lunes, 16 de noviembre de 2020

De la A a la Z (2)



Recomendable leer antes "De la A a la Z", del 14 de mayo de 2018 en este blog.


Es el hombre más rico del mundo, y según la cotización actual su empresa tiene un valor similar al del PIB de España, para hacernos una idea. Estudió informática en Princeton, y, como es típico en estos casos, instaló tres servidores con los que comenzó a procesar la información básica de los libros que quería vender a través de su incipiente negocio, en el garaje de su casa alquilada en Seattle. Corría el año 1995 y en dos años tenía 50,000 visitantes diarios interesados en comprar su lista de libros; a ese negocio pronto le añadió el kindle, un dispositivo electrónico para leer libros digitales. Ya en 1996 se reincorporó en Delaware, según podemos leer en Wikipedia. ¿Que quiere decir esto? Sencillamente que su firme voluntad de incumplir con el fisco americano era así de temprana; incorporar (de corporate) en el léxico empresarial hispano norte-americano, es la traducción directa de constituir. Constituir una sociedad en Delaware (el estado de acogida de Joe Binden, qué casualidad) no tiene otra finalidad ni sentido que el de no pagar impuestos. Su empresa vendía más libros que las demás juntas, y, lo que es más importante, con mayor beneficio unitario. Se compró The Washington Post, y varias cosas más, entre ellas la casa donde ahora vive, en Medina, un pueblo de unos 3,000 habitantes a media hora en coche de Seattle, donde también vive Bill Gates, pueblo que como recauda poco por sus impuestos municipales está pasando serios problemas económicos, a pesar del número de millonarios que allí habitan. Los ricos también lloran; o con tal de no pagar ni las tasas de urbana dejan que los más desfavorecidos de sus vecinos las pasen canutas, si el ayuntamiento no puede pagar ni la recogida de la basura.

En 2014, en Berlín, fue elegido como el peor jefe del mundo en el congreso de la Confederación Internacional de Sindicatos; los problemas con sus empleados se repiten por doquier. Ya no solo vende libros, ahora se le puede pedir casi cualquier cosa de entre las que existan, con tal de que su nombre esté entre la A y la Z. Si, estamos hablando de Jeff Bezos, quien a pesar de su apellido no tiene origen español; su empresa es Amazon.

Quien sí tiene apellido español y desciende directamente de españoles – republicanos por mas señas, ya me entienden- es Anne Hidalgo, que ya va por su segunda elección; la alcaldesa de París ha pedido a los parisinos que no compren en Amazon porque esto puede suponer la muerte de las librerías y del pequeño comercio de su ciudad.

Así que estamos ante la mayor empresa del mundo, la que menos impuestos paga (confieso que en este punto seguro que tendrá fuertes competidores), y la que puede acabar con algo tan vertebrador, desde todos los puntos de vista, como es el pequeño y mediano comercio. Éste se ha enfrentado ya a la libertad de horarios, que es uno de los puntos fuertes de los grandes almacenes y las grandes superficies, y se ha dejado gran parte de su energía en esa lucha. La batalla a la que se enfrenta ahora con empresas como Amazon le puede suponer su muerte definitiva, como dice la alcaldesa de París.

Comprar en Amazon es facilísimo; desde casa, sin moverte de tu butaca, para qué salir si, además, no tienes ni tiempo para ir de compras, esta vida no te da para más, etcétera, comprar, digo hasta los libros del cole de los niños, bien ordenaditos y con todo lo que necesitan los enanos…

¿Seremos tan imbéciles como para colaborar en esta extinción? Apoyaremos con nuestro dinero a estas empresas que no pagan impuestos? ¿Cómo se pagarán entonces nuestra educación, nuestra sanidad, nuestras pensiones?

No solo las librerías, también los editores de libros están descontentos por las condiciones que les pone Amazon y piden unas mejores. Pero pronto no tendrán fuerza alguna, porque no habrá un segundo Amazon al que puedan irse. Es decir, en estos mercados bilaterales, Amazon aprieta por los dos lados, a los suministradores en el origen de la cadena y a los detallistas en el último: se lleva el mayor bocado de las dos partes, para el exclusivo beneficio de sus accionistas. ¿Es esto lo que queremos?

Posdata: habiendo escrito este texto hace ya unos días, me encuentro en el día de hoy, 16 de noviembre, con la noticia de que Amazon va a abrir próximamente un nuevo centro de distribución en Oiartzun, a escasos 15 kms de donde esto escribo, en una parcela de una conocida empresa de transportes. No tienen problemas para crecer y cercarnos. 












 

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