domingo, 18 de septiembre de 2011

Al patrimonio por el matrimonio




¡AL PATRIMONIO POR EL MATRIMONIO!(*)




Han corrido ríos de tinta –bueno, tinta virtual, sobre todo- a propósito del renovado impuesto sobre el patrimonio. Entre la cohorte de tertulianos, han sido de ver los esfuerzos de tantos en contra de tal figura recaudatoria. El mismo Botín, a quién supongo que no le afectará en gran medida, pues tendrá muy poco patrimonio a su nombre, ha sido más escueto en sus declaraciones, limitándose a un lacónico no estoy nada de acuerdo.

Ahora bien, yo si que estoy bastante de acuerdo con las manifestaciones del candidato Rajoy, cuando ha dicho que hay muchas personas que viven de las rentas del patrimonio que han heredado. ¿Y qué se pretende ahora, complicarles la vida a estas personas? No me parece de recibo, es gente que no ha trabajado, que se ha limitado a cortar el cupón o a cobrar las rentas y no se las puede poner de repente en la tesitura de tener que ganarse la vida. Para eso ya tenemos a los que nunca han heredado, a los que nunca han tenido otro capital que la fuerza de sus brazos y ahora no encuentran la oportunidad de hacerla rentable, a los que han tenido que deshacerse de algún bien para seguir malviviendo, a los que han consumido ya la prestación del desempleo, etcétera, etcétera, etcétera. Pero claro, esta gente está acostumbrada a vivir así, en el filo de la navaja digamos, nunca han tenido nada, no saben, por tanto, lo que se pierden; sin embargo, aquellos que por familia o esfuerzo personal gozan de una situación afortunada han de sufrir, por fuerza, una gran contrariedad con un impuesto como el que comentamos

En el caso de Botín se dan las dos circunstancias, así que su sufrimiento debe de ser doble. Y, ¿es lógico aplicarles este suplicio, a ellos, que son los que pueden crear empleo? No les van a quedar ganas, eso es tirar piedras contra nuestro propio tejado.

Así que de aumentar el impuesto a las Sicav, de poner un impuesto a las grandes fortunas, de perseguir el fraude en gran escala y la evasión de capitales, mejor ni hablar: Eso sería el colmo de los despropósitos, los ricos se nos irían del país y, entonces, ¿qué haríamos sin ellos? ¿En quienes nos miraríamos?

Hoy se dice que el mismo Obama reclama más  impuestos para los que ganen más de un millón de dólares al año. ¿Será verdad lo que dijeron algunos, que cómo se podía elegir a un negrata? 

(*) Tercera ley de Parkinson




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