miércoles, 21 de mayo de 2014

Población y poesía



Este artículo se publicó en el nº de abril de 2014 en la revista OP Machinery.





POBLACIÓN Y POESÍA

A primera vista, población y poesía tienen en común bien poca cosa. Pero a veces, a poco que uno busque, es posible encontrar una relación, algo que ligue ambos conceptos y, en el caso del que les voy a hablar a continuación, una unión un tanto especial.
La población es Llanes, una de las de más solera y renombre en Asturias, aunque no sea de las más importantes. Cierto es que es capital de un concejo bastante extenso, de una longitud por la costa en torno a los treinta  kilómetros; costa de las más bellas, salpicada de hermosas playas y sorprendentes acantilados, a más de accidentes geográficos y geológicos, que por su belleza, no nos dejarán de sorprender.
Situada a medio camino entre Santander y Oviedo –a cien kilómetros de cada una de ellas- uno puede imaginársela como el centro neurálgico de una comarca propia que se extendiera desde San Vicente de la Barquera hasta Ribadesella, abrazando extensiones como los Picos de Europa cántabros, astures y leoneses, y los enclaves de Cangas de Onís y Covadonga. No crean, los comerciantes que atienden regularmente los mercados semanales de las poblaciones comprendidas en ese abrazo, les podrían explicar mejor que yo, la validez de ese concepto. Ellos, que alzan cada día sus reales en la población que celebra mercado, recorren dicha comarca sin reparar en las divisiones administrativas. El polígono que definen San Vicente de la Barquera, Panes, Potes, Posada de Valdeón, Cangas de Onís, Ribadesella y la misma Llanes, comparten muchas cosas que trascienden la división administrativa que trazara Javier de Burgos en 1833.
José María Álvarez Posadas nació en 1911 en Puente San Miguel (Cantabria) donde su padre ejercía de maestro, pero siempre se consideró llanisco, por su origen familiar y por su vecindad temprana. Para la poesía, se convirtió en Celso Amieva y para la sociedad, primero en maestro como su padre, y después en republicano y comunista, viviendo, aparte de España, en Francia, México y Rusia. Pertenece a la Generación del 36 y, como algunos de sus miembros, tuvo activa participación en la contienda. Murió en Moscú en 1988.
Al margen de Los Cubos de la Memoria, instalación creada por Agustín Ibarrola en la escollera del puerto de Llanes, no se puede dejar de visitar el casco antiguo de la ciudad, en el que, a poco que uno mire donde pisa, verá unas pequeñas losetas de acero, cada diez o doce metros,  que llevan soldadas unas  palabras que van conformando fragmentos de poemas que debemos al amor –él así lo declara- que Celso Amieva sintió por su Llanes.
Vean una muestra en estos endecasílabos:
Te amé, te amo, te amaré por nunca
siempre jamás amén, Llanes, Lybunca,
La puebla de Aguilar o Villasaro
y mi asperjante amor te lo declaro
con tu propio pudor y mi descaro.
Mojo en tu sidra mi devota mano,
persigno con el índice y el medio
mi faz y voy a bendecir tu predio
marinero, rural, fluvial, urbano,
católico, guasón, astur e indiano.
Mi alma a las remotas eras vuelta,
corrobora su esencia primeriza
hoy que en vuestra compaña profundiza
el gran misterio de su noche celta.
Canta el orbayo y canta la neblina
canto al Cuera y al Pico Turbina,
señor del trueno y padre de las nieves.
Canto el maíz, el bable, la sardina
Y la luna romántica de Tieves.
Recuerden lo que les decía al comienzo. Si ya conocen Llanes o si la visitan por vez primera, verán que este poema constituye una cabal descripción del alma de dicha población y de sus habitantes. La relación entre población y poesía sabiamente representada.





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domingo, 4 de mayo de 2014

Adolfo Suárez


Este comentario se publicó en la revista OP Machinery, en su nº de marzo de 2014.


Todos ustedes tienen un claro criterio acerca del Presidente Suárez. Nada más lejos de mi intención que abundar en su figura. Solo quiero glosar ciertos pormenores de su vida, de su muerte y  de nuestro país, en diez claves, para mí significativas y que son las que más  me han llamado la atención, sin que el orden en que están escritas sugiera prelación ninguna.
1.  La primera es que su hijo mayor nos hizo un flaco favor al ofrecer una rueda de prensa el viernes anterior en la que anticipó que el fatal desenlace se produciría antes del lunes. A partir de ese momento, en los medios de comunicación, todo ha sido un derroche de información tal que ha llevado a causar en muchos –entre los que me incluyo- buenas dosis de hastío.
2. En muchos momentos, personalmente, hasta tuve dudas de la muerte del Presidente Calvo Sotelo. Aunque fue un presidente más efímero, quiero pensar que los funerales de Estado tienen un protocolo y un boato similares.
3.  La fecha del óbito coincidió con el aniversario de la muerte, en este caso en el exilio, del Presidente Largo Caballero, que también fue Ministro en otro gobierno de la República. Imagino que los dirigentes del Partido Socialista acudirían en la misma mañana del domingo a algún acto laico de homenaje.
4.  También me parece reseñable dejar constancia de que el Presidente Suárez fue desahuciado al no poder hacer frente al pago de una hipoteca sobre su casa de Ávila,  que hubo de constituir para hacer frente a los gastos de la enfermedad de su mujer y de su hija. Me parece de justicia señalar esto en una época como la actual, por contraposición a cualquiera de sus conmilitones y adversarios políticos. Se había negado a cobrar remuneración alguna del Estado por haber sido jefe del gobierno.
5.  Las declaraciones del President Mas, que vino a decir que “echamos en falta su visión de Estado, su coraje político y su mucha generosidad”, además de que  “miró de cara, se arriesgó y no rehuyó los problemas”, han suscitado diversidad de opiniones. A mí me han parecido muy oportunas. Se pueden aplicar perfectamente al finado y desnudan otra forma de hacer política, muy en boga en la actualidad española. Más claro, el agua.
6.  Con lo que no estoy de acuerdo es con esa manía, tan española también, de bautizar calles, aeropuertos, hospitales o museos con los nombres de personas de relevancia. Yo solo lo haría con los nombres de escritores, artistas o científicos, pero nunca de gobernantes. Simplemente, me parece un  culto a la personalidad, innecesario y gratuito.
7.  Aunque no tenga nada que ver con la persona a quien estamos despidiendo, no puedo dejar de preguntarme qué diablos pintaba el señor Rouco Varela oficiando la ceremonia. En la inhumación en Ávila podían también  habernos evitado la meliflua voz de su obispo.
8. Una curiosa coincidencia es la vecindad en el enterramiento con Claudio Sánchez-Albornoz, también ministro y presidente de la República en el exilio y autor de “España: un enigma histórico”, (obra que me regaló un estimado amigo), en la misma catedral abulense.
9. Nuestro personaje sufrió –si no la mayor- una de las mayores tragedias personales que le pueden sobrevenir a un hombre: Perder a su mujer y a su hija mayor, ambas por cáncer de mama. La misma enfermedad que sufrieron sus otras dos hijas, éstas con mejor suerte.

10. Como suele ser tan frecuente en nuestro país, los que desde su propio bando le denigraron y, al final, le abandonaron, ahora se han deshecho en elogios sobre su persona y su perfil político. ¿Creerán que los sinceros sentimientos que se han podido apreciar en la ciudadanía se repetirán en la despedida que ellos reciban?