domingo, 14 de febrero de 2021

A vueltas con los borbones




La dinastía que está al frente de la monarquía española es pródiga en noticias. Seguro que me dejo algo más sustancioso que lo que traigo, pero no me resisto a un somero recordatorio de algunas de esas noticias de las últimas semanas.


He aquí aquellas que más me han llamado la atención:


Una. El Rey Nuestro Señor, en consonancia con los tiempos, ha ordenado congelar los sueldos de la Familia Real, cosa que le honra, pero también los de los pocos funcionarios a su servicio, que ya saben ustedes que la inmensa mayoría de los que prestan sus servicios a la Corona, dentro y fuera del Palacio de la Zarzuela, cobran directamente, bien de Patrimonio Nacional, bien de los Ministerios de los que dependen, y que de una u otra manera sus emolumentos no entran a formar parte de esas cuentas de la Casa Real que los sucesivos gobiernos españoles se empeñan en señalar como nuestra modesta contribución al servicio de la dicha institución monárquica. Tampoco paga alquiler ninguno por los palacios en que habita, ni contribuye al mantenimiento de tanto boato. ¿Conocen ustedes la expresión “disparar con pólvora del rey”? Pues eso.

Dos. Pero es que, además, esa Casa Real funciona como una empresa más que mediana, con una estructura de mando que muchas empresas quisieran tener para su gestión, y unos sueldos que envidiarían muchos profesionales que se enfrentan diariamente a la cuenta de explotación. Los cuatro “ejecutivos” de mayor nivel cobran sueldos de entre 104.000 y 145.000 euros anuales, lo cual viene a ser el doble de lo que gana el Presidente del Gobierno, que nos puede gustar más o menos o nada, pero tiene mayor responsabilidad.

Y sin salirnos de la cuestión pecuniaria, ya sabrán ustedes que los gastos de alojamiento y desplazamientos propios, más los del equipo de acompañamiento del ex-rey salen también de nuestros bolsillos.


Tres. Por otro lado, hemos sabido también que, como buen padre, el Rey Nuestro Señor va a enviar a su hija mayor a acabar su bachillerato a un colegio galés; se ha ocupado de señalar que el precio de esos dos años será pagado del sueldo familiar como cualquier padre en cualquier país. Se miran las opciones, se evalúan los precios, se ve cómo casan con los ingresos propios y se actúa en consecuencia. Vamos, de cajón.

Ahora bien, cuando se está en un puesto de relevancia, y este caso es de la máxima relevancia posible, hay que tentarse bien las ropas. Y ello por lo siguiente. Veamos: En España tenemos escuelas públicas y escuelas privadas, y el ciudadano tiene toda la libertad que le ofrece su situación económica para elegir entre ambos tipos de escuela. Pero desdeñar la enseñanza que da la escuela pública no me parece una opción al alcance de la Familia Real. ¿Qué mensaje reciben los ciudadanos que solo pueden enviar a sus hijos a la escuela pública? Obviamente, que la calidad de ese sistema no es suficiente. ¿No podría haber mandado a su hija a la escuela que le correspondiera, al menos en jornada de mañana, y por la tarde, atiborrarla de otras enseñanzas que le puedan servir en su futuro como Reina Nuestra Señora? ¿Cómo va conocer la idiosincrasia de sus súbditos si no se mezcla con ellos? ¿De qué le puede servir el trato con jóvenes ricos de otros países como no sea para tener conocidos en las reuniones de Davos el día de mañana?



Cuatro. Volviendo al viejo borbón – ¡ojo,no confundir con el viejo bribón!-, si ya no vale para rey, o no lo merece por su comportamiento, habría que preguntarse si su nombre puede otorgar distinción a instituciones como la Universidad Rey Juan Carlos, que bastante tiene ya con lo de la Cifuentes. ¿Tienen alguna culpa quienes pretenden obtener un título universitario en ese antro para que sigan condenados a soportar bromas sobre la forma de obtener su título?

¿No sería mejor cambiar el nombre por algo más neutro? ¿No basta ya de bautizar plazas y estadios con los nombres de prebostes y caciques que no añaden nada positivo? Tenemos escritores y científicos de donde echar mano.






 


No hay comentarios:

Publicar un comentario