó a Sociedad Civil Catalana en contra del referéndum por la independencia de Cataluña, y ya en el 2021 apoyó la candidatura de Keiko Fujimori en Perú para que no gobernara Pedro Castillo. Por fin, en septiembre de 2021 en un acto del Partido Popular dijo que lo importante de unas elecciones no es que haya libertad en esas elecciones, sino votar bien. Es decir, la libertad no es necesaria, seguramente está de más y lo que de verdad importa es que se vote bien, o sea lo que nosotros queremos. ¿Qué les parece? Ya, ya sé, la sinceridad ante todo.


Pero no ha sido solo en política donde este gran novelista ha tenido esa evolución de que hablábamos antes. En el plano personal, en sus relaciones personales, también se puede apreciar un curioso desarrollo. Se casó a los 19 años con Julia Urquidi, de 30, divorciada y hermana de su tía política por parte de madre, y se divorció 9 años después para casarse con su prima hermana y sobrina de su primera mujer, Patricia Llosa Urquidi, de la cual tuvo sus tres hijos, y de la que se divorció en 2015 para hacer oficial su relación con Isabel Presley. Es decir que de las esposas en el estrecho entorno familiar ha dado el paso al ancho mundo de las revistas del corazón. Finalmente, ha sido este pasado mes de diciembre cuando en compañía del ex presidente Rajoy viajó a Argentina para dar apoyo a la candidatura electoral de Milei, que dicho sea de paso, no tiene el perfil que él hubiera preferido, pero...


Volvamos al principio: ¿En qué momento se jodió Marito?




miércoles, 31 de enero de 2024

Netchaiev ha vuelto

 Este artículo se ha publicado en el nº 102 de la revista OP Machinery, del mes de noviembre-diciembre de 2023.




Efectivamente, Netchaiev ha vuelto; me encontré con él entre el revoltijo de libros de sobra (Libros de sobra, 2 de mayo de 2023, en este mismo blog, por si no lo has leído). No lo dudé ni un segundo, ni siquiera seguí mirando más por si había algún otro libro que pudiera interesarme. La autoría era suficiente.


Jorge Semprún, nacido en Madrid en 1923 y fallecido en París en 2011, ministro de Cultura en el gobierno de Felipe González, entre 1988 y 1991, tiene una biografía más que notable. Nieto por línea materna de Antonio Maura, cinco veces presidente de gobierno durante el reinado de Alfonso XIII, era hijo de un intelectual republicano, jurista y profesor que llegó a ser gobernador civil de provincia al comienzo de la República, y que tuvo que exiliarse en 1936 por lo que nuestro hombre se educó en París donde se licenció en Filosofía en La Sorbona. Durante la Segunda Guerra Mundial, en la Francia ocupada, combatió con la Resistencia; en 1942 se afilió al Partido Comunista de España y en 1943, tras ser detenido y torturado, fue enviado al campo de concentración de Buchenwald. Desde 1945 hasta 1952 trabajó para la UNESCO, y a partir de ahí se dedicó al PCE donde pronto llegó al Comité Ejecutivo. Merodeó por España bajo el seudónimo de Federico Sánchez. Al fin, expulsado del PCE en 1965 por divergencias con la Dirección quedó apartado de la política y se centró en su actividad literaria hasta su nombramiento por Felipe González, etapa en la que tropezó con Alfonso Guerra, quien quizá daba ya señales de lo mismo que es hoy.


En fin, no es fácil reducir a tan pocas líneas su biografía, de la que va dejando retazos en su obra literaria, como en El largo viaje, en Autobiografía de Federico Sánchez, en Federico Sánchez se despide de ustedes, o en este Netchaiev vuelve, que nos ocupa, escrita como las otras novelas en francés.


