lunes, 11 de diciembre de 2017

Sijena




SIJENA


Cada caso es distinto y el derecho que no es una ciencia exacta se encargaría de demostrarlo, pero, en general, soy de los que piensan que los bienes de índole histórica o cultural deberían tornar a su ubicación original. Piénsese en los fondos de los grandes museos, especialmente el Museo Británico, o el museo de Berlín: la colonización facilitó que un inmenso número de obras de arte abandonaran su cuna para adornar los grandes museos de las metrópolis.
La justicia, o el artículo 155 de la Constitución Española, que también es justicia, ha conseguido que los fondos de Sijena vuelvan a desandar su camino. Hay por medio un asunto de dinero al no estar claro si se había realizado el pago.
Viene esto a cuenta de lo que muchos consideramos también como un expolio, y se pueden encontrar varios puntos de coincidencia con este caso de Sijena. Los juristas y la voluntad de un gobierno debieran bastar para restituir a sus verdaderos propietarios los miles de bienes inmatriculados a favor de la Iglesia Española. Los propietarios somos los españoles, creyentes o no creyentes, representados por Ayuntamientos y Diputaciones, y los bienes son, como ya saben ustedes, ermitas, iglesias, catedrales, mezquitas, casas sacerdotales, lugares públicos, etcétera. Este expolio se ha llevado a cabo en los últimos decenios, acelerándose en los dos últimos, justamente cuando España ha tenido una Constitución que defiende la libertad religiosa. ¿Se puede entender esto?
¿Creen ustedes que el Estado Español hará algo para retrotraer esos bienes a sus propias instituciones?

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