Ya
hace demasiado tiempo que no tengo un encuentro con el bueno de Lucas, así que
le he buscado porque quiero que me dé su versión de lo que pasa con Grecia;
como era de esperar, su disponibilidad se mantiene intacta y no se ha hecho de rogar.
-¿Y
qué quieres que te cuente? La tele, los periódicos, el Gobierno, todos hablan
de lo mismo.
-Ya,
Lucas, pero me parece un asunto muy complejo y hay facetas que no acierto a
entender. Por ejemplo: ¿por qué el gobierno español está en contra de que
Grecia tenga un respiro? ¿Eso le vendría bien a España, no es así?
-Exacto,
pero el gobierno está más preocupado por salvar su culo en las próximas
elecciones que en mejorar la situación de nuestro país.
-Ahora
sí que no entiendo nada.
-Mira,
¿recuerdas que Mariano voló a Atenas para un mitin –él, que tiene tanto arte
para hablar en público- a favor de la derecha griega? Eso se le volvió en
contra, porque sus correligionarios perdieron, y, en cambio, ganaron los amigotes
del coletas. Ahora Mariano no tiene otro camino que tratar de que Syriza no
consiga sus propósitos en la disputa con la Troika, y así, tratar de que se
rebajen las expectativas electorales de Podemos. Si Syriza no consigue sus
objetivos, ¿para qué vamos a votar a los de Podemos, quienes tampoco lo
lograrán? Mejor, votamos a los de siempre, ya sabes, gente seria y de orden,
que vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer.
-Ya,
ya, pero, el interés de España, aunque la situación de ambos países no sea muy
parecida, como ambos padecen una ingente deuda pública, estaría más cerca del
de Grecia que del de sus acreedores, ¿no es así?
-Verás,
las políticas de los gobiernos no están ligadas al interés de la ciudadanía,
sino por la ideología del partido político en el poder, y si hablamos de una
dictadura, por el interés particular del sátrapa…
-¡Hombre,
Lucas! No me irás a decir ahora que esto es una cuestión ideológica…
-Pues
en parte sí. Piensa, en qué pasaría si Europa buscara, para Grecia, una salida
honorable, acorde con lo que desean los ciudadanos que han votado. A nosotros
nos han vendido que los griegos se merecen lo que les está pasando y no otra
cosa. Que son unos vagos y maleantes y unos manirrotos, que se han fumado todos
los millones que les hemos dado, y que, encima, tienen la cara de pretender un
trato de favor. Ahora que están acostumbrados a pasar hambre, un poco más
–veinte o treinta años, total no es tanto- no les va a venir tan mal y podrán
ir devolviéndonos nuestro dinero. Fíjate que nuestro ministro Margallo ha dicho
que con el dinero que les dimos, Mariano podía haber subido las pensiones un
50% y las prestaciones de desempleo, un 38%; o al revés, no recuerdo bien. Es
decir, ellos se funden el dinero y nosotros pasamos estrecheces por su
comportamiento inmoral.
-¿Y?
-Y a
ti, ¿a qué te suena esto? La pura verdad es que los bancos griegos se
endeudaron desaforadamente con la banca europea en un proceso igual al que
ocurrió en España, lo que explica la deuda exterior privada de Grecia; Goldman
Sachs, cuyo vicepresidente para Europa era Mario Draghi, maquillaba las cuentas
que el ejecutivo griego presentaba en Bruselas, lo cual llevó al déficit real a
ser tres o cuatro veces superior al declarado, lo que a su vez, explica la
deuda pública; y cuando la situación se hizo insostenible, los créditos
oficiales se emplearon para aliviar la situación de la banca acreedora: es
decir, el dinero de la Troika, entraba en Grecia, sus bancos pagaban a los
bancos alemanes y franceses, principalmente, y volvía a salir hacia esos países,
pero engrosando la deuda pública exterior griega. Entretanto, como es lógico,
el gobierno griego, al no tener financiación, redujo el gasto social, lo que
nos lleva a la actual situación. ¿No te suena a algo conocido, con nuestro
rescate bancario, ese dinero convertido en deuda, y nuestra política de
ajustes?
-¿Y
lo que nos deben?
-Te
explico: De los 25.000 millones que nos deben, 18.000 en números redondos, son
avales que les hemos prestado. No les hemos transferido ningún dinero, han sido
avales. Y los 6.000 que les hemos prestado nosotros, han sido al 5% de interés.
Resulta que ganamos dinero en la operación, pero si Bruselas no negocia con
Grecia y ésta se ve abocada a un impago, entonces sí perderíamos todo. Y parece
que eso es lo que busca nuestro gobierno. Pero si Europa cambiara su política
económica –o el destino de parte del programa de compra de bonos que se lanza
en marzo- Grecia podría cancelar parte de su deuda –España, también- y, quizás,
empezáramos a ver el futuro con cierto optimismo. Ahora bien, si Bruselas y
Frankfurt se empeñan en gobernar para el gran capital y en contra de los
intereses de su propia ciudadanía, es posible que a los pueblos del sur de
Europa no les quede otra opción que intentar defender sus verdaderos intereses
con los procedimientos que cada uno encuentre. El desempleo, la precariedad,
los bajos salarios, la desigualdad social, las políticas de recortes salariales
y la injusticia galopante que rige en nuestra sociedad, no es el futuro que
muchos deseamos, no solo para nuestros hijos sino también y, especialmente,
para nuestro nietos, que están más indefensos. No debemos cruzarnos de brazos,
como si esto no nos afectara. Nos enfrentamos a décadas de pobreza y, lo que
puede ser peor, al resurgimiento de partidos de extrema derecha, de clara
ideología nazi.
-¡Joder,
Lucas! Cómo estás hoy…
-Te
digo lo de siempre: Tú preguntas y yo me limito a responder…
-Vale,
vale,… ¡Hasta luego, Lucas!
Lucas for President!!
ResponderEliminarSe lo diré a Lucas la próxima vez que lo vea, pero no creo que esté por la labor.
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