viernes, 30 de diciembre de 2011

Plañideras

Me ha sorprendido el alarde de duelo mostrado en las exequias por el dictador norcoreano. No conozco a muchos coreanos –los que conozco son del sur, desde luego- pero, al igual que los chinos, es gente poco dada a la expresión desordenada de sus sentimientos personales.  
Y por eso me han llamado la atención las imágenes vistas. Y se me ocurren varias explicaciones ante tanto dolor, a saber:
Lloraban por el frío que hacía, después de varias horas a la intemperie esperando el paso del féretro. O bien, era gente que temía por su futuro, no sea que pueda esperarse un cambio de gobierno que afecte a su estatus personal. O quizás eran personas desafectas al régimen a quienes les señalaban su próxima suerte, pues es sabido que las cosas siempre pueden ir a peor. También puede ser que fueran actores en un papel de plañideras.
Finalmente, algunos me recordaron imágenes vistas cuando la gente pasaba ante el féretro de Franco.
¿Ustedes qué opinan?

lunes, 19 de diciembre de 2011

De luto

   
          Comprendo que ustedes no se hayan dado cuenta porque no entienden el coreano del norte. En cambio yo lo he pillado rápido; en cuanto he oído la voz de la locutora que, temblorosa y sollozante, ha dicho claramente:
          -!Españoles...Franco...ha muerto!

sábado, 17 de diciembre de 2011

La gran ocasión

       
          Ya falta menos para que conozcamos la buena nueva; son estos días de navidad fechas de grandes alumbramientos. Por eso, quizás, ha preferido esperar Mariano Rajoy para ofrecernos la composición de su gabinete y las líneas maestras de lo que será su acción de gobierno.
          
          Y sobre lo que dirá hay quinielas. Parece que algunas cosas serán no gratas, como ha señalado. Nuestro hombre lo tendrá ya muy claro y estudiado, pero en el hipotético caso de que lea estas líneas -no tengo la certeza absoluta de que acostumbre a leerme- le ofrezco la siguiente columna, publicada en Euroequipos en noviembre del año pasado, a propósito de unas declaraciones de aquél insigne presidente de la CEOE que ofrecía una ingeniosa fórmula de contratación laboral. Y es de justicia señalar que no iba muy descaminado, ya que Juan Rosell, su sucesor en el cargo, parece haber ahondado en la misma,cuando ha hablado de los famosos minijobs. 
          
          Ha habido también otras noticias recientes que me gustaría señalar. Por ejemplo, Dolores de Cospedal, amén de rebajar el sueldo a los funcionarios a su cargo, va a hacerles trabajar tres horas y media más por semana. Supongo que tendrá tareas que asignarles, lo cual no casa bien con la afirmación del mismo Rosell en el sentido de que en las administraciones autonómicas sobran funcionarios. Si es así, no me parece lógico que quiera hacerles trabajar más a los que ya tiene.
          
          Por otro lado, en la comunidad de Madrid, los comercios podrán abrir, si lo desean, veinticuatro horas al día los trescientos sesenta y cinco días al año. En una sociedad como la nuestra con una tasa de consumo  en claro descenso esto me parece una contradicción, por lo que merece una cálida acogida, al igual que lo anterior sobre los funcionarios, en estas páginas, que se declaran fervientes seguidoras de las contradicciones.
          
          Hay también quién declara que esto favorecerá a las grandes firmas comerciales, únicas que pueden tener plantilla suficiente para atender los múltiples horarios. Pero en aras del espíritu contradictorio que anima estas líneas, podríamos encontrar otra explicación: Quizás el pequeño empresario pueda defenderse si opta por contratar vía minijobs y las quince horas semanales se conviertan, extraoficialmente, en las cincuenta que hagan más rentable aún este tipo de contratación.
           
          En fin, veremos en qué queda la cosa.










                                                         LA GRAN SOLUCIÓN

  
        


Pues ya ven ustedes, la teníamos ahí, al alcance de la mano. La solución que anhelábamos, la que tan necesaria nos era. No nos la ha facilitado Z(PP) por muchos esfuerzos, golpes de timón y acoplamientos al dictado de eso que llaman los mercados; no nos ha hecho falta la cordura del jefe de la oposición, que esperaba alcanzar el gobierno para desvelarla –no serán ustedes tan ingenuos como para pensar que Tancredo Rajoy no la conocía. No señores, no, la solución estaba ahí, incluso me atrevo a pensar que algunas otras mentes privilegiadas pudieran haber estado a punto de formularla. Es como esos grandes descubrimientos que por simples, por obvios, nos llevan a afirmar: ¡Vaya, cómo no lo he visto antes! Pero siempre hay una inteligencia señera, una figura que en el umbral de los tiempos nuevos, en el punto de inflexión de la historia, acierta y nos abre el acceso a lo arcano, a lo que permanecía escondido, quizás porque no queríamos verlo: Trabajemos más, cobremos menos.

En estas cuatro palabras, en estas dos sencillas oraciones, se encierra la solución: Trabajar más, cobrar menos. Se repiten como un mantra y se  percibe que, enseguida, se nos abren horizontes infinitos por los que podremos avanzar hacia la panacea que buscábamos, encontrando múltiples medidas complementarias que nos harán salir de este marasmo en el que estamos. Veamos, si no:

Si les hiciéramos trabajar más, por ejemplo los sábados, hasta completar las cincuenta horas semanales, conseguiríamos rebajar el coste de la mano de obra un veinticinco por ciento. Si además, les bajáramos los sueldos otro veinticinco, ya tenemos el cincuenta; no pagando la seguridad social patronal y quedándonos con la del obrero y sus retenciones, conseguiríamos casi otro cincuenta; eliminando las bajas de enfermedad incentivando a los médicos, ni se sabe; total, el recorte en costes sería de tal magnitud, la ganancia en productividad tan inmensa, que le ganaríamos la tostada a China e incluso pondríamos allí tiendas de todo a cien para vender nuestros productos y los chinos a ir de compras lo llamarían ir al español.

El Estado bajaría, a su vez, las pensiones un cincuenta por ciento ya que como los pensionistas no trabajan, no pueden trabajar más. Haría con sus funcionarios lo que las empresas con sus trabajadores, por lo que, eliminando también las prestaciones de desempleo, podría proceder a una eliminación de impuestos para las rentas altas y las rentas de capital y una disminución significativa (aquí pongan el porcentaje que les parezca) del impuesto de sociedades, amén de un mayor gravamen para los tramos bajos del IRPF, para compensar, se entiende. Esto nos llevaría –a nosotros, quiero decir-, en un par de años a una situación bien diferente a la que atravesamos. Y no sería más que dejar volar la imaginación: el neoliberalismo bien entendido ofrece infinitas opciones si se saben aprovechar.

