El
dueño de la mayor cadena de establecimientos de alimentación de España, con más
de 16.000 M€ de ventas y 475 M€ de beneficios, que sigue creciendo y generando
empleo a pesar de la crisis, es un hombre hecho a sí mismo y del que no se
conocen grandes gestos de ostentación. En definitiva, un auténtico emprendedor
y empresario y ha manifestado, entre otras muchas, una opinión que me interesa
resaltar. Ha dicho que a los españoles
nos falta el espíritu de sacrificio que adorna a los tenderos chinos; lo
que no ha dicho es que dichos tenderos chinos son, como él, dueños de su
negocio.
A
este respecto, hay otro tendero en mi pueblo, gallego por más señas, que
compite, con éxito, con los tenderos chinos usando sus propias armas. Sepan
ustedes que Manolo –así se llama- es también dueño de su propio negocio.
Las
empresas cooperativas aplican, desde siempre, la política de bajarse los
sueldos si ello es necesario ante cualquier adversidad económica como también
hacen los tenderos chinos. Para quién no lo sepa, en las cooperativas, los
propietarios son los propios trabajadores y debido a una saludable política de
transparencia están al corriente de la gestión en sus empresas.
La
Barbie aristocrática, segunda persona
en el organigrama del partido del gobierno, ha dicho que los españoles tenemos
que trabajar más horas. Consecuente con esta idea –ella tiene tres empleos, ya
que es muy trabajadora- ha intentado colocar a su marido –que está ya en otros
tres consejos- como consejero en Red Eléctrica Española; la idea no ha
prosperado por presiones en su propio partido; ¿acaso en su partido no la
entienden?
Una
de las mayores empresas españolas, eléctrica concretamente, acometió en los años anteriores a la crisis
un vasto programa de expansión internacional, comprando por doquier otras
compañías. Lógicamente, acudió para ello a empréstitos internacionales,
contribuyendo así, como otras, al crecimiento desorbitado de la deuda exterior
española, la privada, la de empresas y entidades financieras; como saben
ustedes, es esta deuda, y no la deuda oficial derivada del déficit público, la
que nos está ocasionando los problemas de todos conocidos; sin embargo, su
presidente, nos ha regalado los oídos recientemente con la canción de que los
españoles hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que hemos de ser
más austeros. Le ha faltado decir si va a reducir la deuda privada española
vendiendo sus empresas foráneas, por ejemplo, o bien, reduciéndose él mismo su sueldo, que está en
torno a los veinte millones de euros anuales, en un rasgo de austeridad.
¿Qué
les sugiere esta concatenación de hechos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario