martes, 11 de febrero de 2025

Iliberalismo





Los liberales, flor y nata de la política, la sociología y el buen hacer, se encontraron pronto con la gente de izquierdas, bastos y mal educados, cuyo objetivo no era otro que ganar el poder a base de revueltas, rebeliones y golpes de estado, aunque algunos se llamaran Socialdemócratas. No obstante, aquellos liberales consiguieron lo que pretendían a pesar de (y gracias a) comunistas, anarquistas, etc., que en muchas ocasiones equivocaron las tácticas de lucha.

Así que se abrió un amplio espacio de tiempo en el que los liberales se dedicaron a lo suyo: hacerse ricos, robar a los pobres y a los confiados y forjar una sociedad en la que la desigualdad, la inmensa acumulación de capitales y el crecimiento del paro para mayor desgracia de las clases trabajadoras, con la aquiescencia, eso sí, de las diferentes confesiones religiosas, se expandieran por el mundo civilizado; pareciera que podían haber logrado sus objetivos “liberales”.

En este tiempo, ha surgido otra generación distinta de esa maravillosa filosofía liberal. Si lo descrito en el primer párrafo recibió el apelativo de iliberales – contrarios a los liberales – estos nuevos no le van a la zaga. No les diferencia la extracción social de sus miembros, la gran mayoría llevan la sangre liberal pero han dimitido de ella. Trump, Milei, Abascal, etc., sin olvidar a Netanyahu, que muy pronto se les unirá, son los más famosos integrantes de esa iliberalidad, junto a una horda de milmillonarios que han visto una gran ocasión para aumentar aún más sus capitales.

Esta mezcla semi humana es la que nos va a  gobernar en el próximo futuro.

Vayamos preparándonos.








 

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