El Nobel de Economía se ha concedido hace unos días a tres economistas por sus estudios sobre la ineficiencia de los métodos de búsqueda de empleo cuando se cobra el paro. ¡Qué pérdida de tiempo! Con nuestra solución se acaba con el paro en un santiamén, por lo que desde aquí, pido ya la concesión del Nobel del año que viene a nuestro presidente, don Gerardo Díaz Ferrán. Y una mención especial para don José (el) de La Cavada -mi paisano, ya saben-, a quién, injustamente, han multado con veinticinco mil euros por un quítame allá esas pajas con sus subordinados.

Al fin y al cabo, esto es como aquel chascarrillo que se contaba del espabilado en el convento, que decía: ha dicho el padre prior que bajéis al huerto y cavéis, y luego, subamos y merendemos todos. Pero no se había llegado a una formulación tan precisa como la que ahora propongo: ha dicho el padre prior que bajéis al huerto y cavéis, que entretanto, él y yo merendaremos.
         

lunes, 12 de diciembre de 2011

La cumbre y Lucas



-¡Hombre, Lucas, cuánto tiempo sin verte! Y yo  que quería encontrarte para que me dieras tu opinión sobre la cumbre esa de Bruselas…
-Calla, por favor, no me tires de la lengua que me conozco.
-Pero hombre, ya sabes que tus opiniones son apreciadas. Estarás satisfecho, al menos, con la salida de los ingleses, ¿no?
-Mira, sí, en eso coincidimos todos, ellos y nosotros. Ahora, las zancadillas tendrán que ponérselas ellos mismos, a ver cómo lo hacen. Pero no me extrañaría nada que, pasado un tiempo, volvieran a pedir la entrada. Pero claro, sin comprometerse a nada.
-¿Y de las facilidades de liquidez del BCE, qué me dices?
-Esa sí que es buena, así los bancos podrán tomar prestado el dinero que quieran al 1% para comprar deuda española e italiana  que rentan al 5 o el 6%, durante tres años.
-Pero eso solucionará los problemas de liquidez de la banca y podrán dar crédito a las empresas, ¿no?
-¿Tú te crees que los bancos son tontos? ¿Para qué arriesgar con las empresas teniendo la seguridad de la deuda pública? Ganarán ese margen, que no está nada mal y a vivir.
-Pero bajará la prima de riesgo y el margen no será tal.
-No te preocupes, ya se encargarán ellos de que se mantenga alta. De hecho, ¿por qué va a bajar con la recesión que se avecina?
-Pero eso también lo podría hacer una agencia bancaria pública, un banco público, conseguir dinero al 1% y comprarle al Tesoro sus emisiones, con lo que el margen sería para éste que, incluso, podría amortizar deuda viva a tipos más altos.
-Hombre, no seas iluso, si el BCE no quiere ni oír hablar de eurobonos, menos va a consentir que se utilicen sus fondos en esos manejos. Convéncete, el negocio es para los bancos, que están muy necesitados y para ayudarlos un poco más se va a crear la figura esa del banco malo.
-Y esto, ¿en qué consiste?
-Eso es la cuadratura del círculo. El banco malo –como si hubiera alguno bueno- se quedará con toda la bazofia que tienen los actuales, sean créditos incobrables a promotores, suelo adquirido en dación en pago de los mismos promotores –que aquí la dación en pago sí ha funcionado- o cualquier activo que hoy sea irrealizable y que lastre el balance del banco. Así, los bancos quedarán con un balance presentable y aquí paz y después gloria.
-Ya, pero alguien tendrá que cargar con el mochuelo, porque ese banco malo será un muerto. ¿Quién se va a hacer cargo?
-¿Tú, qué crees?
-Lucas, no me asustes, ¡cómo lo vamos a pagar nosotros!
-Ya te advertí que no me tiraras de la lengua.
-Pues estamos buenos, nos van a crujir.
-No lo sabes bien, pero no a todos por igual, mira lo que ha pasado en Italia.
-¡Dime, dime!
-Ya sabes que el nuevo gobierno de tecnócratas de Monti vuelve a poner el impuesto de urbana que Mussolini había quitado…
-¿Mussolini?
-Perdona, Berlusconi; siempre me confundo.
-Bien ¿y?
-Pues eso que volverán a cobrarlo…pero no a todos.
-Lucas, ¡me tienes en ascuas!
-¡Los bienes de la Iglesia quedan exentos!
-Y los pobres, ¿a pagar?
-Serán recompensados en el cielo.
-Y los ricos, ¿tampoco pagarán?
-Esos nunca pagan, infeliz, sus casas están a nombre de sociedades o fundaciones y se considera un gasto deducible.
-Desde luego, Lucas, ya me arrepiento de haberte preguntado nada. Me dejas perplejo.
-No dirás que no te lo advertí.
-Vale, vale. Hasta luego, Lucas.




viernes, 25 de noviembre de 2011

Santa Cecilia

En esta semana, el 22, más exactamente, ha sido el día de Santa Cecilia, patrona de la música. Y de los músicos, creyentes, ateos y agnósticos, de todos los músicos, créanselo. Y el 12 fue el primer aniversario de la desaparición de Gorecki, hecho que he conocido hace apenas dos meses.
Vayan, como humilde homenaje a su memoria, estas líneas publicadas en Euroequipos en febrero del 2008.