Esta obra, editada por Tusquets en noviembre de 1988, un año después de su edición francesa, es una novela de acción, policíaca podríamos decir, realmente trepidante, salpicada de tórridas escenas amorosas, pero sobre todo de agudas reflexiones políticas sobre la evolución del ideario revolucionario, sus bifurcaciones, los problemas del comunismo en general. Pero ante todo, una magnífica novela donde se puede apreciar la enorme cultura de su autor, cultura en el más amplio sentido de la palabra, desde la evolución filosófica y política de sus protagonistas al principio de su estancia en la ENA, la institución que tantos primeros espadas de la clase política francesa ha producido, hasta sus cambios ante los avatares de la vida, el sentido de la amistad y la camaradería política; la forma en que nos muestra los ambientes por los que cursa la historia, o como se entremezclan los personajes en su desarrollo. Por poner un pero, a pesar de no ser una novela excesivamente larga, la profusión de personajes secundarios hace que no sea fácil seguir el hilo, al ser la inmensa mayoría de ellos franceses y algún español.


Jorge Semprun, un hombre de vasta cultura como hemos dicho, escritor en francés y en español, conocedor del alemán y el inglés, guionista de cine con Costa-Gavras y Alain Resnais, fue la única persona de familia aristocrática que abrazó el comunismo hasta su muerte. Enterrado cerca de París, una bandera republicana cubrió su féretro.


A Netchaiev, meramente un personaje que vuelve para vengarse, lo veo yo como una premonición. El fracaso del marxismo dio paso al neocapitalismo avanzado que empezamos a ver hoy, y que no es capaz de asegurar el bienestar social, ni es su objetivo. Por otro lado el neoliberalismo capitalista tampoco ha traído la libertad, como no sea la libertad de pasar hambre o la de hacérsela pasar a los otros. Esa creciente injusticia social, esa tremenda desigualdad en el reparto de la renta, incluido el bache creciente entre países y continentes, y con la amenaza cierta de las consecuencias del cambio climático, conllevan el germen de la gran revolución. Ese día será cuando Netchaiev vuelva, al menos para ajustar cuentas.


Y espero no verlo.






sábado, 13 de enero de 2024

Pellets

 




Estamos asistiendo a una pugna dialéctica entre el gobierno de Galicia y el del país. Y como el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, podemos ver que este aserto se confirma en las versiones animales que señorean la Presidencia de la Xunta, la Vicepresidencia y la Consejería del mar, dado que parecen olvidarse del caso anterior que llamamos el Prestige.


Igualmente podemos, por comparación, constatar que las condiciones intelectuales de los citados más arriba no alcanzan altos niveles ya que piensan que los demás somos de una categoría inferior al considerar que pueden seguir manteniendo asertos que la mayoría de los ciudadanos califican como falsos. Claro que, lo hemos visto ya en otros casos en Galicia y lo podemos ver en Madrid, sabemos que digan lo que digan se van a llevar los votos suficientes: así está el electorado español.


Pero vamos a cambiar de tercio porque podemos llegar a la conclusión de que pase lo que pase con los famosos pellets poco importa para la salud en general de los humanos, ya que estamos hablando de unas cuantas toneladas de ese plástico. Harán daño en las playas afectadas, en las pesquerías adyacentes y, económicamente, en las personas que se ganan la vida en las actividades relacionadas. Será una catástrofe más, más o menos importante, pero habrá otras de la misma índole. Mientras existan las banderas de conveniencia no habrá ninguna justicia que pueda ejecutar cualquier tipo de sentencia que resarza a los perjudicados. Lo que algunos entienden por libre mercado ha diseñado perfectamente el sistema, los barcos podrán seguir transportando mercancías dudosas y el negocio del transporte continuará.


