En geometría se
llaman asintóticas aquellas funciones paralelas que tienden a coincidir en un
punto en el infinito, pero que no llegarán a tocarse, no llegarán a su
intersección.
Esto mismo podemos
decir de lo que yo llamo las Españas paralelas, es decir, la España que sufre,
azotada por la crisis y por la solución que se ha adoptado, y la España que vive
al margen de la crisis: coexisten, parece que van a coincidir pero nunca lo
hacen. Podríamos denominar escrache al punto de intersección, de coincidencia,
de esas dos Españas. Y de escrache podemos calificar el acto que Alfredo Pérez
Rubalcaba ha sufrido hoy en la Universidad de Granada: un grupo de radicales ha
reventado la conferencia que iba a pronunciar en dicha universidad.
Unos pensarán:
¡Vaya! me alegro, que pruebe su propia medicina, a ver si le gusta.
Otros dirán:
¿Qué dirá ahora de los del 15-M y toda esa tropa?
Habrá quien
diga: ¡Hombre! Primero, que le dejen hablar y luego, si quieren, que le
critiquen.
Yo digo: Lo
raro es que no haya ocurrido antes; lo extraño es que la protesta se limite a
eso; es mejor suspender una conferencia a que te desahucien del piso; lo
increíble es que no llegue el momento en que los que lo pasan mal reclamen, por
la fuerza, la ración diaria de alimento para sus hijos . . .
Lo importante
no es lo que ha pasado hoy. Lo importante es ofrecer a millones de españoles
una salida digna, y que el encuentro de las dos Españas ni sea violento ni se produzca
en el infinito.
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