miércoles, 16 de abril de 2014

La final








Ya he tenido bastante con la primera parte del partido que enfrenta a los dos principales equipos de fútbol de nuestro país.
Mientras juegan la continuación, escribo estas líneas para ustedes; espero que los interrogantes que encontrarán a continuación me puedan ser despejados amablemente, si alguno de ustedes se toma la molestia y me hace el favor. Veamos:
El partido ha estado a punto de retrasar su comienzo porque el Borbón no había llegado de un viaje de negocios. ¿No resultará más seguro y económico utilizar aviones comerciales?
Hemos visto a los contendientes saludándose en el túnel de vestuarios. ¿Cómo es posible que puedan transformarse en seres sin educación solo por pisar el césped?
Han salido todos de la mano de menores de edad con la cara descubierta. ¿Por qué se difumina el rostro de menores en otras imágenes televisivas?
Los equipos lucen camisetas de Catar y Emiratos, países ambos donde se conculcan los derechos civiles. ¿Tiene esto algo que ver con lo que se conoce como juego limpio?
Los espectadores se dedican a una especie de demostración coral. ¿Es esto una afición musical o se dedican a berrear para desahogarse?
En fin, como muestra vale un botón. Mañana será el día en que solo se hablará del partido. Porque habrán bajado el paro y los precios y habrán subido el bienestar y la autoestima de los españoles.
Para que digan que el fútbol no es importante. 

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