jueves, 2 de junio de 2016

El castor y la limpieza



Este artículo se publicó en la revista OP Machinery, en su número de mayo de 2016





El castor y la limpieza


                                                                                
En el artículo anterior titulado El Castor, hablábamos del estropicio económico sobrevenido, pero por razones de espacio faltaban un par de menudencias que vamos a reseñar en esta ocasión; señalábamos las consecuencias económicas que para los ciudadanos españoles va a tener hasta el momento en que paguemos el último plazo de la deuda generada.
Pero no para ahí la cosa, porque cuando ese momento llegue, la estructura marítima seguirá allí, anclada a quince millas de la costa, titilando a lo lejos en la noche mediterránea. Como seguirá la instalación terrestre, tierra adentro, rodeada de naranjos y alcachofas. Ambos artefactos seguirán enhiestos a menos que se produzca su demolición y posterior retirada de los lugares que ocupan; lo cual será lo normal en un plazo por determinar. Esa demolición no será cosa baladí, y supondrá un porcentaje nada despreciable del presupuesto inicial del proyecto. Claro que hasta que ese momento llegue, hay que vigilar las instalaciones y hay que cuidarlas y mantenerlas para que no se vengan abajo comidas por la corrosión. Y eso tampoco es barato, implica servicio de vigilancia marítima y terrestre, consumo de energía, toneladas de pintura antioxidante… ¿Quién pagará esas facturas?
Hacíamos también mención a las empresas de la marca España. Las más de ellas, son empresas que han tenido y tienen el mercado español como mercado cautivo; es decir, gracias a los españoles han podido contar con un mercado para crecer; han construido pantanos, carreteras, autopistas, puentes y viaductos, y hasta aeropuertos donde no hacía falta. Y para diversificar, han entrado en otras actividades que dependían de la misma administración, y que ofrecían un negocio recurrente: los servicios de limpieza pública.
Una de ellas, FCC, Fomento de Construcciones y Contratas, es quizás el paradigma del grupo. Lleva las dos denominaciones, construcciones y contratas, que han sido su principal actividad desde su fundación, hace más de cien años. Obviando la actividad constructora, esta compañía se ha hecho con la limpieza de media España. Los españoles pagamos a esa compañía para que mantenga limpias las ciudades, es un poco, nuestra compañía de limpieza, es nuestra, si se me permite la expresión.
Pero por razones que no vienen al caso, esta nuestra compañía de limpieza, ha sufrido los efectos de la crisis. No pierde el mercado puesto que hay que seguir manteniendo limpias las ciudades. Tras las inversiones de Bill Yates y George Soros, un millonario mexicano, Carlos Slim, que rivaliza con el primero y con Amancio Prada por ser el hombre más rico del mundo, ha lanzado una oferta pública de compra de acciones, y es ya el accionista mayoritario de nuestra compañía.
¿Por qué digo nuestra compañía, se preguntarán ustedes? Por la sencilla razón de que si no se hubieran externalizado esos servicios, la limpieza de nuestras calles se llevaría por los propios ayuntamientos. Pero por el divino principio neoliberal de que la gestión privada mejora la gestión pública, principio que es cuando menos discutible, se ha producido esa externalización, como se ha producido la del agua, sobre lo que volveremos en otra ocasión.
En definitiva, nuestros ayuntamientos (es decir, nosotros) hemos pagado  a la compañía para que nos limpie la ciudad; la compañía ha ganado dinero y ha crecido; ha repartido dividendos que sus accionistas han cobrado; si quisiéramos nacionalizarla habría que llegar a un acuerdo con los accionistas, que capitalizan el flujo de dividendos que cobran y fijan el precio. Resultado: Habremos pagado dos veces.
¿Ven ustedes claro el interés del capital por privatizar actividades que pueden ser gestionadas desde la esfera pública?
Volviendo a wikipedia, podemos ver que, con los diques que los castores construyen, contribuyen a controlar posibles inundaciones, favorecen la creación de humedales y vegas, y eliminan pesticidas, herbicidas y nitratos, ayudando a mantener el ecosistema.
Tendríamos algo que aprender de ellos, ¿verdad?


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