sábado, 9 de junio de 2012

Menores de edad




Menores de edad; así debe de considerarnos este gobierno de gigantes intelectuales de que disfrutamos. Este gobierno que nos ha hurtado la comparecencia del señor Rato en las cortes para que explique lo sucedido en Bankia; la del anterior presidente del Banco de España, para que ofrezca su versión acerca de la deriva de la salud financiera de las entidades bancarias; que nos ha escamoteado una investigación creíble sobre las andanzas del melifluo presidente del Tribunal Supremo; que ha conseguido la absolución –en primera instancia- del ínclito ex presidente Camps; que ha evitado la cárcel para el otro, no menos sospechoso, ex presidente y ex ministro Matas; que negocia en la nocturnidad y alevosía de un fin de semana oscurecido por el debut de la selección española en el campeonato europeo de fútbol –única cosa para la que parece que valemos algo; que justificará luego su incapacidad en la herencia recibida para mayor escarnio de un partido socialista blando como las ternillas de un recién nacido…este gobierno, digo, presidido por el mayor farsante que vieron los siglos, debe de considerarnos exactamente eso, menores de edad.
Nos enteramos por internet del alcance del rescate, nos enteraremos luego de la parte alícuota que nos tocará pagar por la fiesta en la que no hemos participado. Pero no se preocupen, no pasará nada, la gente de a pie pagará los platos rotos, la juventud seguirá sin futuro, el paro engrosará sus filas, la Cospedal estrenará mantilla cada Corpus y Esperanza rebajará los salarios a sus funcionarios mientras mantiene incólume su televisión particular y hablará de disminuir el número de diputados en la firme convicción de que serán diputados de la oposición los que desaparezcan. ¡Siempre habrá un Tamayo y un Sáez de quien echar mano!
Y mientras tanto, quizás algún día nos hagamos mayores. Y ya saben, cuanto más mayores, más imbéciles. Como dijo aquél, la revolución bolchevique se hizo por mucho menos.

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