NOTAS MUSICALES


No hay mal que mil años dure, dice un refrán español. Han pasado los días navideños, hemos sufrido doce mil setecientos veintiocho anuncios de colonias y perfumes – ¿Tan mal olemos los españoles? ¿Todos los fabricantes son empresas de moda? ¿En qué pueden diferenciarse unos de otros, aparte del envase?- han pasado también los Reyes Magos y nos enfrentamos a la cuesta de enero. La sorpresa más agradable ha sido una carta de mis amigos los Kociemski, Marek y Piotr, que junto a su felicitación de navidad me han enviado un CD con la Tercera Sinfonía de Gorecki.
Henryk Mikolaj Gorecki es un compositor que no deja indiferente a nadie. Su Sinfonía de las canciones tristes, para orquesta  y soprano, escrita en 1976, se divide en tres movimientos, donde en cada uno de los cuales, la soprano interpreta una de esas canciones. Es una música deliberadamente simple, en modo de canon, que recita unas pocas notas que, a medida que vamos escuchando, parece ser una incesante idea que se alimenta  a sí misma, si podemos decirlo así. Al mismo tiempo tenemos la sensación de algo va a cambiar, algo impredecible va a ocurrir. Y es la soprano quien entra con esas mismas notas, adaptándose perfectamente y entonando algo que es claramente una plegaria.
Reproduciendo sus palabras, Gorecki nos dice: Siempre he vivido en compañía de la muerte. Para comprender mi sinfonía hay que ir hasta el campo de concentración de Auschwitz. (…)Mi sinfonía no es sobre Auchswitz. Ni acerca del terrible régimen que vivimos los polacos bajo Stalin. (…) Pero mire a su alrededor. Sienta el vacío. Mire a su alrededor, a los millones de hambrientos de África. Mire la cara de odio que pone un automovilista al detenerse en un cruce. Este pozo de odio, este egoísmo asesino, está entre nosotros y sólo esforzándonos mucho lo podremos controlar.
La primera canción es una canción religiosa del siglo XV, de la colección de los cantos Lysagora, del monasterio de la Santa Cruz, el lamento de una madre por su hijo. La segunda es mucho más dramática: Zakopane, que en polaco quiere decir cubierta por la nieve, es una pequeña población pero importante estación  para los deportes de invierno, al pié de las montañas Tatra. En el sótano del cuartel general de la Gestapo, en la celda nº 3, grabado en el muro, sobre la firma de Helena Banda Blazusiakowna, de 18 años, presa desde el 16 de septiembre de 1944, se pudo leer además: No mamá, no llores. Virgen Pura, Reina del Cielo, protégeme siempre. Zdrowás Mario. (Ave María)
Podemos imaginar en el terrible clima invernal de Zakopane, en la humedad del sótano, tras las torturas por ser sospechosa de pertenecer a la resistencia polaca, la escasa esperanza de conservar la vida para una persona de esa edad. Pero no percibimos dolor en sus palabras, están dirigidas a su madre, rogándole que no llore, sólo preocupada por ella. Son muy similares a las de la carta de Guy Môquet, el célebre resistente francés, también escrita a sus padres poco antes de morir fusilado por los nazis a los 17 años. O la carta de Julia Conesa, de 19 años, una de las Trece Rosas, dirigida a su madre y hermanos, reclamando su inocencia y pidiendo que su nombre no se borre en la historia. Parece ser común que quien se encuentra en una situación tan extrema siendo inocente, se preocupa por sus seres queridos, quizás en un intento desesperado de que en éstos perdure su inocencia.
En el tercer movimiento aparece nuevamente el dolor de una madre por la pérdida de su hijo a manos del enemigo, escrito esta vez en el dialecto de la región de Opole.
Esta versión de la Tercera Sinfonía, de las Canciones Tristes, es asimismo la tercera que poseo en mi exigua colección de música –tengo también su Miserere- pero la primera dirigida por el propio Gorecki, grabada en directo en la misma iglesia de la Santa Cruz de Zakopane.
Al lado de mi casa están el parque de bomberos y el Conservatorio de Música. A ratos, pueden oírse los ensayos de la Marcha de San Sebastián, de Sarriegui. Resulta inevitable establecer, no comparaciones, que no vendrían al caso, sino relaciones entre ambas manifestaciones culturales. La obra de Gorecki, con su forma canónica, repetitiva, nos lleva a un estado de ánimo difícilmente expresable con palabras; la marcha de Sarriegui, alegre, expansiva, de hondo significado para los donostiarras, parece querer mantenernos en movimiento. En ambos casos hablamos de repeticiones. En un caso, la repetición obedece a la necesidad del ensayo y es algo inherente, quizás, a los tiempos que corren: es preciso repetir las cosas muchas veces para que se graben en nuestra  memoria, de forma machacona, diríamos; en el otro caso, la repetición es muy distinta, parece decirnos algo, se graba fácilmente en nuestra mente y obedece a una lógica interna, causándonos gran impresión. Una nos habla al espíritu; la otra, quizás a la carne.
En este punto, y volviendo a las palabras citadas de Gorecki, cabe preguntarse: ¿la impresión que su audición pueda causar en un judío, diferirá de la que sienta un palestino de Gaza? Parece que es creciente el número de los primeros, con Baremboin a la cabeza, capaces de respondernos sinceramente. Quizás por eso pueda decirse de la música que es el más universal de los lenguajes.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Lo urgente



Pues bien, apenas hemos conocido el resultado electoral de la jornada de ayer y ya la presión de los mercados apunta en el sentido que les es propio: la prima de riesgo hacia arriba y la bolsa hacia abajo. ¿Qué tiene que hacer Rajoy? Es muy fácil, anunciar sin dilación  -vamos, esta misma semana- lo que va a hacer cuando tome el poder: subir unas cosas, bajar otras y modificar otras tantas. Las que debe subir son, sin carácter exhaustivo, el IVA, el IRPF –en los tramos bajos-, el precio de la electricidad y del butano y las tasas en general.
Las que debe bajar son el IRPF –en sus tramos altos-, el impuesto de sociedades, sobre todo para las grandes empresas, las pensiones, el gravamen para las rentas de capital, los sueldos de los funcionarios, las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social…ese tipo de cosas.
Las que debe modificar son, por ejemplo,  un nuevo contrato laboral, introducir el copago en los medicamentos, desmontar la ley de dependencia, privatizar áreas enteras en la gestión sanitaria, por ahí van los tiros.
Y todo ello, anunciando al mismo tiempo, qué personas llegarán al consejo de ministros para poner en marcha esas medidas. Así, cuando tomen posesión, podrán ser los subsecretarios los encargados de hacerlo, en tanto los ministros piensan en otras medidas nuevas, pues la virtualidad de las primeras tendrá muy corta duración. ¿Quiere esto decir que no hay “período de gracia”? Me temo que no, los mercados no saben valorar el sacrificio de Rajoy, al dejar el ejercicio de su carrera de registrador.
Como decíamos en la anterior entrada, sacarán el máximo, vía intereses de la deuda, y con una bolsa en caída libre, podrán hacerse con los mejores valores. ¡Vamos, la jugada perfecta!
¿Y los españoles? ¡Ah!, bien, gracias.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Vaticinios



