lunes, 26 de febrero de 2024

Agricultores y obreros





 

Hemos visto muchas y repetidas veces las imágenes, a lo largo de toda la geografía nacional, de cientos y cientos de tractores agrícolas, la mayoría de ellos de buen porte y mejor aspecto, cortando la circulación en las incontables autopistas hispanas, tanto provinciales como autonómicas y estatales. Y a la Guardia Civil de tráfico, cual modernas Hermanitas de la Caridad, en forma respetuosa y amable, controlando la situación. Por supuesto no había petición de permiso para llevar a cabo la ocupación de las vías, lo cual ha de ser delito, salvo en algunos casos que podremos contar con los dedos de una mano. Las autoridades sin excepción han tratado a los agricultores con sumo respeto – como debe ser, es decir, como se trata a los trabajadores de cualquier empresa que hacen lo mismo a las puertas de su fábrica, ya me entienden ustedes-, han sido comprensivas, como también lo han sido los conductores de coches y camiones parados por el evento, y, por supuesto, los paisanos a pie que han sido requeridos por algún periodista. En definitiva, toda España, pues recuerden que ni una sola comunidad autónoma ni ninguna capital de provincia se ha librado de los tractores. Por cierto, yo que soy montañés de nacimiento me he dado cuenta de que el hecho de vivir fuera de la tierruca es el factor causante de la poca idea que tengo acerca de estas cuestiones, porque cuando yo era niño lo único que había por los pueblos eran vacas, y algunos pequeños praos para plantar un poco de maíz; es decir, las gentes del campo en los pueblos de mi niñez vivían de la leche que daban las vacas y/o de la venta en las ferias, que había varias, de alguna de ellas, paridas, novillas o jatos. Y añadiré que el negocio de la leche era para las empresas que la compraban y no para los sufridos propietarios del ganado. Pero en cualquiera de los casos, los poseedores de vacas se llamaban ganaderos, y yo creía, ignorante de mí, que esa nomenclatura seguía siendo válida, pero no parece ser así, pues también han salido con su tractor a la autopista los mi paisanos. De verdad que no lo entiendo, al margen de algún terrateniente que pueda haber en las zonas lindantes con la provincia de Burgos.


Y volviendo al trato de la policía, sea la que sea, recordaba yo una manifestación de los trabajadores de los astilleros de la Ría de Bilbao cuando hubo de aplicarse la reconversión industrial – sí, así se llamaba- que puso a varios miles de obreros en la calle para que esos barcos que se construían en España pasaran a hacerse en Corea. Esa política que vino de la Comunidad Europea ha permitido que los grandes astilleros coreanos sigan botando superpetroleros y, a la vez, fabriquen coches, televisores, electrónica y demás. Recuerden los nombres de Hyundai, Samsung o Daewoo, por citar a los principales. Bien, pues a aquellos obreros de los astilleros les recibió la policía en el puente de Deusto, no con café y churros, sino con de pelotas de goma (creo que alguno perdió un ojo), gases lacrimógenos y porras. De modo que estaba yo esperando que se produjera alguna manifestación de trabajadores, no de propietarios de tierras, más o menos grandes, o más o menos ricos o pobres, para ver qué pasaba.


Y vino un ejemplo. La gran empresa española del acero inoxidable, Acerinox, que es una de las punteras a nivel mundial, con una gran presencia en Europa, África y USA, donde acaba de adquirir un fabricante local para conseguir mayor cuota de mercado, tiene un problema en la planta de Algeciras, con tres o cuatro años no precisamente brillantes. Según parece la Dirección ha elaborado un plan para volver a números positivos, y los aproximadamente 1,800 trabajadores de la planta no están del todo de acuerdo. Vamos, nada nuevo bajo el sol, se negocia y punto. Pero algo ha ido mal y un comité de huelga ha decidido salir a la calle, o sea, la autopista que pasa por delante. Las fotos muestran policías antidisturbios y el pavimento sembrado de pedruscos. Vamos, que cualquier parecido con los cortes de carretera de los agricultores es mera coincidencia.


¿A qué se deberá esa diferencia de trato a agricultores y obreros?








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