martes, 18 de marzo de 2025

El Brutismo

 




En Hungría Laszlo es el nombre propio más habitual y Toth es el tercer apellido más corriente. Esto viene  a significar que un tal Laszlo Toth sea, como judoka destacado de su país, Presidente del Comité Ejecutivo del EJU (European Judo Comité), que Laszlo Toht sea portavoz en el Parlamento, que Laszlo Totd sea profesor de Matemáticas en la Universidad de Pecs, que Laszlo Totd sea guardameta en el Vasas Gyor, que Laszlo Toth sea piloto de F-3, que Laszlo Totd sea Doctor en Ingeniería en la Obuda University de Budapest, que Laszlo Totd sea investigador en Tecnología de Materiales, que … podríamos seguir otras tantas líneas pues comprenderán ustedes que ese dichoso nombre abunda como las margaritas en primavera.

 

Uno tiene su gusto cinematográfico, y acostumbro a estar pendiente de festivales como la Berlinale, San Remo, Málaga, Sundance en EEUU, por citar algunos. Pero no concedo mucha atención al Oscar, sus películas no suelen ser de mi agrado. Soy de los que piensan que una hora y media debe ser tiempo suficiente como duración de una película. Bien puede ser que ocasionalmente haga falta más tiempo para contar una historia, pero el cine norteamericano (no sé si esta palabra será del gusto de Donald) alcanza y excede las dos horas en la mayoría de sus películas.

 

The Brutalist, norteamericana claro está, dura 3 horas 35 minutos, con un descanso de 15 minutos. De modo que uno debe prepararse para permanecer en el cine casi 4 horas. Y he de confesar que no se me hizo excesivamente larga y puedo decir que me pareció interesante, al margen de que dejó cierta curiosidad en varios puntos. Y he tratado de saciar esa curiosidad mía y me he informado sobre ese nombre de Laszlo Totd, a lo que se debe la introducción con que se inicia este escrito. Y claro, he encontrado el universo de los que se llaman así, al que hay que unir el nombre de Marcel Breuer, cuya vida se quiso exponer en esta película, y me atrevería a decir que de forma bastante falsa. El Marcel Breuer sobre la piel de Laszlo Totd es, al cabo, bastante afortunado, pues después de escapar de las cárceles nazis por ser judío tiene la gran suerte de llegar al país de la libertad, donde su querido primo, bien situado financieramente, le abre sus brazos para que pueda desarrollar su arte. Solo tiene un pequeño problema al ser sodomizado por su principal cliente, cosa que, al menos para mí, sucede inopinadamente.

 

En resumen, la película se deja ver, aunque sea excesivamente larga; lo dicho, el cine español es, hoy en día, mejor que el norteamericano. Contando la vida como es y sin darle mil vueltas a las historias.

 

Y sobre el título hay que señalar que viene del francés “béton brut” literalmente hormigón bruto, es decir, que se deja a la vista. Se conoce también por brutismo y en los últimos setenta- ochenta años ha sido muy utilizado, sobre todo en edificios públicos, su aparición en la película es muy escasa y su autenticidad discutida por los expertos. Este tipo de cuestiones son también bastantes normales en el cine norteamericano.


No hay comentarios:

Publicar un comentario