Ayer
hubo un grave y lamentable accidente de aviación. El dolor de los familiares de
las victimas es algo que no podemos medir a menos que hayamos vivido una
experiencia parecida.
A
visitar el lugar y dar el pésame a las familias presentes, han acudido, Holande,
Merkel, Rajoy y Mas, con sus consabidos séquitos. Todo ese dinero estaría muy
bien empleado si sirviera, al menos, para dos cosas:
La
primera, para que las conversaciones en la cabina de los aviones se graven en
tierra en tiempo real; así tendríamos una idea más segura sobre las causas del
accidente.
La
segunda, para que las compañías de seguros pagaran las indemnizaciones
inmediatamente; después, pueden seguir discutiendo entre ellas hasta la
eternidad.
Mientras
estas cosas no se arreglen –cosa que no me parece tan difícil, si hay voluntad-
las mencionadas visitas nos las podrían ahorrar; no sólo ahorraríamos dinero
sino, también, tranquilidad de espíritu.
No puedo (ni quiero) imaginarme estar en la situación de esas familias, pero sólo de pensar que cualquiera de esos personajes pudiera venir a darme el pésame en un momento así, se me revuelve el estómago.
ResponderEliminarComo tú bien dices, que se centren en identificar a las víctimas y las causas del accidente y en que las aseguradoras implicadas paguen las indemnizaciones correspondientes inmediatamente, sin convertir este trágico accidente en una merienda de negros y causar así más dolor entre los familiares del que ya hay.
Esperemos que lo hagan así. Entretanto, ha habido un naufragio de un congelador ruso en aguas del Ártico, con casi sesenta muertos. Los medios de comunicación han hecho caso omiso del mismo. ¿Qué hubiera ocurrido si hubiera sido un avión en vez de un barco?
Eliminar