Y si nosotros seguimos con nuestra mala memoria, mejor que mejor. ¿Alguien recuerda cuántos años han pasado desde que nos dijeron que se iba a prohibir el uso de los envases de plástico en el sector de la alimentación? El siguiente paso fue admitir que dado que estaba muy extendido se iba a cobrar unos céntimos por envase para convencer a la ciudadanía de un abandono paulatino. ¿Cuántos años hace de esto? ¿Fue en la Conferencia de París? ¿Se ha vuelto a tratar ese consumo de plástico? No sé qué decirles de verdad, pero hemos sabido que los pellets se usan también para producir el plástico de esas bolsitas que nos dan en los mostradores de alimentación. Es decir ese material está íntimamente asociado con cualquier tipo de alimento que consumimos. Y esas bolitas se convertirán en bolsas cuando se descarguen de los barcos que las transportan. ¿Qué será peor tragarnos las nanopartículas que vengan en los peces o las que se contengan en las bolsas o en las botellas de plástico. “Los nanoplásticos, de hasta una milmillonésima de metro, son tan pequeños que pueden atravesar todos los tejidos humanos, viajar por el torrente sanguíneo y llegar al cerebro o a la placenta de las embarazadas.” Esta frase entrecomillada la he sacado de un artículo de EL País del 8 de enero, que recopila información sobre el estado de la investigación al día de hoy, citando a la Universidad de Columbia y al Imperial College de Londres, así que estamos engullendo algo que no sabemos qué efecto puede tener en nuestro organismo. Pero creo que la humanidad debería cuidar mejor lo que come, además de procurar alimento a los que no tienen que comer, y no esperar a que los científicos nos den más detalles.


A menos que, siguiendo el razonamiento del Conselleiro do mar gallego estemos dispuestos a tragar lo que sea por la boca, que ya lo expulsaremos después por el culo.











domingo, 7 de enero de 2024

Anuncios televisívos

 




Vamos entrando en el mes de enero y casi todo en este mundo consumista en el que vivimos experimenta sus cambios oportunos; por ejemplo, los anuncios televisivos ya no son como los del último mes y medio. Se supone que las cadenas privadas viven de esos anuncios, a menos que en determinados momentos de los avatares políticos del país reciban de alguien o algunos (personas o empresas) la consabida contraprestación por los favores recibidos en campaña. La relación biunívoca entre partidos políticos y cadenas es tan obvia que se ve a la legua. Así que entre unos anuncios y otros, yo, que únicamente veo películas que no he visto o no voy a ver en el cine, tengo que soportar el consabido trago de anuncios. Naturalmente esto no me sucede ni en la primera ni en la segunda cadena que no tienen anuncios. Pero sí en esas otras cadenas, cuyo universo limito a la Sexta, donde los anuncios de colonias, perfumes y productos afines se llevan la palma en el mes de diciembre.


Y estos anuncios tienen miga. Manda el estilo italiano que no se cansa de presentar tíos y tías muy lucidas que juegan unos consabidos papeles en los que el amor siempre triunfa. Tíos que van en barcos o que se tiran desde lo alto de un acantilado para caer en brazos de la moza, con unos cuerpos esculpidos por los que resbalan unas gotas, no de sudor, sino de agua que ha de llevar el maravilloso aroma que tiene su marca; hay unas voces sugerentes, una exhibición de cuerpos escultóricos, unas poses rebuscadas que supongo que algo tendrán que decirnos; una pronunciación, mayoritariamente en inglés, que resulta más chic; las miradas que se cambian entre sí unas y otros son como podemos imaginarnos; los tonos de voz son tan dulces que resulta difícil seguirlos; no destacan por sus interpretaciones pues la languidez de sus movimientos no tiene parecido alguno con los de los demás humanos; las poses tan rebuscadas tendrán algo que decirnos que resulta obvio, y por último pronuncian la marca de la colonia en un idioma mezcla de español, inglés, francés, etc., que hemos de suponer gusta a los que lo consumen. Es para imaginarse al clásico personaje hortera carpetovetónico pidiendo en una tienda la colonia o la crema de marras para su parienta. Me pregunto si el feminismo militante no tendrá algo que decir sobre este asunto y si no se podría instaurar un impuesto especial a las firmas del lujo.


Jean Paul Galtier, Carolina Herrera (pronúnciese cagolina eguega), Giorgio Armani, Elizabeth Arden, Yves Saint Laurent, Swarovsky, Narciso Rodríguez, Dolce & Gabbana, Dior, Cacharel, Victorio y Lucchino, Gucci, Lancôme, Clarins, Issei Miyake, Chloè, Prada, entre otras, son esas marcas que yo jamás he comprado ni compraré.


¿Se anima alguien a seguirme en el ejemplo?