jueves, 9 de julio de 2020

Mi pierna izquierda



Recomiendo la lectura previa de la entrada "Un día de playa" del  día 20 de agosto del año pasado.







Si me han hecho caso y han leído “Un día de playa”, como les recomendaba en el recordatorio de más arriba, puedo asegurarles que aquella entrada del año pasado por estas fechas tenía algo más de enjundia de la que puedo ofrecerles en esta ocasión; de hecho no tengo nada claro cómo voy a continuar esta entrada de hoy.


Puedo asegurarles que el enclave es el mismo, la misma playa y las mismas rocas; habrá cambiado la arena, como cambia el agua, recuerden esa máxima de que nunca veremos pasar el mismo río: aquí también puede aplicarse, pero no nos pongamos filosóficos, es la misma playa.


La pierna es mía, la zurda para más detalle, y el trozo de tela verde que puede verse por encima de la rodilla, mi bañador. No hay nada más en qué fijarse, se trata de una pierna corriente, con su pie correspondiente y su rodilla por la parte superior. A pesar de los años que tiene aún me presta un buen servicio y espero y deseo que sea así unos cuantos más. No soy de los que valoran la vida por encima de todo, por el contrario tengo claro que ha de tener un mínimo de calidad para ser vivida, de lo contrario prefiero pasar página. Lo que venga después también lo tengo claro, mis cenizas servirán para alimento de alguna planta en el mejor de los casos, y solo aspiro a vivir en la memoria de ustedes y que sepan anteponer mis escasos méritos a mis múltiples faltas.


Por supuesto –¿quién si no?- así nos lo dejó escrito Manuel Machado en su Retrato: Y cuando llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo como los hijos de la mar.


Así que de esa pierna que se ve en la foto y de la otra que no se ve, solo espero que me lleven en ese último día a un lugar como esa playa, con la misma compañía que la de hoy, para abordar esa nave que nunca ha de tornar.


Y que conste que mi pierna izquierda no es lo peor que tengo.


Y que conste que día del ultimo viaje cuando llegue el día del je,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,é al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.


s a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.







Y cuando llegue el día del último vïaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.








1 comentario:

  1. Curiosa forma de enfocar el devenir de la vida. Muy inteligente y original.

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