martes, 8 de septiembre de 2020

Tiempos de tribulación






Agosto ha sido un buen mes para ir dejando recados. La gente está confusa, algunos en la playa (pocos), otros (pocos también) en el tajo, los ERTES´s cumpliendo con su cometido, y en definitiva, la paz social bastante asegurada. De modo que ha sido el momento, como decíamos más arriba, para ir soltando algunas píldoras.

Para eso nada mejor que una entrevista amable con alguien de rostro conciliador. El 3 de agosto podíamos leer, en uno de los principales diarios del grupo Vocento, e imagino que en todos los demás, unas declaraciones de Pedro Fernández Alén, presidente del Consejo Económico y Social y secretario general de Cepyme; es decir, alguien que tiene un cargo institucional, además de otro de parte, como es la Confederación de la pequeña y mediana empresa – que no otra cosa significa Cepyme. Tras los primeros pases de rigor, lo razonable de las medidas que está tomando el gobierno, lo bien que ha resultado el acuerdo final europeo sobre el volumen y el reparto de los fondos anti crisis, nos indica que no es el momento de que España ponga en marcha ningún tipo de reformas económicas, que nos tenemos que centrar en solucionar el problema de la covid-19, que de derogar la reforma laboral tiempo habrá cuando mejoren las cosas, y que todo se debe resolver dentro del marco del diálogo social (esto último, de cajón).

O sea, en tiempos de turbación no hacer mudanza, frase que se atribuye a San Ignacio de Loyola y que, a estos efectos, nos viene a decir, déjate de cambios que no es el momento, que ya te diré yo cuando haya llegado ese momento, que con un poco de suerte quizás no llegue nunca.

Han tenido que pasar dos semanas para ver la continuación del artículo anterior, y en el mismo medio, el 19 de agosto del primer año de la pandemia se hablaba de la posible necesidad de reducir salarios, además de prolongar los ERTES´s más allá de septiembre; que lo importante es mantener el empleo, y que el esfuerzo salarial se podrá recuperar “después”. Esta opiniones eran vertidas por la consejera vasca de Desarrollo Económico (que ha renovado su puesto en el nuevo gobierno vasco), y, otra vez, por el presidente del Consejo de Relaciones Laborales, organismo mellizo en versión vasca del estatal Consejo Económico y Social.

Finalmente, el 23 de agosto, en el mismo medio otra vez, podíamos leer unas declaraciones del Director General de Confebask (la patronal vasca), en el que recomendaba la bajada de salarios para salvar empleos.

De modo que el mes de agosto ha dado sus frutos, paso a paso, a lo que no es ajena, por supuesto, la marcha de la pandemia que no cesa en sus efectos devastadores sobre la actividad económica y el empleo. Vaya esto por delante. Sin embargo ha sido otra vez Alemania el país que ha puesto un poco de sensatez en la discusión al indicar que cualquier necesidad de llevar a cabo un ajuste salarial, debiera tener su correlato en el ajuste de jornada, cosa que siempre olvidamos por estos lares. Por su parte, el mayor sindicato europeo, con 2,3 millones de afiliados en los sectores del metal y eléctrico ha propuesto reducir la semanal laboral a cuatro días de trabajo con un total de 28 horas en lugar de las 35 vigentes. El ministro de Trabajo del gobierno de Merkel, del partido socialdemocrático que gobierna en coalición con el de la Canciller, ha visto con buenos ojos la propuesta, si está apoyada por las partes. La medida supondría la rebaja salarial correspondiente pero se garantizaría el empleo. La crisis originada por el coronavirus viene a sumarse a problemas estructurales de la industria alemana, no solo en el metal.

Este tipo de medidas que en Alemania se discuten con normalidad, en nuestro país son algo más difíciles de abordar. Por no hablar de una compensación del sacrificio salarial en acciones de la propia empresa, una transparencia mayor en la gestión y una participación de los trabajadores en la definición de sus políticas y objetivos de futuro. Amén de que los sacrificios sean proporcionales a la escala salarial, cosa que que no debiera ser preciso mencionar.

¿Se hará todo como en en la salida de la crisis de 2008 o esta vez será distinta?

















No hay comentarios:

Publicar un comentario