No, no se preocupen, no voy a darles mi pronóstico para lo del domingo; no me lo permiten. Como comprenderán, un blog como este, con tantos miles de lectores diarios, por fuerza habría de tener influencia en el último momento y eso no sería ético.
Les quiero hablar de vaticinios, pero no sé si decir augurios no sería más preciso. En cualquier caso me estoy refiriendo a lo que me parece previsible que ocurra después de las elecciones, a lo que nos espera, si quieren decirlo de manera más descarnada. A lo que nos espera en los próximos meses, más aún, en los próximos años. Y no hace falta que me lo agradezcan ni que me lo recuerden si me equivoco mínimamente. Este es un obsequio para ustedes por leer este blog, cosa que no les ofrecerá ningún otro. Vamos allá.
¿Qué ha ocurrido de malo en la economía española en el último mes para que la prima de riesgo se eleve 150 puntos? ¿Qué hemos hecho tan mal en tan poco tiempo para que tengamos que pagar 1,50% más de interés por nuestros bonos? La respuesta es muy simple: ya no tenemos por delante a Italia. Ahora en primera línea de combate ha quedado España y así debemos soportar los disparos del enemigo, en primera línea. ¿Qué clase de enemigo es ese, que cambia tan fácil de objetivo y que dispara sin avisar? Pues los bancos y fondos soberanos y fondos de pensiones, incluidos los españoles que nos hacen el favor de comprar nuestra deuda. Y que lógicamente, como haríamos cualquiera de nosotros, no renuncian a obtener más precio por su dinero; esa es la lógica del dinero y es la lógica del mercado. ¿Y hasta cuándo? Pues eso no está predeterminado, pero será hasta el momento en que logren poner un gobierno de tecnócratas en nuestro país. ¿Y por qué? Deberíamos preguntarnos. Pues porque saben que Italia y España son demasiado grandes, juntas y por separado, como para que Europa pueda ayudarlas. Y lo bastante grandes y apetecibles como para quedarse con sus activos.
Piensen que en Italia ya lo han hecho, han puesto un gobierno de tecnócratas al igual que en Grecia, gente que como el que han colocado en el Banco Central Europeo, vienen todos, bien de JP Morgan, Goldman Sachs o de Lehman Brothers, poco importa que éste cayera. Es decir, gente que pertenece precisamente a la casta responsable de esta situación. Al capitalismo anglosajón, si quieren que les pongamos orígenes geográficos más precisos.
De modos que primero ordeñan la vaca hasta que queda exangüe, vía altos intereses por la deuda. Acto seguido se instalan en el gobierno –lamentablemente con el permiso de los parlamentos respectivos, que nada pueden hacer- y someten al país a una cura tal que quedará en la memoria colectiva de la ciudadanía, grabada  a sangre y fuego de forma tal que no quedarán ganas para el futuro de pensar siquiera en nuevas conquistas sociales. ¿Saben que la troika que vigila en Portugal la aplicación de los recortes ha recomendado que se bajen aún más los sueldos a los trabajadores? ¿Cree alguien que el problema de Portugal es debido a sus altos salarios, conocen los salarios en Portugal?
Consiguen así quedarse con todo el pastel, con las riquezas de cada país. Es un designio bien planteado, que inexorablemente se va cumpliendo y contra el que apenas se alzan voces. Los recortes son y serán necesarios, pero también lo es una política que reactive la economía y no ahogue a la gente. Y por esto no se lucha, se dan por buenos los paraísos fiscales, el fraude, las fortunas insultantes, las Sicav, mientras no se quiere ni oír hablar de una tasa a las transacciones financieras internacionales, porque perjudicaría a la City londinense y a Wall Street.
Como decía aquél, la revolución bolchevique se hizo por mucho menos.



lunes, 14 de noviembre de 2011

Inocencia





No había una muchacha más deseada que ella. Su fama trascendió el ámbito de aquel poblado que, de rebote, empezó a crecer y crecer. Nadie sabía a ciencia cierta de dónde provenía ni tampoco quién la había traído; se suponía que no era natural de allí, pues se la habría visto crecer y su belleza no habría pasado desapercibida. Sea como fuere, su fama traspasó montañas y cruzó los valles. No llegó a cambiar el curso de ningún río pero sí el de las caravanas que pasaban por la región. Hubo quién afirmaba que las mismas demoraban tiempo extra por aquella parada que antes no se hacía.
Era desde luego algo extraordinario, a juzgar por los testimonios de quienes habían tenido la suerte de conocerla: su belleza rompía todos los cánones, su piel delicada, su cabello sedoso y negro, su porte distinguido…pero, además, su entrega. Aquí tampoco había discrepancias. Ponía el mayor empeño, como si fuera la ocasión ideal que un ser humano puede esperar en toda una vida. Por ello,  no es descabellado afirmar, como se dice al principio que su fama se extendiera como una llama que devora un bosque de yesca.
Así, no sorprenderá que la mañana en que fue encontrada llorando desconsoladamente, sus propias compañeras, las diarias testigos de su alegría infinita, no pudieran salir de su asombro. Antes de que las lágrimas anegaran su cuarto y rodaran en cascada escaleras abajo, llamaron a la responsable, que subió con la alarma propia del caso y le preguntó, al verla en aquél estado:
-  Pero, mujer, Inocencia ¿qué te pasa?
A lo que ella respondió, hipando:
-  Es que anoche me enteré de que las otras cobran.
Y siguió llorando, desolada.





martes, 8 de noviembre de 2011

Maquiavelo








Como les aventuraba hace unos días, Papandreu ha conseguido con su jugada política implicar a la oposición en un gobierno de concentración  nacional; los comentaristas políticos han traducido como derrota de nuestro hombre el hecho de que este gobierno de escaso vuelo y gran responsabilidad vaya a ser presidido por un tercero. Parece que será un gabinete de tecnócratas a cuyo frente estará Papademos –me encantan los apellidos griegos-  y, cumplida su misión de poner en marcha las medidas más restrictivas que hasta este momento podamos imaginar, convocará nuevas elecciones.

¿Quién ha dicho que  a estas elecciones no podrá presentarse Papandreu? Y si no lo hiciera porque el Pasok presente otro candidato más idóneo, y gana las dichosas elecciones, ¿dónde está la derrota?

Como les decía el pasado día lo absurdo es que el Pasok hubiera corrido a solas con el coste político de los recortes, pues como se dice en mi pueblo, a escote nada es caro. ¡Qué distinto hubiera sido el debate que presenciamos ayer si desde el 10 de mayo del 2010, nuestro país hubiera estado gobernado por la actual oposición o, al menos, por un gabinete de coalición! Ni habríamos asistido al suicidio político de Zapatero y de todo el Psoe, ni encararíamos ahora el gobierno retrógrado e incapaz que vamos a tener desde el 21 próximo.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Papandreu



Vaya por delante mi confesión: no tengo ni idea acerca de las motivaciones de Papandreu para este movimiento suyo sobre el referéndum; mucho menos, por tanto, de cómo acabará. Les confieso también, que he tratado de comprender, a través de la prensa de hoy, cuáles serían sus razones. Pero la información que se nos proporciona es tan limitada –o mi capacidad de análisis, tan escasa- que no he llegado a conclusión alguna. De modo que sobre esta especie  de enroque, voy a darles la explicación que a mí me hubiera gustado. Supongo que en un par de días se conocerá el desenlace y, de rebote, la explicación. Podremos entonces constatar lo desacertado de mis desvaríos.
Si la memoria no me falla, Papandreu y su Pasok –el equivalente griego al Psoe- ganaron las últimas elecciones a la derecha griega, con un electorado harto de las mentiras y manejos que ésta había encadenado, algunas de las cuales, en estrecha relación con la ingeniería financiera de Goldman Sachs donde trabajaba Mario Draghi, y no como botones precisamente. Pero la situación descubierta al conocer la realidad de las finanzas griegas resultó de tal gravedad que no le quedó otro remedio al nuevo gobierno que acometer medidas restrictivas tan exigentes como las que conocemos. Este proceso ha desembocado en la impopularidad del actual gobierno, que ahora se encuentra por detrás de los que realmente provocaron la actual situación. Es decir, que bien pudiera ocurrir que a Papandreu le tocara hacer el trabajo sucio a la derecha, que, acto seguido, le arrebataría el poder en unas nuevas elecciones.
Esta es la explicación que les mencionaba más arriba. Papandreu  habría considerado que la adopción del plan de rescate con todo lo que conlleva en recortes y sacrificios, debería ser adoptada por un gobierno de concentración nacional, y no exclusivamente por el gobierno de su propio partido para cargar a solas con ese mochuelo.
¿Imaginan si esto lo hubiera hecho Zapatero en nuestro país, en mayo del 2010? ¿Qué discurso habría tenido Rajoy durante todo este tiempo? Y, ¿qué sentido tendría la actual campaña electoral? ¿No habría sido mejor que ambos partidos hubieran remado en el mismo sentido y celebrar las elecciones cuando el campo de regateo estuviera más limpio?

viernes, 21 de octubre de 2011

Y ahora, ¿qué?











Según todos los indicios hemos llegado, en el asunto de ETA, a un punto de no retorno. Es cierto que aún falta que se entreguen las personas y las armas, pero el consenso sobre este punto parece, también, unánime: todo el mundo celebra el fin de ETA.

¿Todo el mundo? Lo celebramos la gente de a pié y hasta los guardaespaldas, que se quedarán sin trabajo. Pero, ¿y toda esa masa de gente que ha estado viviendo del cuento, siendo más patriotas que nadie? ¿Habrá un ERE para ellos? Los que han dado el paso a la política han empezado a recoger los frutos de su dedicación, ocupando cargos en la administración autonómica, aunque no haya más que analizar la labor realizada en estos cinco meses, tanto en el Ayuntamiento de San Sebastián como en la Diputación de Guipúzcoa, para ver el lío en el que se han metido y en el que nos han metido a los demás.

Ahora, ante las elecciones del 20-N, ¿volverán los electores a darles su apoyo? Si tal cosa sucede, que dios nos coja confesados. Como decía aquél, una cosa es predicar y otra, dar trigo. Una cosa es salir de manifa y otra gobernar.

Y en la otra banda, ¿qué discurso elaborarán políticos como Mayor Oreja? ¿Cuál será el fruto de sus neuronas? ¿A qué cometidos les dedicarán en sus partidos? ¿Y cierta prensa? ¿De qué escribirán? ¿Con qué sarta de infundios alimentarán a sus lectores?

Recordarán ustedes que, antes de la era digital, existían las conferencias a cobro revertido. Es decir, que pagaba quien recibía la llamada. Se me ocurre desear que esa conferencia que ha habido el lunes, marco edulcorado para permitir a los etarras la declaración de ayer, sea eso, una conferencia a cobro revertido, y que paguen los que no han hecho sino sacar partido de la situación que esperemos no vuelva a repetirse. Las victimas y el pueblo en general no nos hemos merecido tanto horror. 

domingo, 16 de octubre de 2011

Perroflautas











Perroflautas: así fueron calificados los indignados españoles por los próceres de la derecha española en el momento de su aparición, allá por el 15 de mayo.

Ahora Aznar los ha calificado como extrema izquierda marginal antisistema; cómo se le nota a este hombre, desde que imparte clases doctorales, que ha afinado en la expresión de sus conceptos políticos, dejando arrinconado el despectivo término anterior.

Guerrilla es, así en español en la mayor parte del mundo, un sistema de lucha no convencional, utilizado desde los tiempos más antiguos, basado en el hecho cierto de que enfrentarse, en clara minoría, a un ejército organizado en campo abierto es una forma notoria de suicidio; tomó esa denominación a partir de los grupos armados que hostigaban a los ejércitos napoleónicos durante la guerra de la Independencia.

Y aunque uno piense que el resultado de aquella guerra en España no fue lo más conveniente para nuestro devenir histórico, no deja de sentir un sano orgullo de que el idioma español haya legado ese término para la historia.

Y visto lo que hubo ayer, a lo largo y ancho del mundo, con el mismo orgullo y más esperanza, desearía que el término indignados representara, así en español también, a ese movimiento universal y que éste creciera y adquiriera poder y se consolidara, como una nueva forma de entender las relaciones sociales y económicas y con el objetivo de conseguir que, por encima de cualquier otra cosa y en todo momento, lo importante es la persona.

martes, 11 de octubre de 2011

Advertencias


     Una de las noticias más comentadas estos dos últimos días ha sido el comentario soltado, así como el que no quiere la cosa, por un destacado miembro de la Generalidad Valenciana, acerca del poco futuro de la periodista Ana Pastor en Televisión Española.

     En estas páginas, en las entradas del 31 de agosto con ese mismo nombre y del 22 de septiembre, titulada La que viene, hablábamos de la pérdida de libertad informativa que sufriremos a partir del 20 de noviembre próximo. Y no es por celebrar los aciertos -!me gustaría tanto equivocarme...!- sino para que quede constancia. Estamos todos avisados.

     ¿Se acuerdan ustedes de los telediarios de Alfredo Urdaci? Pues eso.

domingo, 9 de octubre de 2011

Tres de marzo

     Ya saben ustedes que, hace unos días, la De Cospedal, habló de una posible reforma laboral para cuando alcancen el poder. Como no se entendió muy bien lo que quiso decir o no quiso explicarse mejor -para no asustar al personal, digo yo- hubo comentarios generalizados acerca de su alcance, aunque la mayor parte de ellos atinaron en el arcano.

     Les ofrezco hoy un comentario titulado Tres de marzo, porque se conoció en ese día del año pasado, que escribí en la misma fecha y que alcanzó a publicarse en el Euroequipos de febrero del mismo año. Ya ven que las cosas no siempre se dicen por decir -incluyo aquí las que nos dedica esa señora- sino que tienen su base doctrinal, en este caso en la mismísima CEOE.












TRES DE MARZO

de 1976 (en el recuerdo)





            No ha sido sin una creciente aprensión que he leído en la prensa de hoy la noticia de que José de la Cavada, responsable de Relaciones Laborales de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) había lanzado la idea de un nuevo contrato para los menores de treinta años, con un sueldo de 633 euros al mes -supongo que brutos, claro- o incluso menos, sin costos de seguridad social para las empresas, sin posibilidad de generar paro y sin indemnización por despido. Y no porque me afecte directamente, que lamentablemente, tengo más de treinta años y de dos veces treinta, sino porque me llamo José –léanlo abajo- y da la puñetera casualidad de que nací en La Cavada. Así que para algunos soy José (el) de La Cavada, que fonéticamente suena igual. Por ello he estado considerando la posibilidad de quedarme en casa, desconectar el teléfono y seguir los acontecimientos por Internet, que es lo bueno que tiene este medio, leer la prensa, entrar en el chat y ver los correos que te lleguen sin que el remitente sepa si los has leído o estás fuera. Y puedes estar así, al pairo, con los anteojos puestos y ver cómo se pasa la mañana y qué acontecimientos se producen.

         De modo que eso he hecho, he abierto el chat y he leído la prensa. Si por la tarde ha amainado el vendaval, saldré a dar una vuelta, pero no quiero exponerme a que alguien me reconozca por la calle y se arme la marimorena.

         Y pronto ha empezado a animarse el chat, y casi voy a copiar literalmente las entradas para que lo vean ustedes mismos. Omito el nombre del remitente porque creo que no viene al caso.

Uno: ¡Hay que ser hijo de puta para plantear estas medidas!
         Otro: Hay que entenderlo, hombre, esto es un aviso para navegantes.
         Otro: ¿Has dicho para navegantes o inmigrantes? Pues no creas, no sería mala idea. O que quieren estos inmigrantes de  mierda, ¿cobrar igual que nuestros hijos?
       Otro: Podrían cobrar al setenta por ciento, los españoles quinientos euracos y los sudacas y los negros trescientos.
          Otro: Querrás decir trescientos cincuenta.
Otro: ¡Joder, cómo afinas!
Otro: Oye, que mis hijos están todos trabajando y en buenos puestos.
        Otro: Suerte que tienes, yo tengo todavía a los dos de becarios y me cuestan más que cuando estaban en la uni.
          Otro: ¡Todo por los hijos!
         Otro: Sí, por los hijos de puta de los inmigrantes que vienen a quitarnos los puestos de trabajo.
        Otro: Con ese tipo de contrato seguro que el Díaz Ferrán no habría cerrado Air Comet.
          Otro: Y las empresas serían más competitivas.
 Otro: Y aumentarían las exportaciones. ¿No quieren eso?
          Otro: Y no haría falta fabricar fuera, ya que aquí saldría a costo.
          Otro: Pero si sólo dura un año, ¿después se puede meter a otros?
          Otro: Pues en esas condiciones que trabaje rita.
        Otro: Habrá quién no le quede más remedio que aceptarlo. Será mejor eso que nada, ¿no?
         Otro: Yo me iría al extranjero.
         Otro: Sí, en Air Comet, ¿no?
       Otro: Pues la cosa está muy jodida, unos alemanes le han propuesto a Grecia que venda alguna isla deshabitada, para aligerar la deuda.
        Otro: ¿Deshabitada? Pienso que sería mejor habitada, con esclavos y todo, así no hay que llevarlos.
         Otro: Y nosotros, ¿qué vendemos? ¿Gibraltar?
         Otro: Eso, eso, les vendemos Cataluña, con estatuto y todo.
         Otro más: ¡Y las vascongadas!

Como el asunto ya empieza a desvariar, les ahorro el resto, que, créanme, es de lo más jugoso. En los periódicos empieza a salir que el presidente de la CEOE ha dicho que esto no era en realidad una propuesta, sino sólo un ejemplo –de cómo pueden ir las cosas, digo yo- y Soraya Sáenz de Santamaría ha puesto cara de circunstancias, y que bueno, que no lo han recibido, que habrá que estudiarlo, que quién sabe… Pienso que ya ha pasado lo peor y me voy a tomar un blanco. De todas formas creo que deberían prohibir los apellidos toponímicos.

          


miércoles, 5 de octubre de 2011

La boda







Viendo las imágenes de la boda, le comentaba a mi mujer:
-Imagínate, si el rey no le hubiera dado permiso para casarse.
-¿Y habrá ejercido el derecho de pernada?
-No mujer, eso son cosas antiguas, cosas pasadas, eso no es de hoy.
-La monarquía, ¿tampoco? –intervino mi suegra, que estaba al quite.

lunes, 3 de octubre de 2011

Los lunes al sol

     Los lunes al sol es el título de una buena película española; los lunes al sol eran la única alternativa para sus protagonistas tras haber perdido su empleo.

     Lunes negros vienen llamándose -en la jerga económica- a aquellos que marcan una crisis o una debacle económica. ¿Saben cuántos lunes negros llevamos en estos tiempos?

     La semana pasada, el parlamento alemán autorizó a su banco central el apoyo a los bonos griegos. Ya ven que hasta mejoró el clima en general. Pero hoy hemos sabido que la economía griega -¿qué otra cosa podría ocurrir con el tratamiento de caballo al que la someten?- tiene dificultades insalvables para crecer. Esto se traduce en más dificultades para reducir su déficit fiscal. La consecuencia es que también sube nuestra prima de riesgo al tiempo que se derrumban las bolsas. Así las dificultades serán mayores, no solo para los griegos.

     Pero no se preocupen demasiado, hasta el próximo lunes quedan todavía seis días. Hay tiempo para que empeoren las cosas.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Sacrificios

     Le preguntaron al Borbón, a la entrada de un ágape ofrecido por el Congreso, si preveía que harían falta más sacrificios; como persona informada, respondió afirmativamente. En un aparte con el Presidente de las cortes, le dijo: !La de gambas que hay que comer para llevar un plato de lentejas a casa!

jueves, 22 de septiembre de 2011

La que viene








No es más que un indicio, un tanteo, un globo sonda como se dice en política. Pero significa que ya preparan el camino, tienen claro lo que quieren hacer, sólo resta esperar a noviembre.
Ellos piensan –porque lo dicen, no se recatan en ello-, que la actual televisión española es un instrumento al servicio del gobierno; claro, comparan con lo que hacen en Telemadrid, y entonces les parece que lo de TVE está al servicio de los sociatas y los de la ceja, como dice la Espe. Y ensayan lo que harán cuando lleguen al poder.
Así y de ninguna otra manera hay que entender lo que hicieron ayer en el Consejo de Administración de RTVE: Implantar la censura previa. Ellos decidirán qué noticias dar y cuáles no. Vamos, ni más ni menos que lo que hacen en todas partes. Nosotros no tenemos aún la suficiente madurez y necesitamos ser teledirigidos. ¡Permanezcan atentos a la pantalla! 

domingo, 18 de septiembre de 2011

Al patrimonio por el matrimonio




¡AL PATRIMONIO POR EL MATRIMONIO!(*)




Han corrido ríos de tinta –bueno, tinta virtual, sobre todo- a propósito del renovado impuesto sobre el patrimonio. Entre la cohorte de tertulianos, han sido de ver los esfuerzos de tantos en contra de tal figura recaudatoria. El mismo Botín, a quién supongo que no le afectará en gran medida, pues tendrá muy poco patrimonio a su nombre, ha sido más escueto en sus declaraciones, limitándose a un lacónico no estoy nada de acuerdo.

Ahora bien, yo si que estoy bastante de acuerdo con las manifestaciones del candidato Rajoy, cuando ha dicho que hay muchas personas que viven de las rentas del patrimonio que han heredado. ¿Y qué se pretende ahora, complicarles la vida a estas personas? No me parece de recibo, es gente que no ha trabajado, que se ha limitado a cortar el cupón o a cobrar las rentas y no se las puede poner de repente en la tesitura de tener que ganarse la vida. Para eso ya tenemos a los que nunca han heredado, a los que nunca han tenido otro capital que la fuerza de sus brazos y ahora no encuentran la oportunidad de hacerla rentable, a los que han tenido que deshacerse de algún bien para seguir malviviendo, a los que han consumido ya la prestación del desempleo, etcétera, etcétera, etcétera. Pero claro, esta gente está acostumbrada a vivir así, en el filo de la navaja digamos, nunca han tenido nada, no saben, por tanto, lo que se pierden; sin embargo, aquellos que por familia o esfuerzo personal gozan de una situación afortunada han de sufrir, por fuerza, una gran contrariedad con un impuesto como el que comentamos

En el caso de Botín se dan las dos circunstancias, así que su sufrimiento debe de ser doble. Y, ¿es lógico aplicarles este suplicio, a ellos, que son los que pueden crear empleo? No les van a quedar ganas, eso es tirar piedras contra nuestro propio tejado.

Así que de aumentar el impuesto a las Sicav, de poner un impuesto a las grandes fortunas, de perseguir el fraude en gran escala y la evasión de capitales, mejor ni hablar: Eso sería el colmo de los despropósitos, los ricos se nos irían del país y, entonces, ¿qué haríamos sin ellos? ¿En quienes nos miraríamos?

Hoy se dice que el mismo Obama reclama más  impuestos para los que ganen más de un millón de dólares al año. ¿Será verdad lo que dijeron algunos, que cómo se podía elegir a un negrata? 

(*) Tercera ley de Parkinson




domingo, 11 de septiembre de 2011

Once de septiembre



 

      

      Se cumplen en esta fecha los diez años de los atentados de Nueva York; asimismo, ocho meses del terremoto de Fukushima. Falta en ambos casos la necesaria perspectiva histórica para analizar   y comprender la importancia y la repercusión de esos hechos. Pero los medios no nos han recordado otro aniversario, el trigésimo octavo en este caso, de otro acontecimiento histórico, también un once de septiembre.

          Quiero recordarlo para ustedes con un texto, escrito ya hace algunos años, y que pretende mostrar cómo un hecho extraordinario puede trastornar la vida diaria de cualquier persona. Lógicamente, tuvo gran importancia en otras esferas de la vida, pero eso se escapa a este propósito.

 

 

                      UNA NOCHE DE SEPTIEMBRE









Le ha despertado una sensación de opresión en el vientre. Medio dormida se revuelve en la cama, pero el peso sigue lo mismo. Entonces vuelve a la realidad, con una mezcla de pudor y pánico. Con cuidado, para no despertarle,  retira la mano de Alfredo de encima de su propio vientre y la coloca a lo largo del ajeno cuerpo desnudo, haciéndose ella misma a un lado. ¿Es Alfredo o es Arturo? No, no, es Alfredo, recuerda las bromas acerca de Hitchcock y Fred Astaire a propósito de su físico y sus habilidades. Le echa una rápida mirada y él se remueve a su vez, llevándose la mano derecha al sexo, ahora en paz.
Palmira se levanta, sigilosa, y se dirige al baño para salir al poco envuelta en el enorme albornoz con el anagrama del hotel. No ha querido quedarse ante el espejo, por no verse a sí misma en aquella situación y no tener que responder a las mudas preguntas de sus ojos. Junto a la ventana, empuja a duras penas uno de los enormes butacones para medio sentarse en su respaldo, los pies apoyados en la tibia madera del antepecho. No bien lo ha conseguido, vuelve la mirada sobre su hombro derecho, hacia la cama, y al ver el cuerpo desnudo de Alfredo, siente algo, entre remordimiento y vergüenza. Retorna a la cama y lo tapa hasta el pecho con la sábana que está caída a los pies. Alfredo hace un leve movimiento sin despertarse, abre y cierra un par de veces la boca y queda con ella abierta, la cabeza ligeramente ladeada y emitiendo un leve y regular ronquido.
Palmira vuelve a su postura ante la ventana para ver las luces de la ciudad que se extiende ante sí, ciudad que ahora se le antoja extraña, hostil, peligrosa, y no la ciudad en la que ha nacido y crecido, donde ha pasado toda su vida. Trata de reconocer algo de ella, pero no es fácil, no hay muchas luces que pueda identificar. A lo lejos, en lo alto, cree entrever, titilando, las luces de Providencia, su barrio. Allí estarán descansando, ajenos a todo e ignorantes de esta última noche, Hans y Marcela.
¡Ah, Marcela!, hija de sus entrañas, con su agradable olor de niña, sus trencitas rubias, durmiendo apaciblemente, en sus sueños infantiles. Pronto, dentro de tres o cuatro horas -calcula, no tiene un reloj a mano- la despertará Consuelo para prepararla para el colegio, y Marcela preguntará por ella, su madre, extrañada de no verla como cada mañana junto a su cama de  niña. Eso contando con que Hans se acordara anoche de advertírselo a Consuelo. ¡Hans, Hans, la que has liado! Se empeñó ayer en que bajara a comer con él y con el español al centro.
-Ya verás, Palmira, es un tipo divertidísimo, además, con estos líos, hace semanas que no comemos fuera. Y nos contará cómo se ve esto en Europa, si allá lo entienden, acaba de llegar. Comeremos pronto, y antes del toque de queda estaremos en casita. ¡Vamos, anímate!
Después… ¡todo había sido tan diferente! La cita en el hotel del español, la tardanza cada vez más extraña de Hans, él que tanto se jactaba de su puntualidad germana. Al final, la llamada telefónica, angustiosa ya:
-No te preocupes, Palmira. He tenido una avería en el carro al salir de la fábrica. No intentes venir ahora para casa, el toque de queda está al caer y apenas hay taxis por el centro.
-Pero entonces, ¿qué hago, Hans, si no puedo salir del hotel?
-Nada, no te preocupes, te digo. Toma un cuarto y duerme ahí. Yo bajo en la mañana a buscarte. Me ocuparé de Marcelita, tranquila. ¿Ya viste al español? Creo que se llama Arturo o Adolfo, no me acuerdo bien. Explícale el caso.
-Claro que lo he visto, Hans, llevamos tanto tiempo esperándote…
-Bueno, me disculpas con él, dile que lo veré en la mañana. Que descanses bien, mi amor.
Así fue como se quedó frente a frente con el español, muchos años más joven que Hans, algo más joven que ella misma también. Un tipo divertidísimo, en efecto, más educado que la mayoría de sus compatriotas, y que no estaba dispuesto a malgastar la noche solo.
-En este caso, permítame que la invite a cenar Sra. Von Ausenick.
Fue una de las últimas veces que la trató de usted, aunque, eso sí, siempre con una extraordinaria corrección. En efecto, la invitó a cenar, eligió él mismo el vino, un Concha y Toro del 63 y le contó muchas cosas, excepto cómo se veía eso en Europa. Evitó esa conversación y fue derivando, cada vez más, hacia temas personales.
Palmira no se recordaba a sí misma hablando de esas cosas, hacía años, desde antes de casarse con Hans. A éste no le interesaban ya, y se sorprendió viéndose lo animada que hablaba con aquél español tan simpático. Después empezó a parecerle interesante y se vio aceptando la sugerencia de bailar en la discoteca del hotel. Su sorpresa fue mayor al constatar la gran cantidad de gente que había dentro. ¿Cómo harían para evitar el toque de queda? ¿Se quedarían como ella, a dormir allí, o serían todos forasteros? Estas preguntas la inquietaron, empezó a pensar que podría ser vista por algún conocido. Sin saber cómo, aceptó la invitación de Alfredo para tomar la última copa en el cuarto. Ella prefirió que fuera en el suyo, por si llamaba Hans. Alfredo no puso objeciones, pero se trajo la bebida de su propia habitación, guiñándole un ojo. Lo que vino después fue como un torbellino. Alfredo resultó ser un amante tierno y dulce, reposado y constante en sus caricias, firme y apasionado en los abrazos. Palmira no conocía algo así, era tan diferente con Hans, que era violento y pesado como un fardo…
Siente un estremecimiento y se pasa la mano derecha por la nuca, hundiendo sus dedos por la raíz de su cabellera. Ahora divisa algunas luces más, la ciudad aparece envuelta por una neblina que genera una débil lluvia, impropia de esos días de septiembre. Puede ver las luces de algunos vehículos, patrullas del ejército o la policía, supone. Le parece entrever la sombra turbia del Mapocho… ¿Será verdad que baja cadáveres, arrastrados por la corriente? Se le pone la piel de gallina, y recuerda las imágenes de la aviación bombardeando La Moneda, y lo que ha oído contar acerca del Estadio Nacional.
¡Dios mío! , ¿Será cierto, o sólo una mala pesadilla? Había sorprendido a Consuelo, en la cocina, llorando en silencio: ¡Tenía dos sobrinos desaparecidos! ¡Cómo habían llegado a ese punto, qué había ocurrido con sus vidas para llegar a aquel extremo, qué iba a pasar con el país, a qué situaciones de odio y enfrentamiento podía llegar la gente!
Percibe un leve ruido en la cama, a sus espaldas. Gira la cabeza para ver como Alfredo, todavía dormido, aparta de sí la sábana, apremiado por el calor y dejando a la vista gran parte de su anatomía. Al verlo, al ver aquel cuerpo que tan feliz la ha hecho, Palmira nota cómo a la piel de gallina de instantes atrás, le sustituye una oleada de  calor que le arranca de la nuca, y le va invadiendo el cuerpo entero, hasta sentir un hormigueo conocido en el vientre y una sensación de debilidad en las extremidades.
Se acerca a la cama, se despoja del albornoz y se desliza, desnuda como está, hasta apretarse al cuerpo de Alfredo, palpitante y tan lleno de vida. Le parece que éste entreabre los ojos. Se abraza a su cuerpo, susurrándole muy quedo: ¡Abrázame, abrázame, te necesito!