domingo, 8 de marzo de 2020

El coronavirus






Uno. La Iglesia ha recomendado que los fieles no se den la mano para desearse la paz, evitando así un posible contagio del coronavirus; puedo encontrarle sentido, así como no que no se besen manos y pies de las imágenes, como hacen los fetichistas, pero lo que no entiendo es que se recomiende también que no se comparta el agua bendita.
¿Es que ya no la bendicen?

Dos. Ya ven ustedes, hasta para hacer chistes como el que he pretendido hacer, sirve el coronavirus. Este virus es tan servicial que si no existiera habría que crearlo. Los medios de comunicación se han lanzado de hoz y coz al bombardeo informativo, de tal modo que pareciera que, o se han olvidado de otras noticias, o meramente las pasan de refilón.

Tres. Entretanto, el coronavirus ha llegado tan lejos que ha puesto en pie de igualdad realidades tan dispares y distantes como la provincia de Hubei, su capital Wuhan, Italia y Haro. ¿Hasta donde llegará?

Cuatro. Un de esas noticias pasada por alto es la situación de los refugiados sirios, kurdos y de medio mundo a los que esa guerra interminable ha colocado en la frontera greco-turca. Turquía cobró la mitad de los 6.000 M€ prometidos por la UE por embalsar refugiados y aliviar la situación de los campos griegos. Éstos, por su parte, obedecen fielmente las instrucciones de la Comisión Europea (después de lo que pasaron no se atreven a desairarla) y hostigan a los miles de personas, niños incluidos y con armas de fuego, que Turquía les envía. El resultado de ese envite no puede ser otro que muertes, heridos, y, en suma, un gravísimo atentado a los derechos de las personas que nos convierte a los europeos – a estos efectos somos europeos- en partícipes de un delito de lesa humanidad.
¿Qué gobierno europeo ha levantado su voz? ¿Cuando lo va a hacer el nuestro?

Cinco. Quiero pensar que USA se salva de este bombardeo informativo. Por una parte porque el pelopanoja seguramente piense que los auténticos americanos nunca se van a ver afectados por un virus chino, y de la otra porque no debe resultar fácil decirle a los ciudadanos que solamente por hacerse unas pruebas les pueden cobrar de 3.000 dólares para arriba.
¿Como les explicas que a esos europeos zarrapastrosos les salga gratis?

Seis. Mal que bien, y aunque no sepamos cómo va a continuar esta historia del virus, está mostrando trazas de que pueda anticipar situaciones futuras. Me explico: el paroxismo que habíamos alcanzado en cuanto a los millones de desplazamientos atravesando mares, montañas y desiertos, está sufriendo un duro golpe, tanto que las acciones de las compañías aéreas y en general, las relacionadas con el turismo, están cayendo en picado; el teletrabajo se ha “descubierto” como una posibilidad organizativa que ofrece múltiples ventajas; las videoconferencias aparecen como alternativa válida a las caras reuniones no se sabe donde; entretanto baja el petróleo y descenderán las ventas de automóviles, con ello disminuirá el tráfico, lo que mejorará la calidad del aire, las bolsas ya lo ven, etcétera, etcétera, etcétera. Solo haría falta que el virus se extendiera más por todo el mundo – falleciendo, eso sí, solo los que lo harían por una gripe, debido a sus otras dolencias- para que descubriéramos que el cierre de muchas fábricas por la falta de suministros de allende los mares, puede llevar a soluciones ingeniosas, que aprendiéramos también a consumir alimentos kilómetro cero, que viéramos cómo el BCE, la Reserva Federal, el FMI, el Banco Mundial y otros organismos compiten por habilitar fondos ingentes para que algunas industrias imprescindibles puedan sobrevivir y los trabajadores sin empleo cobrar sus subsidios, y mantener así un mínimo bienestar y un consumo. Si esto durara años, todos estos problemas se irían resolviendo y habríamos dado pasos de gigante en la verdadera lucha que la humanidad tiene planteada, que no es otra que la crisis climática.

Siete. Ya sé que esto último que he escrito estará muy mal visto por los que entienden que no puede haber otro mundo que no sea como el que habitamos. Mundo y sistema que defienden con todas sus fuerzas, sin importarles las inmensas contradicciones e injusticias que acarrea, pero me parece imprescindible, incluso con algunas gotas de humor, poner de manifiesto que otro pensamiento es posible y que no hay que perder ni el humor ni la esperanza.
Lo que es indiscutible es que el mundo no puede continuar por la senda por la que transita.



1 comentario:

  1. Bueno, como te he leído días después de cuando publicaste tu artículo, el tema del coronavirus ya se ha convertido en pandemia y está todo el mundo en vilo y vuelta al aire.
    Yo también estoy de acuerdo que este hecho va a cambiar mucho la forma de trabajar, de reunirse... y se va a gastar menos en comidas y cenas de trabajo si se sustituyen por videoconferencias, se va a mejorar la conciliación familiar, etc. Es verdad que se avecina una crisis económica en nuestro sistema capitalista, pero seguro que se agudizará el ingenio para paliarlo. También es cierto que posiblemente este curso escolar en muchos países del mundo posiblemente esté si no perdido, casi. Pienso que con esto, se van a poder sacar aprendizajes positivos.

    Del tema de Grecia, Turquía,refugiados sirios, totalmente de acuerdo. Escandaloso. Sin comentarios.

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