sábado, 9 de junio de 2018

Oye, y de lo mío, ¿qué?








Así continúan, tras las frases de rigor, las llamadas que el “Bello” Pedro recibe de todos y cada uno de la docena de líderes de los partidos políticos que le han aupado a su alta magistratura (que sean menos de una docena no cambia las cosas).
Lo que él contesta nos lo podemos imaginar: “Hombre, dame tiempo, estamos aterrizando, no te preocupes, no se ganó Zamora en una hora…”, y cosas así. Pero él sí ha ganado algo, algo más que Zamora desde luego, y es consciente de que a menos que unos cuantos de los que le han apoyado se pongan de acuerdo en su contra, nada ni nadie podrá apearle de la peana en que se encuentra. Y aún en ese supuesto, los que tal cosa hicieren, cargarán para los restos con el baldón de ser uno de los que contribuyeron a hacer inviable el gobierno de quien consiguió expulsar a M. Rajoy de su reducto.
Porque ya lo han dicho algunos: Más que votar por Sánchez, he votado contra Rajoy. Y ésta es su mayor baza política. Y aunque Rajoy ya no esté, los suyos buscan desesperadamente su sustituto, hasta el punto de que quien no supo evitar a tiempo la plaga de langosta de los infinitos incendios forestales, que volverán a producirse; que dio pábulo a su amigable relación con los contrabandistas; o la incapacidad de resolver los destrozos de la última explosión del almacén ilegal de dinamita, aparece como la gran esperanza blanca para heredar su cetro. De modo que echen cuentas, podemos augurar larga vida al nuevo gobierno.
Otra cosa sería si la defección se produjera por parte de Podemos. Su líder ha emitido ya un par de avisos señalando su disconformidad de esa forma que le es propia, muy clara, desde luego, pero un tanto desabrida. Y, hombre, ante un gobierno mayoritariamente formado por mujeres, las cuales –hay que decirlo- llevan el mayor peso del gobierno, y cuyas primeras declaraciones están siendo esperanzadoras, debiera hacerle reflexionar si una excesiva carga de testosterona sea la mejor arma para pedir “y de lo mío, ¿qué?”. Podemos tiene un responsable de estrategia política al que se le está encaminando al gobierno de la Comunidad de Madrid. Alguien debiera preguntarse si un enfrentamiento con el Psoe facilitaría el apoyo socialista dentro de un año. Y, estrategicamente, disponer del Ayuntamiento y de la Comunidad sería el mayor triunfo político al que se puede aspirar, ya que permite demostrar a la ciudadanía, no solo madrileña, que otra forma de gobernar es posible.
Así que, lo dicho, estrategia y maneras. Quizás sea lo más necesario.

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